10: Me agradas.

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Justin Bieber

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Justin Bieber.

Odié, odié cada una de las palabras que salieron de su boca en la sala de juegos. Ella estaba siendo egoísta.

Quizás tú eres el egoísta, Justin.

No era posible, yo entendía su punto, y lo entendía porque yo estuve a su lado en toda su adolescencia, entendía lo mucho que sufrió con sus padres; pero nuestra situación era distinta. Nosotros sólo debíamos explicarle a los niños que éramos buenos amigos, nada más.

No seas idiota, los niños son niños, igual se les hará la pequeña ilusión de que sus padres pueden estar juntos.

Maldita conciencia. No quería aceptar la petición de Alice, pero yo la conocía, eso no lo hacía solo por los niños, ella me estaba mintiendo, pero si eso era lo que ella quería estaba bien, mantendríamos la distancia. Cumpliría con mi parte.

Año Nuevo no fue lo mejor del mundo, la muy deliciosa cena que preparó Isabel fue lo mejor de la noche. Josh y Fallon sirvieron de mucho, su presencia ayudó a que la cena no fuera tan incómoda. No volví a hablar a solas con Alice. Estaba algo enfadado con ella por ser una cobarde, ella siempre había sido muy valiente y ahora no lo estaba siendo. Estaba evadiendo sus emociones, la conocía.

El abrazo de Año Nuevo se lo di, pero fue tan incomodo que duró menos que una rayo.

Volví al Penthouse enojado esa noche y no pude dormir en toda la noche. Cuando llegó el lunes y tuve que ir por los niños para llevarlos al colegio, a penas la saludé, ignoré el hecho de que se encontraba en esa hermosa bata que traslucía sus pezones y todo su cuerpo, y solo saludé a los niños y los metí al auto para llevarlos al colegio, y ahora me encontraba aquí, sentando en mi escritorio sin poder sacarme a Alice y a su maldita distancia de la cabeza.
¿En qué momento cambiaron las cosas repentinamente?
De un momento pasábamos de querernos demasiado sabiendo que las cosas ya estaban selladas hace un tiempo, a alejarnos supuestamente por los niños, pero en realidad porque las cosas entre nosotros estaban algo derretidas desde el acercamiento que tuvimos en Whistler.

Todavía podía saborear su hermoso cuerpo en ese pequeño bikini.

Agité mi cabeza con fuerza, con la intención de sacarla de mi cabeza con bastante necesidad, pero aún así no podía.

Salí del consultorio hecho una furia, necesitaba trabajar bien, necesitaba empezar el día distraído, no pensando en Alice y su maldita distancia, pero tampoco tenía ganas de desnudar a alguna enfermera en el cuarto del aseo para refrescar la mente.

Ignoré el saludo de Josh y me senté completamente solo en la cafetería, no había nadie ya que era temprano y la mayoría se encontraba empezando el día laborar, en cambio yo, parecía enfermo solitario a estas horas.

Honey - JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora