- Es una gran ventaja que la universidad esté cerca- el sonido hecho por su padre cada vez que bebía café le molestaba- Es tu primer día, es la aventura de tu vida ¿Sabes? cuando tengas el título podrás comprar todo lo que tu desees, ya verás serás mucho más grande que tu padre y ya no pasaras penurias...todos deseamos que nuestros hijos sean mejores...tu serás el orgullo de esta familia.
- ¿Crees que seré el orgullo? - preguntó vacilante
- Es la única obligación que tienes Eliot, debes enorgullecernos.
La confianza de "Ser Alguien" era una equivocación, una obligación con la que no quería cargar. Eliot le temía al fracaso, le aterrorizaba el hecho de defraudar a sus padres mucho más ahora que se encontraban sin un peso en los bolsillos y que lo único de dinero que poseían estaba siendo invertido en su educación.
- Sacaba la cuenta y nos alcanza justo para este mes, ya sabes para pagar la primera cuota, así que espero de ti grandes cosas.
"Grandes cosas" pensó mirando la taza llena de leche. Su respiración se aceleró un poco, apretó los dientes y de un impulso se levantó. La ansiedad apareció y turbo su mente por unos momentos. Eliot sabía exactamente qué hacer, uno de los tantos terapeutas que había visto a escondidas de sus padres le recomendó levantarse y respirar profundamente hasta que todo su cuerpo se relajara. Si, le solía funcionar muy bien en situaciones parecidas a estas, pero era un rotundo fracaso cuando debía alcanzar la calma en público.
- Eliot ¿Te sientes bien? - la voz suave de su madre lo trajo de vuelta a la realidad- si no te apresuras llegaras tarde a tu primer día...
- Lo había olvidado- musito mirando la hora avanzar en el reloj de pared colgado perfectamente sobre la estantería.
Se despidió de su familia y salió vacilante a enfrentarse al mundo. Aborrecía a la muchedumbre, la aglomeración de personas que se forma continuamente en la estación de metro, por eso prefería mil veces vivir aislado en el campo que tratar de convivir con cientos de miles de individuos que lo único que hacían era tratar de sobrevivir al día a día.
Tomo asiento junto a la ventana, se colocó sus audífonos y se desconectó del mundo por unos instantes. Las escenas de cada recorrido formaban una película que narraban una historia diferente a cada movimiento donde absolutamente nadie más que él prestaba la atención suficiente en un silencio sobrecogedor.
"Has quedado en la universidad" Pensó empuñando sus manos "¿Que haremos ahora?, jamás he sido bueno conociendo personas...soy un asco"
Le temía al contacto de la gente, eso debido al bullying que sufrió en la colegiatura y que le dejo huellas imborrables tanto en su alma como en la piel
Bajo temeroso, con ciertas ganas de no experimentar el mismo dolor que tanto lo carcomía y que ahora presentía que volvería a revivir.
"Ánimo... o quizás suerte sea lo que necesite para sobrellevar esta instancia" dejó salir un angustioso suspiro y camino entre los rostros juveniles y curiosos de todos los que pretendían no mirarle.
Sus primeras clases fueron aburridas, las últimas dos fueron a un peor. No sabía que estaba haciendo precisamente ahí, lo único que mantenía en mente era el tic tac del reloj y las ganas frustrantes de que las horas simplemente pasaran.
Solo por esta vez quería que el tiempo avanzara a una velocidad impresionante.
Apenas terminó la cátedra, tomo sus cosas y salió casi corriendo del interior de la sala. No quería conversar con nadie, así que se puso sus audífonos y se marchó hasta la estación de metro que seguía tan atestada de gente como en la mañana.
Al llegar a casa, las preguntas sobre como estuvo su primer día lo inundaron. Contesto con una sonrisa falsa en los labios y apenas termino de cenar huyó a su nuevo y descolorido cuarto, donde se dejó caer al piso para perderse en la única realidad que admitía. La profundidad de la claraboya.
ESTÁS LEYENDO
39 días: "Claraboya"
General FictionTodos en algún momento de nuestras vidas hemos perdido el rumbo, caemos y tratamos de levantarnos pero ¿Te has preguntado que pasa por la mente de una persona que lo ha perdido todo? Esta es la historia de Eliot y sus 39 días...