(En los anteriores capítulos no a habido narraciones de Daniel, así que empezaré ahora ☺)
Daniel Kennedy.
Debido a mi estúpido esguince no podía entrenar, me dolía si hacia algún movimiento brusco, pero creo que podía entrenar perfectamente. Mi entrenador, Chris, me pidió que a última hora fuera a por unos papeles que le tenía que llevar a mis padres, esos papeles hablaban sobre los cambios que íbamos a hacer, y los padres tenían que firmar por si estaban de acuerdo con esos cambios, así que como capitán de mi equipo tenía que repartirlos a mis compañeros. Después de entrar en el aula y volver a hacerlo correctamente un par de veces, la profesora me dio la noticia de que iba a trabajar con Alaia. Me hacía pensar que me quería evitar o algo así, y cuando nos dijeron que íbamos a trabajar juntos, a ella no le pareció una idea muy atractiva, y de alguna forma, eso me aseguró que ella no quería estar conmigo. Alaia es una chica linda y amable, me caía bien, por eso en estos días no me había comportado como un gilipollas con ella, así que no tenía motivos para querer evitarme, ¿Porqué lo hacía?Sonó el timbre en señal de que ya habían terminando las clases y de que ya era hora de irnos a casa. Cogí mis cosas y después de repartir los papeles salí del instituto de camino a casa, y al igual que siempre me tenía que ir en la misma dirección que la de Alaia, pues su casa y la mía están casi al lado. La tenía justo en frente de mi, y quería saber porque estaba así conmigo, así que no me lo planteé dos veces y me acerqué a ella.
— Alaia.— Dije llamando su atención.— ¿Te ocurre algo? — Le pregunté y noté que ella tenía algo de nervios.
— No, ¿porqué me lo preguntas? — Me dijo ella y me encogí de hombros.
— Porque disimulas fatal.— Dije soltando una risa y sonreí al ver que ella sonrió.
— No he estado intentando disimular en ningún momento.— Dijo ella y reí.
— Si, y también mientes muy mal.— Dije y ambos reímos. — ¿Haremos ese trabajo? —Le pregunté mientras que metía mis manos en los bolsillos de mi pantalón y caminaba junto a ella.
— Si, claro. Pero si no te molesta, prefiero que lo hagamos en mi casa. Mi madre estará trabajando y mi hermano estará haciendo F.P.B.— Me dijo ella y asentí con la cabeza.No iría ni muerta a su casa, estaría allí su padre y sería muy incómodo.
— Claro, a las 16:00 (4:00 p.m.) me pasaré.— Le dije y finalmente ya nos encontrábamos justo en la puerta de su casa. — Adiós. — Le dije despidiéndome de ella, después de recibir otro adiós de su parte, seguí el camino hacia mi casa.
En cuanto llegué a casa, mi madre me recibió con el almuerzo, y como siempre, mi padre sentando en su escritorio liado con su trabajo. Mi hermana mayor, Cassy, se encontraba ayudando a mi mamá a poner la mesa y los pequeños Dallas y Sofía, como siempre, peleándose por tonterías. Comencemos a almorzar todos juntos mientras que comentábamos todo tipo de cosas.
— Por cierto, Chris me a dado un papel que tienes que firmar. Vamos a hacer algunos cambios en el equipo. — Le dije a mi padre mientras que comía.
— ¿Qué clase de cambios? — Me preguntó él.
— Pues viajar para competir, ponernos un uniforme nuevo y mejorado... No se, creo que en el papel los ponen.— Le dije a mi padre. A mi papá no le parecía una buena idea que yo fuera futbolista, cree que muy pocos consiguen triunfar en el mundo del fútbol y que es más bien un hobbie.
___
Ya eran las cuatro, así que salí de casa, para ir a la de Alaia, cuando hice que sonara el timbre ella me abrió la puerta y me recibió en su casa para después invitarme a subir a su habitación. Esta tenía en la puerta escrito su nombre con letras de color violeta, era una habitación grande y con luz, con tonos pasteles en sus paredes y decoraciones muy diferentes a las de mi habitación, en fin, su cuarto es todo lo contrario al mío.Ambos nos encontrábamos sentados sobre su cama mientras que ella me contaba como íbamos a organizar el trabajo, pero yo no le prestaba atención, llevábamos ya un largo tiempo hablando sobre el trabajo y ya me aburrí, tan solo me limitaba a mirarla mientras que se me pasaban miles de cosas por la cabeza.
— Y después podemos...— Dijo ella pero yo la interrumpí.
— ¿Porqué me estuviste evitando en todo el día? — Le pregunté directamente.
— ¿Acaso has escuchado todo lo que te he dicho?— Me preguntó ella y negué con la cabeza mientras que reía.
—No, y ahora responde a mi pregunta.— Le dije esperando a que me respondiera.
— Ya te he dicho que no te he estado evitando.— Dijo ella mientras que cerraba el cuaderno.
— Y yo ya te he dicho que mientes fatal.— Dije y ambos reímos.
—Ya en serio. No te he evitado.
—Puedes contarme lo que quieras, ¿sabes? —Le dije con sinceridad.
—Esta bien, te lo diré. — Dijo ella para después coger una bocanada de aire.— Mi madre trabaja para tu padre, y gracias a él yo estoy aquí, gracias a él estoy en esta casa y gracias a él yo estoy en el instituto, y por no mencionar que él fue el que me regaló la cámara con la que me viste por primera vez.— Me contó ella y al escuchar eso último recordé cuando la vi fotografiandome y sonreí. — En fin, y intenté no mantener ningún tipo de contacto contigo por miedo a que algún día llegarás a utilizar en mi contra que yo estoy aquí gracias a tu padre.
— ¿Y que te hizo pensar eso de mi?
— No se.— Dijo ella encogiendose de hombros.— El caso es que al ver a tu padre contigo el día del partido se me metió esa idea en la cabeza.
—Jamás utilizaré algo en lo que tenga que ver mi padre para hacer daño alguien, claro que si yo quiero herir a alguien lo hago, nadie esta diciendo que sea un ángel, pero si llego hacerlo no meteré a mi padre, ya que él podría matarme con sus propias manos.— Le dije y ambos reímos.— Pero bueno, ahora supongo que ya no intentarás evitarme, ¿no? — Le pregunté.
— No, después de escucharte ya me quedé mas tranquila.— Me dijo ella sonriente.
— Entonces, ¿Amigos? — Le dije acercándole mi mano para que ella la estrechara.
— Amigos.— Dijo ella y estrechó mi mano.
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ℐ𝓃ℯ𝒻𝒶𝒷𝓁ℯ.
RomanceNos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro. Así de impredecible es la vida... A veces pasa lo que no esperas, y esperas lo que no pasa. El mundo sigue su curso, aunque a veces no sea lo que queramos, pero que raro que al final de todo...