12: Tienes algo que me pertenece.

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Alice Coleman

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Alice Coleman.

Un bulto, un bulto revolviéndose entre mis brazos, me hizo abrir los ojos asustada. Cosa de la cual en seguida me arrepentí ya que el sol daba justo en mi cara.

—¿Mami?

Abrí los ojos lentamente, encontrándome con los claros ojos de Madison.

—¡Buenos días! —bostecé con bastante pereza— ¿Qué hora será?

—Las nueve, es algo tarde —Madison rió, mirando su teléfono.

En estos momentos agradecía que Justin les haya regalado un teléfono a los niños. Al menos sabían ver la hora.

—¿Quieres desayuno a la cama, princesa? —elevé una ceja.

—¡Sí! —se sentó en la cama en seguida.

Reí al verla emocionada por algo tan simple y negué con la cabeza.
Por un momento me quedé estática mirándola, era demasiado hermosa, y no se parecía a mi, sus grandes pestañas claras lograban hacer que sus ojos mieles lucieran más profundos y grandes, su cabello castaño, casi rubio, y sus labios pequeños pero gruesos le daban a un toque bastante adorable.

—¿Mami? ¿Por qué me miras así? —frunció el ceño.

—No es nada —sonreí con algo de melancolía—, solo que eres un copia exacta de tu padre —suspiré.

—Sí, todos me dicen eso —rió.

Sonreí con ternura y me levanté finalmente de la cama.

—Iré a mi habitación a ponerme alguna bata y luego le diré a Isabel que te prepare el desayuno —avisé, mientras recogía mi ropa del suelo.

—Esta bien, mami —respondió desde la cama.

Le lancé un beso en el aire y salí de la habitación.

La mansión no se encontraba en completo silencio, al igual que todas las mañanas, se sentía como algunas empleadas se encontraban aseando el primer piso y algunas risas de la cocina.

Caminé por el frío piso de mármol, descalza y en ropa interior, miré la habitación de Alex, y por más ganas que tuviera de entrar para verlo, no lo hice, Justin aún debía encontrarse en la habitación y yo no entraría ahí en ropa interior.

Abrí la puerta de la recámara principal, mejor conocida como mi habitación y solté un gran suspiro. Todo estaba perfectamente ordenado.

Honey - JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora