Alaia McCartney.
La pregunta de Daniel hizo que se me borrara la sonrisa que tenía en la cara, prefería no entrar en ese tema, pero se merecía una respuesta...
-No sé, pero es por la misma razón por la cuál antes me costaba ser tu amiga... Si hoy estoy aquí es gracias a tu padre. Nos ha echo un gran favor, y si antes hablaban de que si yo era tu amiga por interés, ¿que dirán si saben que ahora soy tu novia?
-Dios, Alaia... ¿en serio era por eso? -Me preguntó y asentí con la cabeza. Daniel se alzó un poco, haciendo que nos quedáramos cara a cara, mientras que yo seguía tumbada. - Entiendo que no te guste que hablen mal de ti, y que digan esas gilipolleces, pero no debes de darle tanta importancia, ¿vale? Créeme, no hablarán mal de ti, no permitiré que eso pase. -Me dijo Daniel con seriedad y una sonrisa se formó en mis labios. Coloqué mi mano en su nuca y uní mis labios a los suyos. Comenzamos a besarnos, mis manos se encontraban sobre su nuca y otra sobre su brazo, mientras que la suya se encontraba sobre la manta, ya que estaba de lado echando su peso sobre su brazo, y con la otra recorriendo todo mi costado dejando un rastro de caricias. Noté que Daniel intensificaba más cada beso, y sabía que una vez más, se estaba dejando llevar demasiado. Y no me importaba.Este fue consciente de que estaba yendo algo rápido, así que separó sus labios de los míos.
-Yo... Lo siento. -Dijo este mientras que se incorporaba, quedándose sentado sobre la manta. Daniel sabía que no quería ir tan rápido, pero ya eso no me importaba. Hice lo mismo, y me coloqué frente de él y sin decir ni una sola palabra volví a besarlo. Estaba lista, sabía muy bien lo que quería, y lo quería a él. Seguí su ritmo y ambos nos besabamos con intensidad. Daniel me atrajo hasta él, de forma que quedé sentada encima de él con mis piernas a cada lado. Separé sus labios por un instante para así poder quitar su camiseta y dejar su torso desnudo, y segundos después él hizo lo mismo con mi sudadera. Volvimos a unir nuestros labios mientras que me recostaba sobre la manta y él quedó encima de mí sin echar su peso. Sentí un escalofrío cuando note sus manos sobre mi abdomen y bajar hasta el botón de mis jeans, de los cuales se deshizo, para después deshacerse de los suyos hasta que ambos quedamos tan solo en ropa interior. Daniel bajó sus besos hasta llegar a mi cuello, y poco a poco fue bajando a un más pasando por mi pecho y mi abdomen, hasta llegar a mi pelvis, y cuando quiso tirar de mis bragas para deshacerse de ellas rápidamente coloqué mis manos sobre las suyas impidiendo que avanzara.
-Daniel...-Dije incorporandome. -Espera por favor. -Le dije y él se colocó en frente de mí.
-Yo... Creía que querías. -Dijo el tratando saliva con algo de vergüenza.
-Sí, pero... Creo que antes de nada debería de decirte que yo soy... Nunca lo he echo. Soy virgen. -Le confesé con timidez. Sentí muchos nervios al decirle eso, pero era algo necesario. Agaché la cabeza con vergüenza para así evitar ver su reacción, y que él no me viese en esos momentos, pero este agarró mi mentón y alzó mi rostro haciendo que nuestras miradas se unieran. Daniel tenía una sonrisa, se acercó a mí y comenzó a besarme, para después quedar con su frente sobre la mía.
-Quiero ser el primero, y ojalá que el último. - Me dijo este caso en un susurro. Sonreí y volvimos a besarnos, hasta que poco a poco acabamos en la misma postura que antes, yo tumbada y él encima de mí. A medida que nos besabamos, nos deshacimos de la ropa interior también, y tras varios roces haciendo que mi cuerpo sintiera miles de emociones a la vez, pude sentir un pequeño dolor en cuanto Daniel se quiso adentrar en mí.
-No te quiero hacer daño, cuando tu digas, yo paro. -Me dijo Daniel acariciando mi rostro y asentí con la cabeza en señal de afirmación. Él comenzó a adentrarse aún más profundo, sentía tanto dolor en ese momento, pero los besos de Daniel me ayudaban a calmarme. Agarré con mis manos la manta, y lo cierto es que quería que el dolor acabara ya, pero no quería parar, quería sentir a Daniel, quería estar con él, ¿y qué mejor forma que esta?Daniel lo hacía cada vez con más intensidad, y después de sentir tanto dalor, una especie de electricidad escalofriante recorrió todo mi cuerpo haciendo que de mis labios saliera un pequeño gemido. La velocidad y la intensidad aumentaban cada vez más, sus labios chocaron con los míos y comenzamos a besarnos, mientras que Daniel seguía penetrandome, haciendome sentir cada vez más y más placer, y mientras que lo besaba, un gemido escapó de mi boca, y este sonrió.
Mis uñas se hundieron en su espalda, mientras que él dejaba besos por mi cuello y bajó poco a poco hasta rozar sus labios en mi pecho y succionó la zona con sus labios, dejando marcas.
Dios, me sentía como en las nubes, ahora me sentía más suya que nunca, y él más mío, este momento me recordó una vez más lo mucho que lo amaba...
(...)
Los rayos del sol chocaban contra mis ojos, haciendo que me despertara, y cuando abrí estos sonreí al ver el bello rostro de Daniel a pocos centímetros del mío. Este se encontraba dormido, ambos estábamos completamente desnudos, lo único que nos tapaba eran un par de mantas que teníamos por encima. Agarré mi ropa interior, la cuál se encontraba tirada junto con la de Daniel y después de colocarmela comencé a vestirme. Una vez lista, me acerqué a Daniel, tan solo para limitarme a observarlo mientras que recordaba la noche de ayer... Fue todo tan hermoso, y él tan encantador. Tal vez para él no fue todo lo placentera que fue para mí, pero desde luego que ambos olvidaremos jamás esa noche.
Fue... Mágico.
Decidí mirar mi móvil para ver los mensajes, y mi corazón empezó a latir rápidamente al ver tantas llamadas perdidas y menajes de parte de mi madre y de Matheo.
-Mierda... -Susurré. Le escribí un mensaje a mi mamá, el cuál decía;Buenos días mamá ❤️ Siento no haberte avisado, pero ayer me fui a casa de Emma y se nos hizo tarde y acabé durmiendo en su casa, mi móvil lo dejé en su salón y no lo cogí en toda la noche ya que estuvimos repasando para el próximo examen.
Tal vez soné demasiado suave, pero no supe que más decirle...
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ℐ𝓃ℯ𝒻𝒶𝒷𝓁ℯ.
RomanceNos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro. Así de impredecible es la vida... A veces pasa lo que no esperas, y esperas lo que no pasa. El mundo sigue su curso, aunque a veces no sea lo que queramos, pero que raro que al final de todo...