C U A R E N T A Y C U A T R O .

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Harriet.

Veo como le cortan el cabello a Kenia para que luego ver como se lo pintan de negro; ya tiene pupilentes negros de la misma o al menos que le lleguen a la tonalidad de mis ojos. La he acompañado a que se le suavicen y limpie la piel además de que tenga la misma tonalidad que la mía, se le acentuaron unos rasgos al igual que le tatuaron las pecas del rostro que yo tengo. Y ahora ambas somos pelinegras.

Empiezan a secarle el cabello y camino hacia a ella, viendo que lo único que nos diferencia completamente es que le gano por algunos centímetros de altura y, que estoy más delgada y desarrollada que ella.

—Vamos, que todavía te deben borrar el tatuaje. —digo cuando el hombre que la estaba arreglando se va.

Kenia me mira a través del espejo para luego volver su vista a ella, intentando buscar mas diferencias. Asiente después de un rato y se levanta, siguiéndome a la salida.

Salimos del salón de belleza y nos subimos al auto.

Después de manejar cinco minutos llegamos a las afueras de un local donde hacen y quitan los tatuajes. La parte delantera parece todo cristal y por ende puedo notar que los colores oscuros y carteles de neón reinan el lugar.

Espero que Kenia entre y atravesamos un pequeño pasillo para llegar con la recepcionista. Es de cabello ondulado y rojo, tiene miniaturas de prendas oscuras y se encuentra llena de tatuajes.

—Quiero que le quiten un tatuaje en la espalda baja, es del tamaño de un dólar.

—Claro, solo esperen su turno. —dice escribiendo algo en su libreta.

—Me temo que no tenemos tiempo, —aviso empezando a sacar mi tarjeta de crédito. —¿Cuánto quieres para que le quiten ahora el tatuaje?

La pelirroja me recorre con la mirada un rato y después se deposita en la tarjeta que le extiendo, de un momento a otro sonríe.

—Ahora mismo las recibe Refri.

Sale del mostrador y nos guía a otro pasillo que nos lleva a una habitación, con un sillón reclinable de cuero, un sinfín de aparatos y un hombre de color algo gordo durmiendo en el sillón.

—¡Eh Refri!, — lo patea en la pierna, despertándolo. — tienes una clienta.

Y se va.

Me giro a ver a Kenia que mira a Refri con desconfianza y miedo y sonrió, colocándome detrás suyo para empujarla a él.

—Quítale el tatuaje de colibrí que tiene y te pagare muy bien, que no quede marca.

El hombre asiente y lo único que escucho antes de salir es como le pide a Kenia que se recueste y le muestra el tatuaje.

ººº

Después de comprarle ropa a Kenia nos encaminamos al edificio en el que se encuentra el nuevo apartamento que compartirá con Jensen.

Esta por anochecer y estoy agotada. Salimos de casa junto a Blake desde la mañana y desperdicie el día llevando de compras a una desconocida, joder, ni a mi hermana la llevo de compras desde que ella tenía diez años.

Cuando llegamos veo el deportivo de Blake aparcado. Me bajo y espero a que la ahora pelinegra saque las bolsas. Le pongo seguro y nos dirigimos al edificio.

El Arabella está en un área segura y algo alejada de Los Ángeles, es de estilo romano y todo parece una autentica antigüedad, bueno el estilo claro. Arabella tiene mas de cincuenta cámaras de seguridad, dos guardias en las puertas traseras y delanteras y la mayoría de estos son JUGADORES.

Cuando entramos vemos a Jensen ahora sin marcas de que tuvo perforaciones, los ojos mas intensos, el mismo corte de Blake, el mismo estilo de ropa, sin tatuajes y debo admitir que esta idéntico a mi chico.

—Hola preciosa. — dice acercándose a mí, imitando la voz de Blake.

—Jensen, — lo llamo y este se muestra sorprendido. —¿Dónde está Blake?

Y la pregunta queda al aire cuando lo veo salir del baño, recargando su peso en el brazo contra el umbral de la puerta.

Nos mira a ambas mientras tira el trozo de papel con el que se estaba secando al suelo, luego su mirada se reposa en Kenia, le sonríe y cuando se coloca frente a nosotras me toma rápidamente de la cintura y el rostro para plantarme un largo beso en los labios.

—Yo también te reconocería fácilmente. —murmura sobre mis labios antes de girarse a los dos chicos que ahora si son idénticos a nosotros. Sin soltarme la cintura.

Blake saca las llaves de su deportivo y se las lanza a Jensen. Este las atrapa en el aire y las mira con incredulidad.

—El auto en el que venimos ahora es tuyo, cuídalo y nosotros los llamaremos.

—¿En serio viviremos aquí? —pregunta Jensen viendo la sala del apartamento.

El apartamento tiene tres habitaciones, cada uno con sus respectivos baños, una cocina, otro baño, una terraza, un cuarto de juegos y un ascensor que te lleva a la terraza del edificio.

—No, —les informo y estos me miran con mucha más confusión. — Edward también vivirá con ustedes, les informara que deben hacer y el también se encargara de que lo hagan. Es una buena compañía.

—¿Quieres decir que viviré con dos hombres? — replica Kenia molesta, y cuando termina de hablar la puerta es golpeada.

Blake abre y de este aparece el pelirrojo con una enorme maleta a lado, con una sonrisa en los labios y el cabello alborotado.

Entra y recorre todo con la mirada, hasta que se posa en nuestras copias.

—Es asombroso, —murmura viendo a Kenia impactado. Mira a Jensen y sonríe coqueta y divertidamente. —dime por favor que tu si eres gay.

Me rio entre dientes y veo a Kenia. — no exactamente.

—Edward, estarás a cargo de estos dos. Nos vamos. —avisa Blake.

Cuando salimos del Arabella me encamino al auto, le doy las llaves a Blake y ya estando ambos dentro arranca, el camino es silencioso además de las luces, los panfletos, la música, etc. Que llenan Los Ángeles, miro por el espejo retrovisor notando los autos detrás de nosotros, pero después de dos giros y cambios de direcciones noto como un Toyota negro y polarizado nos está siguiendo. Me giro en mi lugar cuando Blake da una vuelta y este la realiza igualmente.

—Blake...

—Ya lo vi. —dice viendo por el espejo retrovisor.

Toma la palanca de cambios y cambia la dirección, acelerando normalmente para luego introducirse a una carretera y acelerar. Me coloco el cinturón de seguridad después de decirle a Blake que también lo haga.

Miro por el espejo otra vez y veo como el auto está desviando unos autos para poder llegar a nosotros. Y el silencio reina hasta que Blake grita:

—¡Saca el arma del maletero!

ººº

Hasta los proxima amiguitos xd. 

Dos caps como recompensacion de desaparecer ;-;, ¿que les pareció?.

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