Q U I N C E .

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Blake.

Cada moretón que tiene me llena de imágenes, me siento un inútil, imbécil e incluso siento como si alguien estuviera dándome de apuñaladas por todo el pecho. Harriet esta inestable, sus lágrimas se camuflan con el agua de la regadera, es en serio una mierda ver como una chica fuerte e incluso que siempre me está sonriendo o riendo se le vea tan devastada, él siempre fue uno de sus mayores miedos, y cuando intentaba cazarlo él lograba escabullirse como el gusano que es. No sé dónde se oculta, pero lo hace bien, siempre muevo mar y tierra para encontrarlo, encontrar a la única persona a la que Harriet le teme, la atormenta y la lastima.

Le quitó el shampoo y la tomo en mis brazos - así como la tomare cuando sea mi esposa -, la saco de la regadera para bajarla nuevamente y colocarle una bata, aunque amo su físico verlo ahorita solo me da imponencia por no saber a dónde se ha escapado el mierda ese. Cuando amarro la cinta a su cintura la vuelvo a cargar, está temblando, esta fría, pálida... Sus hermosos ojos negros que son capaces hasta de manipularte o intimidarte, esos ojos que siempre los he visto con vida ahora se ven vacíos, apagados y llenos de temor.

-No me dejes... - musita apretando mi playera mojada mientras se acurruca más a mí.

-No cometeré el mismo error.

Así como todos tienen su lado oscuro, pues bienvenidos al de Harriet. Si creían que nuestros lados oscuros eran las drogas, la mafia y nuestro romance pues estaban demasiado alejados...

Harriet tenía solamente dieciséis años cuando me fui, no les diré que era una adolescente que estaba en un rosa chillón o sociable con todos.

Una de las mayores mierdas que pase fue cuando regrese, ver su hermoso, corto, lacio y castaño cabello claro ya no existía más y había sido reemplazado por una larga, lacia y plateada cabellera, me desconcertó tanto como al ver como su cuerpo se había terminado de desarrollar. Cuando me había ido tenía dieciocho años, un adolescente enamorado de su hermana no era normal, un crío que creía que alejarse era la mejor idea para superarla.

Pero todo se fue en picada, estaba cayendo en un precipicio, lo único que me distraía eran las peleas, las carreras, el sexo con las mujeres más parecidas a la última imagen que tenia de ella, para que la única que fuera con la que repetía fuera lo contrario a ella, "pelirroja de cuarta", así es como le decía Harriet... Ella era mi mejor y única amiga, también la única en saber mi secreto, ya que en una noche de borrachera solté todo... Para que así irme y hacer cosas que ni recuerdo para terminar en la cárcel... Pero esa es otra historia.

Cuando Harriet tenía diecisiete años empezó a ser acosada por uno de los socios de papá, Daemon, recibía llamadas, mensajes que para Harriet no era más que otro idiota queriendo acercársele, Daemon siguió todo un año hasta que Harriet cumplió sus dieciocho años, el paro, pero al parecer yo no era el único que quería ser el primero para ella, cuando al parecer se enteró que Harriet ya no era virgen, Daemon la secuestro por una semana que no más que a Erín le preocupo, la ausencia de Harriet estaba presente y estaba ignorada por mi padre. Daemon la violo todos los días, la tenía atada, amordazada, la golpeaba cuando ella trataba de defenderse, estaba llena de moretones y antes de que ella pudiera escapar el logro córtala, dejándole una "D" inscrita en su cadera, como si fuera de su propiedad. Cuando yo regrese había sido tarde, un año tarde, según se, después de eso ella no salía a menos que sea por compañía de un guardia, no salía de su habitación, no comía, se pintó el cabello, se maquillaba la marca, los moretones y actuaba ante todos.

Erin y mucho menos nuestro padre se enteró de lo que ella paso en ese lugar, en ese lugar en el que la mantenían encerrada y desnuda para la disposición de Daemon y su hijo, él fue más fácil, a él lo encontré y lo mate descargando todo. Lo golpee y torture como seguramente lo habían hecho con Harriet, después de dejarle impregnado un número, - así como se lo ponen a los animales - y lo mate, dejando lo único visible el número, el número uno.

Así también de esa furia se creó Crux, yo solo no podía buscar a Daemon por todo Estados Unidos, así que reuní a pequeños grupos de gente al crear mi primera droga, cada año ese es su reto final para los Jugadores, el que lo encuentre vive y así se terminara todo... Pero nadie lo ha hecho, y, por ende, todos han muertos.

Harriet suelta un hipo a la vez que se acurruca más a mí, me he sentado en la cama mientras mi espalda está pegada al respaldo de la cama.

-Daría lo que sea por poder meterte bajo mi piel y protegerte de todo. - le susurro con un hilo de voz.

Pego su pequeño cuerpo más al mío, su llanto y temblor no cesa, a pesar de tener tres años ese suceso ella lo vive como si apenas lograra escapar de ahí. ¿Y cómo no hacerlo?, yo quiero jalarme todo el cabello al verla en este estado, golpear a mi padre por no saber cuidarla, sermonear a Erin por no haberme dicho nada... Y, sobre todo, regresar el tiempo para que yo no me hubiera ido como cobarde, así la hubiera protegido.

- ¿M-me vol-volvió a t-tocar? - me pregunta en un hilo de voz tartamudeando.

Casi, ya tenías droga en tu cuerpo así que te drogo más y te intento volver a violar.

-No, no lo permitiría, yo estoy aquí, no me iré, estoy para ti. - le respondo.

La imagen me golpea una y otra vez.

No sé porque esta mujer es tan necia, caprichosa y... Un grito me saca de la molestia. Me alarmó al recordar que papá y los del empleo no están.

Me bajo del auto y entro a la casa corriendo siguiendo los gritos, dejando todo tirado a mi alrededor. Cuando llego al pasillo del lado este me encuentro a Harriet intentando golpear a un hombre que la intenta besar, ella está en ropa interior, la veo llorando, cuando sus ojos negros y dilatados me ven siento una apuñalada. Me empiezo a acercar a grandes zancadas al hombre que tiene encima, lo tomo del cuello y lo empiezo a ahorcar.

El llanto desgarrador de Harriet vuelve a llamar toda mi atención y la veo hacerse un ovillo mientras se pega a una de las paredes.

Suelto al hombre después de golpearlo con la pared dejándolo inconsciente, me acerco a Harriet, pero ella solo me rechaza.

-Mi amor soy yo. - susurro. Ella al reconocer mi voz se me lanza encima para seguir llorando.

-No me dejes, no quiero que me lastime, no quiero volver a sentir nada de él, no quiero ser violada de nuevo. - llora más fuerte, está temblando, está llena de moretones y mordidas.

Saco mi cabeza de su cuello haciendo que ella haga lo mismo, sus ojos negros están rojos y llenos de pánico, coloco mi frente junto a la de ella.

-Eres mi vida entera, no permitiría que te vuelvan a hacer daño.

Cuando me giro a ver a Daemon maldigo al ver que el imbécil volvió a escapar. Espero a que se duerma en mis brazos, le coloco la ropa, la dejo en la habitación de Erin y me acomodo en el sillón de Erin viendo como ambas ya duermen.

Llamo a los Jugadores y les ordeno que busquen a Daemon, no creo que haya ido muy lejos. No pienso irme, no pienso dejarla, yo velare por ella, todo mi ser depende de ella.

JUGADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora