Alaia McCartney.
Me encontraba echándole de comer al perro, Roy, sentada en el césped mientras que mi hermano estaba sentado junto a mi contándome el porque el no quería ir al viaje, y se supone que no lo hacía porque él quería seguir trabajando con el FPB, pero si algo tengo muy claro es cuando Matheo miente o dice la verdad, ya que desgraciadamente es una especie de gene que hemos heredado de mi papá, o mejor dicho, de Gilbert, el ex marido de mi madre. Cada vez que él mentía se reía, se confundía al decir las palabras y se ponía rojo como un tomate, y eso, es lo que hemos heredado mi hermano y yo de ese tipo.
- Theo...Theo, Theo.- Después de repetir tres veces su nombre al fin se cayó.- Deja de mentir chaval. - Le dije entre risas y entonces de repente ese color rojizo que había en su piel, desapareció. - Ahora vamos a hacer como si este momento no hubiera ocurrido, así que vamos a rebobinar hasta el momento en el que yo te pregunto porque no vas a venir a Italia con todos; ¿Porqué no vas a venir?
- Porque prefiero estar con mi novia antes que con mi profesora.-Dijo Matheo siendo sincero.
- Esa novia tuya tiene que tener un gran problema en la cabeza...
- ¿Porqué dices eso? - Me preguntó él con confusión.
- Tiene que tener algo muy grave al poder estar contigo.- Dije entre carcajadas y él rodó los ojos.
-----Matheo se fue a su habitación, así que yo me encontraba sola con Roy tendido sobre la alfombra mientras que yo estaba tumbada en el sofá. Estaba viendo un reality show, nunca lo había visto, pero el aburrimiento que tenía se estaba apoderando cada vez más de mí. Este trataba sobre un grupo de personas que convivían en una casa, y se peleban continuamente.
- ¿Alaia McCartney viendo un reality? ¿Qué me he perdido? - Dijo una voz femenina a mis espaldas, y rápidamente supe que esas palabras venían de parte de mi mamá. Solté una pequeña risa mientras que me daba la vuelta para poder quedar mirándola y ella después de soltar las bolsas de la compra en la cocina se sentó junto a mi.
- ¿Sabes qué? - Me preguntó mi madre mientras que se quitaba los zapatos.
- ¿Qué? - Le dije para después agarrar un cuenco pequeño lleno de frutos secos y comenzar a comerlos.
- Hoy he visto a Daniel. - Me contó ella y sonrió.- ¿Y sabes dónde lo he visto? en la empresa, junto con el Sr. Kennedy. - Me dijo ella con una sonrisa pícara y solté un pequeño resoplo.Daniel realmente se ha vuelto un amigo para mi, y a estado en mi casa muchísimas veces y se lleva muy bien con mi mamá y con Matheo, pero nunca creí conveniente contar que es el hijo del Sr.Kennedy, sólo por el simple hecho de que a mi madre le encanta el melodrama, y sé perfectamente que ya no dejaría en paz ni a Daniel, ni al Sr.Kennedy, ni a mi, así que por esa razón le dije a Daniel que no le dijera nada a mi madre, pero sinceramente, no me importa que ella sepa quien es su padre, ya que no tiene absolutamente nada de malo.
Mi madre al escuchar mi resoplo, se echó a reír y rodé los ojos.
- ¿Porqué no me lo dijiste? - Me preguntó mi madre.
- Pues no sé, tal vez porque puede que seas un poquitín pesada.- Dije entre risas y ella reía aún.
- Cuando lo he visto se a quedado el pobre en blanco. - Dijo mi madre entre risas y reí junto a ella por ese comentario.
- ¿Qué es tan gracioso? - Dijo Matheo metiéndose en nuestra conversación, mientras que bajaba las escaleras y finalmente se sentó junto a nosotras.
- ¡Oh! Contigo quería hablar...- Le dijo mi madre a Matheo. Él se quedó mirándola esperando a que ella comenzara a hablar.- ¿Porqué no vas a ir a Italia? - Le preguntó mi mamá a Matheo y este antes de contestar me lanzó una mirada.
- Pues porque no quiero. - Le respondió él.Sabía muy bien que mi hermano no le iba a decir nada de su novia a mi mamá, pues llevan poco tiempo, y como bien he repetido una y mil veces; mi madre se vuelve muy pesada a veces.
- Eso no es una respuesta.- Le dijo mi madre con la intención de que él argumentara.
- No quiero ir porque para estar en una casa desconocida con mis compañeros de clase, prefiero estar aquí.- Le dijo Matheo.
- No estarás con tus compañeros de clase, estarás con tu hermana.- Le dijo mi madre.
- No, no estoy con mi hermana porque te recuerdo que ya no estamos en la misma clase, así que si voy ella estará con su clase y yo con la mía. Pero incluso estando con ella en Italia, prefiero estar aquí.- Le dijo Matheo.
- Yo también te quiero.- Dije esta vez yo sonriendole irónicamente. Los dejé solos en el salón hablando, y me subí a mi habitación, donde lo primero que me llamó la atención fue mi móvil cargando. Agarré este y vi que tenía varios mensajes, el primero era de Emma que decía "¿Qué ropa te vas a llevar para el viaje?" A lo que yo respondí "No sé, ahora me voy a poner a hacer la maleta". El segundo mensaje era de Daniel y en este me contaba lo que le había ocurrido en la empresa con mi mamá, y respondí: "Jajajaja ya lo sabía, me lo a contado mi madre hace unos minutos, pero tranquilo no pasa nada". El tercer y último mensaje era de un número desconocido, pues no le tenía puesto nombre.
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ℐ𝓃ℯ𝒻𝒶𝒷𝓁ℯ.
RomanceNos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro. Así de impredecible es la vida... A veces pasa lo que no esperas, y esperas lo que no pasa. El mundo sigue su curso, aunque a veces no sea lo que queramos, pero que raro que al final de todo...