34: Realidad.

10.5K 603 124
                                    

Alice despertó aquel lunes gracias a unos fuertes gritos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alice despertó aquel lunes gracias a unos fuertes gritos.

—¡Despierta! ¡Despierta! —Fallon entró a la habitación agitando sus manos.

Alice abrió los ojos asustada y se sentó en la cama con rapidez, llevando sus manos al pecho.
Tardó en analizar todo lo que estaba sucediendo, pero cuando vio a Fallon mirándola con desesperación y caminando de un lado a otro en la habitación, comprobó por milésima vez que su amiga estaba mucho más loca de lo que pensaba.

—¡Es lunes! ¡Son las seis de la mañana! —se llevó las manos a los ojos, gruñendo.

—¡Tu despertador está sonando! —Fallon se elevó de hombros— De todas formas, hay muchas cosas que debes explicarme, empezando por...

—¡No ahora! —Alice rodó los ojos estirando su mano— Tengo que despertar a los niños para que se vayan al colegio.

—No te librarás de mi —Fallon se cruzó de brazos.

—Lo sé, tonta. Déjame ver a los niños y luego de que se vayan al colegio desayunamos y te cuento lo que quieras saber —se levantó de la cama.

Fallon elevó una ceja y asintió no muy convencida. Conocía a Alice, ella la terminaría evitando.

Alice envolvió su cuerpo semidesnudo en su bata de seda y se metió en sus pantuflas. Salió de su habitación y caminó por el largo pasillo hacia las habitaciones de los niños.

—¡Lunes de colegio! —abrió las cortinas de la habitación de Alex.

En realidad ni siquiera había sol, estaba todo oscuro y las nubes grises de Seattle lo empeoraban.

—¡No, mami! —Alex gruñó, abrazando una almohada.

—Despierta, cariño. Tu padre no tardará en llegar por ustedes —tiró de él, obligándolo a salir de la cama.

Alex, gruñendo, cosa adorable, miró a su madre con reproche y entró al baño de su habitación adormilado.

Alice sonrió al ver que logró su objetivo y posteriormente se dirigió a la habitación de Madison para hacer lo mismo.

—¡Buenos días, princesa! —exclamó con algo de sorpresa cuando la encontró despierta.

Madison estaba sentada en la cama, ya vestida para ir al colegio. Miró a su madre somnolienta aún y sonrió.

—He despertado gracias a mi alarma. ¡Tengo hambre! —abrió sus ojos mieles con cansancio.

—¡Bajemos a la cocina! Isabel debe haber dejado preparado tu desayuno.

Honey - JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora