Alaia McCartney.
Dios, estaba súper nerviosa me temblaba todo el cuerpo, por suerte tenía a Miranda para calmarme. Ya me había bañado y todo lo demás, ya me encontraba vestida, entre Miranda y yo habíamos elegido que lo mejor era ir casual, porque solo íbamos a hablar, pero sinceramente, aún así quería estar guapa. Me coloqué una blusa blanca de palabra de honor, que tenía encaje al final de las mangas, y se me veía solo un poco la barriga,me puse también unos shorts que tenían roturas por delante, y de zapatos unas sandalias en color beige planas, pues como he dicho no tenía por que ir vestida muy arreglada.
Como siempre, me dejé el pelo suelto, al estar recién lavado, se quedaron algunas ondas en las puntas, cosa que creo yo que me favorecía. Me maquillé y en cuanto acabé, Miranda me dio un fuerte abrazo, y justo cuando abrí la puerta para salir, me choqué con Emma y Theresa, las cuáles iban a abrir la puerta para entrar a la habitación. Estas al verme sonrieron y empezaron a darme abrazos y a decirme cosas como "Que guapa estas" o "Mucha suerte amiga" .
Salí afuera a la parte trasera de la casa, y vi que Daniel estaba ahí, de espaldas a mi justo en frente de un pequeño lago que había. Me acerqué caminando hacia donde estaba él, y cuando ya me encontraba justo al lado de él, este aún no se había dado cuenta de que yo me encontraba ahí.
– Hola...– Dije para así hacerle saber que estaba ahí. Este se dio la vuelta con rapidez y sonrió al verme, al igual que yo a él.
– Esto... Estás preciosa McCartney. – Me dijo este y reí para después darle las gracias. Daniel se fue acercando a mí hasta quedar cara a cara.
– ¿Y bien? ¿De qué querías hablar? – Le pregunté para así hacer todo más ameno.
– Pues... Te quería pedir perdón por lo de la fiesta. – Comenzó este.
– Eh... Daniel, si me has llamado para decirme eso, no tienes porque. Yo estaba ebria, al igual que tú, ambos no sabíamos lo que estábamos haciendo, así que... No hay de que hablar. – Dije mientras que metía mis manos en los bolsillos traseros de mis shorts.
– No, no, no... Si hay de que hablar, porque yo había bebido, pero yo sabía muy bien lo que hacía. Y si lo hice fue porque fue porque esa vez ha sido la única vez que me has dado cabida, y no se porque me aproveché de ese momento, pero el caso es que me dejé llevar, porque me gustas Alaia, y mucho...– En cuanto oí sus palabras sentí como mi corazón latía cada vez más rápido, no sabía que hacer...– No me he atrevido a decírtelo hasta ahora, pero es así, y eso es de lo que te quería hablar. Ya se que tal vez me esté equivocando en decirte esto pero es lo que si...– No dejé que terminara de hablar, y directamente lo besé.
Dios, que si lo besé...
No supe que otra cosa hacer, y pues prácticamente fui directa al grano, y supongo que esa fue mi forma de decirle que a mi él también me gustaba. Daniel y yo comenzamos a besarnos, mi labio inferior se encontraba en medio de los suyos, y cada vez que lo besaba me sentía como si estuviera en el mismísimo cielo. Coloqué mis manos sobre su pecho, y sus manos se encontraban en mi cintura. Mi cuerpo y el suyo estaban completamente pegados, cosa que hizo que el beso se profundizara más. Después de estar por unos largos segundos más así, despegué poco a poco mis labios de los suyos, pero aún así su cuerpo y el mío seguían igual. Su mirada y la mía se encontraron, vi que él estaba sonriendo, y no pude evitar sonreír yo también.
– Supongo que me tomaré esto como una buena señal. – Dijo Daniel y ambos comenzamos a reír.
Sinceramente, ahora no se que pasará o que vamos a ser él y yo... Nunca he tenido novio, los típicos líos de unos días pero nunca nada serio.
—Esto... ¿Y ahora qué? — Pregunté con algo de vergüenza.
— Ahora eres mía. — Me respondió este con una sonrisa para después volver a unir sus labios con los míos y fundirnos en un beso...
Dios mío que alguien me sujete los pies porque si no voy a salir volando 😍
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ℐ𝓃ℯ𝒻𝒶𝒷𝓁ℯ.
RomanceNos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro. Así de impredecible es la vida... A veces pasa lo que no esperas, y esperas lo que no pasa. El mundo sigue su curso, aunque a veces no sea lo que queramos, pero que raro que al final de todo...