Día 18

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El atardecer tenía un significado distinto ese día. En la cima de la piedra, supuso que Gorrión estaba sentado junto a él, que le miraba con esos gestos burlescos cargados de sarcasmos e ironías y que en algún minuto hablaría sobre los bellos momentos que compartió con su padre. Sin embargo, Eliot estaba solo, nadie estaba a su lado, solo el viento helado que corría persistentemente por entre las colinas y que proclamaba que el invierno sería más terrible de lo que había imaginado.

Saco de su bolsillo la carta que Gorrión dejo para él y la sostuvo unos minutos, reflexionando si debía abrirla o dejar que esas palabras fueran un misterio sin resolver.

A pesar de todo Eliot creyó que era tiempo de enfrentar la verdad y ser valiente, conocer el "Por qué" quizás podría ayudarle a calmar esa inquietud que yacía en su corazón.

Abrió con delicadeza el sobre, saco las hojas dobladas perfectamente y sin más comenzó a leer la carta.

"Mi Confidente, mi querido Eliot:

Si no ha pasado el suficiente tiempo, puede ser, que aun permanezca mi presencia en tu habitación... ¿Como comenzar esta carta? es casi una despedida a la única persona que pudo entenderme y que jamás me pidió nada a cambio, incluso cuando utilice parte de sus memorias para almacenar las mías. Puede sonar desconsiderado, pero tú eras básicamente la contraparte de mi existencia, un reflejo en el cristal, un hermano gemelo que me fue arrebatado...o que yo quise alejar...por favor, no digas que fui una estúpida ¿Como...como podría serlo si ya estaba decidido mucho antes de conocerte? Lo intenté, te juro que lo intente, pero esta pena me corroía el interior tan tortuosamente que ya no valía la pena seguir. ¿Qué clase de persona soy? Un alma marchita que fingía vivir... ¡no, no, no! cuando veía mi reflejo en los cristales del vagón sentía que todo lo podrido yacía en mí, que mi cuerpo demacrado no tenía oportunidad...que los errores se pagan...que la vida se apaga incluso cuando tu corazón late.

Yo pensé que tenía oportunidad, por eso cuando te vi sentado en aquella sala, escribiendo cosas tan parecidas a las mías supe que no estaba sola, que habían muchas más personas que llevaban esa pena por dentro y que el dolor de cargar con la vida no era una simple idea que mi padre había tomado para acabar con su sufrimiento. ¡Pobre diablo! morir para poder vivir en paz...contradictorio...muy contradictorio...

Te miro, te observo ahí durmiendo tan plácidamente que creo que puedo alcanzar a tocar esa calidez que me entregas a pesar de estar tan fría como el agua que cae esta noche. Me había enamorado de mi misma...me había casado con una muerte anunciada...y tu...y tu apareciste con tu rabia, con tu desinterés...con tu mirada tan triste como el invierno que hoy nos asola...¿Que podía hacer Eliot? eras mi respuesta y yo preferí abrazar a mi padre nuevamente...yo quise que mi madre volviera a enamorarse de él, por eso cuando encontró la fotografía que ocultaba sollozo como un bebé, se aferró a la imagen y me dijo "Ya no lo soporto...he vivido una mentira por tanto tiempo que solo quiero terminar con esta historia...quiero volver a verle"

No nos culpes...también tengo miedo...Eliot tengo pena de dejarte, de abandonar lo único hermoso que llego a mi...tengo nostalgia de la cima de la montaña, del lago, del abrazo y de tu claraboya...tengo terror Eliot, por favor no me odies y dime que me perdonaras y que me entenderás...que hice bien en tomar esta decisión, que lo hice bien al terminar y dejar escrito mi nombre en el papel...que simplemente todo estuvo bien.

Te amo Eliot, te amo mucho más de lo que imagine y de lo que podría llegar amar, siempre serás mi confidente y mi único amigo...siempre estarás en mi corazón...muchas gracias por aplacar este dolor...muchas gracias por apreciarme tal cual soy... muchas gracias por tu amor...

Adiós mi querido Eliot, hasta siempre, se despide de ti...tu amiga, tu confidente...tu persona...

Gorrión."

39 días: "Claraboya"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora