"Tic tac...enfermante sonido, hostigoso tiempo que no se detiene y mata a cada segundo una esperanza de existir" pensó mientras observaba el plato de comida que su madre le preparó con tanto ahínco. "Tic tac y el mundo en su claraboya no era más que un ojo sin pestañas que observaba los errores, listo para castigar a los que no podían cumplir con sus exigencias"
- Eliot- interrumpió su hermano- hay una chica que te busca...
Sus padres lo observaron con una sonrisa en el rostro. Era evidente imaginar lo que estaba cruzando por sus cabezas, así que Eliot se apresuró en levantarse para ir por Gorrión a la puerta y llevarla al comedor.
- Padre, Madre...ella es...
- Mi nombre es Gorrión, bueno así me llaman- dijo ella interrumpiendo y estirando su mano para saludar- es un placer poder conocerlos finalmente.
- El placer es todo nuestro- dijo el padre de Eliot con una amplia sonrisa.
- Por favor querida, toma asiento- señaló la madre- seguramente traes hambre, ya es hora de la cena, déjame servirte un poco de...
- No se preocupe, la verdad es que acabo de cenar con mi...
- Por favor, no seas tímida- sonrió la mujer- siéntate, siéntate...Eliot ve por los cubiertos y no olvides la copa.
- Madre, ella ha dicho que...
- ¡Eliot! por favor nos seas mal educado y has caso- la voz ronca de aquel hombre resonó por toda la habitación- tenemos una invitada esta noche.
Gorrión quedó impresionada con la hospitalidad y el recibimiento de los padres de Eliot. Jamás la habían invitado a estudiar ni mucho menos a compartir una noche de cena. Todo era nuevo y extraño para ella.
- Tu cuarto es muy espacioso- dijo dejando su mochila en el suelo- es completamente diferente a como me la imagine.
- ¿Como te la habías imaginado? - preguntó Eliot arreglando la mesa
- Pues un poco más vieja y claro más miserable...pero esto es distinto... ¡oye! - grito repentinamente- es la claraboya de la que me hablabas hace unos días.
- Si- musito encendiendo la laptop- es mi pequeña ventana al exterior.
- Pobre del que algún día piense que es solo una ventana- sonrió mirando a Eliot- muchas gracias por invitarme, es adorable pensar que compartiremos un momento tan íntimo como el de desarrollar informes sin sentido.
- Adoro tu sarcasmo- sonrió tomando asiento- ven, saca tus apuntes y empecemos.
- Por cierto, ¿A ti no te vuelve loco ese reloj pegado a la pared? pareciera que sus manecillas te torturaran con cada tic tac...una molestia sin duda alguna.
- Es el precio que debo pagar- contesto riendo- y entonces ¿Por dónde quieres empezar?
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39 días: "Claraboya"
Ficción GeneralTodos en algún momento de nuestras vidas hemos perdido el rumbo, caemos y tratamos de levantarnos pero ¿Te has preguntado que pasa por la mente de una persona que lo ha perdido todo? Esta es la historia de Eliot y sus 39 días...