Alaia McCartney.
Emma y yo habíamos cogido el bus para ir al centro comercial, y una vez que ya lleguemos, este estaba repleto de tiendas.
- Ven, empezaremos por esta, mi favorita. - Me dijo ella y agarró mi mano para después llevarme hasta esta.Estuvimos mirando por toda la tienda, y vimos muchísimas cosas, pero si algo sé muy bien, es que nunca se debe de comprar en la primera tienda que entres, siempre hay que mirar en todas porque puede haber una prenda mucho mejor que otra. Nos recorrimos todo el centro comercial en busca de la prenda perfecta para hoy, y al fin encontremos esa prenda.
- ¡Me encanta! - exclamó Emma mientras que miraba una vez más el vestido. Ambas paguemos lo que costaban los vestidos y salimos de aquella tienda. El suyo era de un color rosa, ajustado y la parte de arriba tenía una forma en cruz.
En cambio yo, no opté por un vestido, sino por una falda y una top corto, ambas prendas eran de color negro, y el top traía un volante muy mono.Estuvimos hasta muy tarde juntas comprando todo tipo de estupideces que nos hacían ilusión tenerlas, pero no nos servían para nada, hasta que ya ambas nos fuimos cada una a su casa, cuando llegué mi madre no estaba, pero mi hermano si, este estaba hablando por teléfono, y como ni siquiera se había dado cuenta de que había llegado, ¿Porqué no espiar un poco?
Me escondí detrás del sofá, en el que él se encontraba sentado y permanecí en silencio mientras que lo escuchaba. Rápidamente intuí que estaba hablando con una chica, joder... nunca lo había visto así de gilipollas. Hablaban sobre quedar mañana después de almorzar y que por la noche saldrían, y entonces fue cuando exploté en risas cuando el colgó pero no sin antes decirle a esa chica "Mañana nos vemos preciosa, te amo bebé." Matheo sobresaltado se giró y me tiró a la cara un cojín.
- ¿Qué hacías ahí imbécil? - Dijo él intentando parecer enfadado pero sus ganas de reírse lo delataban.
- Mañana nos vemos preciosa, te amo bebé. - Dije poniendo voz de hombre imtentando parecerme a él.- Dios, que patético.- Dije entre risas.
- Oye ya, además te recuerdo que eras tú la que le cantabas cancioncitas de amor en el colegio a Adam Stone.-Dijo él señalandome con su dedo índice mientras que reíamos.
- Si, pero tenía nueve años, y además, si no fuera sido por ti, ahora mismo ese chico estaría enamorado de mi.- Dije riendo.En tercero de primaria estaba súper colada por el típico gracioso de la clase, Adam Stone, y el día de fin de curso le dije a mi profesora que me dejara cantar en el escenario la canción de Bruno Mars "Just the way you are", y cuando terminé, bajé del escenario y le dije que la canté pensando en él, y incluso creo que yo también le gustaba, pero claro, Matheo con la excusa de que era muy pequeña para tener novio, le dijo al chico que no se acercara a mi o sino le pegaría, obviamente no lo decía en serio, pero obviamente si un chico de once años amenazaba a uno de nueve con que le va a golpear, pues se viene abajo.
Después de varias bromas y risas con Matheo, se escuchó como la puerta se abría, ambos miremos hacia esta, y entonces vimos entrar a mi mamá.
— Hola chicos.— Dijo apenas sin voz, iba calgada de bolsas, lo cual significaba que había estado haciendo la compra. Matheo y yo nos levantemos para ayudarla y coloquemos las bolsas en la cocina para después ir metiendo cada objeto donde correspondía.Matheo y ella conversaban sobre lo que él habia estado haciendo este día, y entonces mi mamá me preguntó esta vez a mi como me fue.
— Bien, genial... He estado con Emma de compras, y por cierto, me han invitado a una fiesta a la que va a ir toda mi clase del instituto, por eso he ido de compras, ya tengo mi ropa preparada... — Le conté a mi madre, sabía que no me iba a poner pegas, pero si me preguntaría todo lo que se le ocurriese.
— ¿Y dónde es la fiesta?Y empezamos con mi mamá y su interrogatorio...
— No sé, mamá, te recuerdo que lleguemos hace unos días, supongo que será en cualquier local grande o algo así.— Le contesté mientras que sacaba del frigorífico un jugo de manzana y me lo servía en un vaso.
— ¿Y que te pondrás?
— Me he comprado una falda negra con un top negro, y no se, me haré algo en el pelo y me pondré unos tacones monos. — Le dije para después darle un sorbo a mi jugo de manzana.
— ¿Tú amiga Emma irá? — Me preguntó ella y asentí con la cabeza en señal de afirmación.— ¿Y tu amigo? — Me preguntó mi mamá, pero esta vez más sonriente.
— ¿Qué amigo? — Dijo Matheo adentrándose en nuestra conversación.
— Un chico de su clase, es alto, moreno... la acompaña hasta casa cada vez que salen del instituto.—Le contestó mamá.
— ¿En serio? Pues yo nunca lo he visto... ¿Cómo se llama? — Dijo Matheo.
— ¡Oye ya esta bien! — Les dije y ambos pusieron su mirada en mi. Sé perfectamente que ellos están hablando sobre este tema sin ninguna maldad y ninguna mala intención, pero no se, me incomodaba.Me fui de la cocina para subir a mi habitación, una vez en ella, agarré mi móvil, el cual llevaba sin mirar todo este tiempo, cuando lo encendí, vi que tenía un mensaje, y este era de Daniel...
"— Espero que no te hayas arrepentido de venir conmigo a la fiesta..."
Sonreí al leer el mensaje y comencé a responder a su mensaje.
"— No tranquilo jajaja."
Tardó unos cinco minutos, pero finalmente contestó:
"— Menos mal jaja Luke, Emma y yo pasaremos a por ti sobre las ocho."
"—Genial :)"Después de estar un buen rato sobre mi cama hablando con Emma y con Daniel a través del chat, decidí darme una ducha rápida, así que eso hice, y después de hacerlo, hice lo típico; cepillarme los dientes, peinarme el cabello, colocarme crema sobre el cuerpo, y ponerme la ropa, el pijama, claro... Finalmente, me acosté sobre mi cama y poco a poco me fui quedando dormida.
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ℐ𝓃ℯ𝒻𝒶𝒷𝓁ℯ.
Lãng mạnNos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro. Así de impredecible es la vida... A veces pasa lo que no esperas, y esperas lo que no pasa. El mundo sigue su curso, aunque a veces no sea lo que queramos, pero que raro que al final de todo...