No fue sencillo, tenía miedo y se notaba en la forma que su cuerpo temblaba cada vez que intentaba recordar los últimos episodios junto a Jack. Era su punto, el dolor y el origen del vacío que sentía en su pecho ¿Tendría el valor para enfrentar ese triste episodio que marcó cada fibra de su ser? Tenía que averiguarlo, así que se recostó en el suelo de la habitación envuelto en una completa oscuridad, siempre mirando la claraboya, cerro sus ojos y se dejó llevar por los recuerdos que se agolparon con fuerza en su memoria.
Comenzó con la brisa temprana de primavera. Estaban todos reunidos junto al riachuelo, Jack lo observaba con su mirada color miel y él apenas si había notado que el vínculo entre ambos se volvía a cada instante más y más fuerte. Sonrió con una broma de mal gusto que Emil dijo al ver como las chicas se habían vuelto más rudas a causa de las múltiples criticas machistas que su profesor jefe solía hacer cada vez que alguna de ellas mencionaba la equidad de géneros.
El tiempo pasaba y cuando el sol ya comenzaba a desaparecer tras los árboles, todos tomaron la decisión de marchar excepto Jack, el cual aun permanecía sentado junto a la corriente de agua sosteniendo la tibia botella de cerveza que lo había acompañado toda la tarde.
- ¿Qué sucede? ¿No vendrás con nosotros?
- No Eliot...me quedare unos minutos más.
- ¿Quieres que te haga compañía? así podremos volver juntos...ya sabes el bosque de noche es peligroso.
- La verdad es que prefiero estar solo Eliot. No quiero ser mal educado...
- No, no Jack, te entiendo...
- Gracias, enserio, tengo mucho en que pensar últimamente.
- Oye Jack, si necesitas hablar sobre cualquier cosa tú sabes que puedes contar conmigo.
- Eliot, debo decirte algo...no sé cómo empezar, pero...
Jack dejó la botella de cerveza en el suelo y se aproximó hasta Eliot. Se miraron por unos minutos y simplemente Jack lo beso en un sorpresivo impulso de afecto. Los dos se sorprendieron al ver que tanto el uno como el otro se correspondían aquel sentimiento, que no existía rechazo y que era extraño, de cierta forma, como habían ocurrido las cosas porque para ambos era algo completamente nuevo.
Esa fue la primera memoria, la esencia de una reminiscencia tan verídica como el aire que circulaba en su alcoba.
Abrió los ojos un momento, lanzo un suspiro y prosiguió escarbando en lo más insondable de sus recuerdos.
El rio fluía, las aves cantaban y el verano era magnifico. Juntos, recostados uno al lado del otro en completa desnudes se admiraban fijamente mientras la ardiente brisa quemaba sus rostros sudados.
- Eliot, te quiero...te quiero mucho.
- Yo también te quiero Jack. Deseo estar contigo para siempre.
- Me gusta, ya sabes, que pasemos el tiempo juntos...para siempre
- Jack...me gustaría decirte algo...pero soy tímido y...
- El tiempo es el ladrón de nuestra palabras, así que es mejor que me digas ahora todo lo que desees para así yo poder guardarlo junto a mi corazón.
- Te amo. Jack, yo te amo.
El dolor en su pecho hizo que una lagrima rodara por su mejilla, mientras sus ojos se quedan pegados en la claraboya. Ahí estaba la fuente de todo su sufrimiento, él sabía que lo que vendría ahora lo terminaría consumiendo aun más de lo que ya estaba. Tenía que enfrentarlo o morir en el intento. Cerro los ojos nuevamente y continuo en su retroceso.
Se contemplaban en silencio. Habían llegado primero a la guarida junto al riachuelo, esperando que los demás retrasarán unos minutos su arribo hasta su punto de encuentro. Eliot se acercó tímidamente hasta Jack y lo beso muy apasionadamente ante el trinar de los pajarillos y el silbido de los árboles que se mecían de un lugar a otro con la fuerza del viento.
El rompimiento de una rama los alerto, provocando que se alejaran, pero ya era demasiado tarde porque la mirada atenta de Bryan los había sorprendido en una escena escabrosa y denigrante para un pueblo pequeño que repudiaba esos actos del demonio y que, de cierta forma, todos lo sabrían sin duda alguna.
Eliot corrió tras Bryan pero este se perdió en la inmensidad del bosque. Jack, que venía tras de él comenzó a gritar "¿Eliot? ¿Dónde estás? el bosque es muy grande ...no te puedo encontrar"
- No puedo- dijo mientras su respiración se agitaba- no puedo hacerlo, no quiero volver a esa escena...no otra vez...
Respiro hondamente y trato de relajarse. Tenía que ser valiente y enfrentar aquella situación tal cual fue, dejando de mentirse por única vez en su vida.
- Tú puedes Eliot- murmuró mientras las gotas de lluvia comenzaban a golpear el vidrio de la claraboya- Tú puedes...cierra las ojos y hazle frente a lo que ha ocurrido.
Fue un infierno. Los días se habían vuelto tan complejos que decidieron dejar la secundaria y huir juntos. Lo planearon con cuidado, una y otra vez. Sus padres ya no les hablaban, en el pueblo los evitaban y sus compañeros los molestaban a tal extremo que las burlas habían dejado de ser a modo de palabras para convertirse en un abuso físico.
- Escucha Eliot, mañana a medianoche huiremos de este pueblo, si tu no vienes conmigo yo...
- Jack, tú sabes que es nuestra promesa...yo estaré aquí...
- Eliot, quédate conmigo.
A la mañana siguiente, Jack no llego a la escuela. Eliot se preocupó y pensó que algo no estaba bien, quizás un cálculo mal hecho en sus planes provocó que Jack no le llamara incluso luego de las clases finales. Camino directo hasta la casa de Jack y espero pacientemente hasta la medianoche, sin embargo él jamás salió. Cuando faltaban unos minutos para la una de la madrugada un mensaje de Jack lo alerto "Te quiero Eliot, Adiós". No entendía muy bien aquella nota electrónica, pero definitivamente algo no encajaba del todo. Se levantó y corrió hasta su hogar lo más rápido que pudo, no obstante un obstáculo detuvo su carrera contra el tiempo. Justo en la entrada principal de la finca, los que alguna vez fueron sus amigos de largas juntas lo esperaban amenazantes con rocas en sus manos listas para ser lanzadas a un joven desprotegido que lo único que deseaba era encontrar a Jack.
- ¡Oye fenómeno! ¿Como te sientes ahora? mi padre dice que hay que lapidar a los malnacidos... ¡tú eres una abominación! y por eso tú y tu novio marica merecen morir.
Sintió el primer impacto en el hombro, el segundo en la pierna derecha y el tercero en la frente. Se quedo inmóvil por unos segundos hasta que su instinto por sobrevivir lo hicieron correr hasta internarse en la oscuridad del bosque, donde lo persiguieron como unos animales voraces y habidos de carne fresca para alimentarse.
Sus pies torpes lo hacían caer de vez en cuando y él procuraba levantarse una y otra vez con la idea fija de mantenerse con vida hasta la mañana siguiente, más antes de que se diera cuenta, sus pasos lo habían llevado directo hasta la guarida que tantas veces cobijo aquel amor entre Jack y él.
Tropezó y callo bruscamente por culpa de un tronco que le impedía el paso. A duras penas se arrodillo y antes de que pudiera siquiera apoyarse para colocarse de pie, levantó la mirada y la escena más horripilante se mostraba en todo su esplendor frente a sus ojos. Jack estaba ahí, justo al frente de él, colgado de aquel árbol donde un corazón tallado junto a sus iniciales sellaba lo que alguna vez fue el sentimiento más hermoso que Eliot pudo sentir.
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39 días: "Claraboya"
General FictionTodos en algún momento de nuestras vidas hemos perdido el rumbo, caemos y tratamos de levantarnos pero ¿Te has preguntado que pasa por la mente de una persona que lo ha perdido todo? Esta es la historia de Eliot y sus 39 días...