36: Josh Jefferson.

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Alice Coleman

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Alice Coleman.

Salí de la habitación en silencio, mirando al suelo, mientras la ansiedad recorría cada parte de mi cuerpo. Aún no podía ni siquiera asimilar lo que había sucedido allí adentro.

Me encontré con Justin recostado en la pared del pasillo, también mirando al suelo, pero enseguida levantó la mirada cuando me sintió. Y no sé porqué, pero se quedó mirándome con tristeza, con desconsuelo. Al parecer había escuchado lo que Josh me había dicho.

—Te lo ha dicho, finalmente —se enderezó.

¿Qué?
Mi ceño se frunció. ¿Él lo sabía y jamás me lo había dicho?

—¿Lo sabias, Justin? —lo miré sin entender nada.

—Alice —suspiró y se acercó hasta mi cuerpo—. No creo que debamos tener esta conversación en el pasillo, vamos a la cama.

Oh, claro, quería ir a la cama porque era su forma de asegurarse  de que yo no terminara gritándole; pero tampoco me negué, caminé hasta mi habitación con él detrás, y nos encerramos en ella a los segundos.

—¿Me vas a responder, Justin? ¿Por qué jamás me lo dijiste? —me senté en la cama, mirándolo bastante dolida— Creo que tenía derecho a saberlo.

—Yo tampoco lo sabía, Alice. Lo supe hace solo algunas semanas —suspiró, poniéndose de rodillas frente a mi, quedando a mi altura.

—¿Desde cuando, Justin? —finalmente solté un suspiro— ¿Desde cuando está —me quedé en silencio, me costaba incluso decirlo—... está enamorado de mi?

Justin cerró los ojos, llevándose las manos a la cabeza.

—Desde siempre, al igual que yo, estaba enamorado de ti mientras estábamos en el colegio —susurró, mirándome con tristeza.

—¿Por eso has actuado así de pesado allí abajo? —elevé ambas cejas— Es tú mejor amigo de toda la vida, Justin.

Justin cerró sus ojos, luciendo bastante afectado por el tema, y bueno, ¿quién no? No era simple saber que tu mejor amigo ha estado enamorado de tu esposa toda la vida.

—No puedo evitar ponerme celoso, ¿has visto como te mira? Siempre me pareció raro el hecho de que te miraba demasiado, pero nunca le tomé importancia, pero recién ahora, después de años he sabido de que no estaba loco y él efectivamente te mira con otros ojos —se levantó.

Solté un suspiro y negué con la cabeza.

—¡Esto es una locura! —acaricié mis cienes.

Honey - JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora