Ahí se encontraba frente a la directora de la facultad con los informes de Gorrión y los suyos. Eliot la observaba detalladamente y con su ojo crítico entendió que aquella mujer se sentía avergonzada y apenada.
- No era necesario- dijo ella tratando de esbozar una débil sonrisa- estas dentro del programa, entendemos lo que ha pasado y...
- Escuche, la última noche que estuve con Gorrión fue precisamente para terminar esto- interrumpió Eliot dejando sobre el escritorio las carpetas- no me interesa lo que piensen usted o los directivos de esta universidad, sinceramente jamás me ha interesado, pero creo que es un acto de justicia dejar las palabras de ella para que sean inscritas en el sistema. Es su nombre pasando a la historia...es su legado escrito por ultimas vez en esas hojas de papel.
- Eliot- su voz tenía un tono de nerviosismo- escucha, aunque evalué estos informes y agregue la nota final al sistema, ya no tendrá valor ¿Me entiendes?
- Pues para mi si lo tendrá- contesto algo enfadado- fue su último trabajo y merece ser evaluado como cualquiera ¿Acaso no ve sus esfuerzos? la lucha con la que tuvo que lidiar para poder dejar escrito su nombre...no sea como el resto, haga lo que usted piense que es correcto y vera que tengo razón.
Eliot salió un tanto exaltado de la oficina, pero como no estarlo si las mentes cuadradas de todos ellos le resultaban repudiantes ¿Como no entendían lo que él intentaba decir? era como hablar con robots sin alma, maquinas desechables en muchos aspectos y que no alcanzaban la integridad de la emocionalidad ¿Era posible que ya no fuéramos humanos?
Camino por el pasillo silenciosamente hasta detenerse frente a la puerta de la sala principal. Recordó aquella vez que Gorrión sujeto su mano y con una sonrisa huyeron de las teorías ya obsoletas que aún se dignaban a enseñar en las aulas de la facultad.
Abrió la puerta sin saber exactamente él por qué, entro y tomo asiento en su antiguo puesto. El profesor existencialista solo le entrego una sonrisa mientras los demás lo observaban con esas caras de "pobrecito, ahora está solo". En el fondo él sabía que eso pasaría, pero aun así quiso deleitarse con aquellas lastimeras miradas de pésame que durante esas dos horas de cátedras le entregaron con gusto.
Al finalizar, muchos de sus compañeros se acercaron dándole abrazos y entregándole palabras de aliento en tan difícil momento. Eliot simplemente agradeció y espero pacientemente a que todos se marcharan para hablar con catedrático.
- ¿Aun sigues pensando que la nota está mal? - dijo el hombre aproximándose a él- lamento lo ocurrido y déjame decirte que, si necesitas hablar o, ya sabes, cualquier cosa puedes contar conmigo.
- Se lo agradezco- contesto Eliot con un sonrisa- sabe quería preguntarle algo.
- Claro, dime de que se trata.
- ¿Como puedes revivir un momento doloroso sin que duela?
- Vaya, eso es un poco imposible Eliot- musito lanzando un suspiro- creo que el dolor nos hace crecer, de cierta forma, nos impulsa a seguir adelante, es casi parecido a una gran decepción donde la única forma de reponerte es aprender de los errores y...no lo sé...sin dolor no hay aprendizaje.
- Comprendo- susurró bajando la mirada.
- Escucha, no hay peor engaño que no querer aceptar nuestro pasado- dijo tomando el hombro de Eliot- si quieres avanzar o tomar una decisión importante creo que primero debes enfrentar lo que alguna vez fuiste, volver a tus raíces y descubrir que fue lo que te daño tanto, aprender de ello y dejarlo ir...
- Ese es el problema- interrumpió Eliot- creo que no tengo la fortaleza de enfrentarlo y dejarlo ir...tengo miedo de dar el paso final.
- Pues el miedo puede ser un gran enemigo o un gran aliado- señaló sonriendo- utilízalo como tú estimes conveniente, pero te diré esto si lo usas como arma contra ti mismo entonces jamás concluirás nada...nunca tomaras las decisiones y te arrepentirás el resto de tu vida el no haber enfrentado ese dolor que te acongoja porque te acompañara para siempre.
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39 días: "Claraboya"
General FictionTodos en algún momento de nuestras vidas hemos perdido el rumbo, caemos y tratamos de levantarnos pero ¿Te has preguntado que pasa por la mente de una persona que lo ha perdido todo? Esta es la historia de Eliot y sus 39 días...