C U A R E N T A .

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Harriet.

Siempre he sentido que esta casa es demasiado grande para ocultarse u ocultar cosas, llevando a esto a mis hermanos y a mí al muy conocido juego de la búsqueda del tesoro. Indagando por rincones de la casa y jardines que no hacían mas que recordarnos que solo estábamos nosotros contra todos; incluso nuestro padre.

Encontrar algo siempre me resultaba entretenido e incluso divertido, pero ahora no siento mas que molestia, frustración y hasta cansancio. La biblioteca de la casa no solo era nuestro lugar favorito en la infancia, también lo era en la pubertad... nunca creí pensar que no conocía en realidad cada rincón de esta habitación.

Pero aquí estoy, en el umbral de la puerta, recorriendo con la mirada el gran estante que abarca toda una pared llena de libros infantiles, sociales, juveniles, académicos, artísticos, culturales... en fin, un estante bastante ecléctico; veo los negros sillones individuales a lado de las cortinas blancas, las mesas de vidrio, redondas y adornadas por una lampara y flores amarillas. El tapete escarlata que se esparce por todo el piso y la escalera que se resbala por todo el estante con ayuda de pequeñas ruedas en ambos extremos.

— ¿Dónde estás? — murmuro para misma.

Me suena el móvil y lo apago sin siquiera ver quién es.

Vuelvo a recorrer mi vista por talvez quinta puñetera vez y... Sonrió al mismo tiempo que saco mi cabeza y vigilo que nadie se acerque. Le coloco el pestillo a la puerta y atraigo la escalera mientras subo al ultimo escalón, aquí, entre los libros de ciencia y biología esta el pequeño estuche plateado de Callum. Lo abro y de este sale los tres papeles que necesito. Ingreso las imitaciones que creo un chico de Crux mientras me escondo los papeles que contienen las claves de seguridad de las cajas fuertes.

Escucho un ruido fuera y me apresuro a tomar un libro, bajando con cuidados para quitarle el pestillo y salir, encontrándome con la nueva mucama de la casa.

—Perdone señorita Freeman, no sabia que estaba aquí. — se disculpa haciendoce a un lado.

Cada vez que mi padre contrata a alguien del servicio las noto más jóvenes y voluptuosas, inocentes e ingenuas que de seguro terminan en su cama. Trae puesto el uniforme con cubeta en mano. La hago a un lado al mismo tiempo que saco mi móvil. Lo enciendo y me encuentro con que cinco llamadas perdidas de Blake, seguido de un solo mensaje:

                                                                                                                                                                             Blake:

                                                                                                                                          Revisa la mochila de Erin.

Harriet:

¿Por que?

Ya tengo las claves ;)

Empiezo a subir las escaleras cuando escucho la voz de Callum, gritando y despidiendo a otros dos que nos estaban encunbriendo.

                                                                                                                                                                            Blake:

                            Son cinco JUGADORES que van al mismo Instituto que Erin, son dos los que               quieren impresionarla y uno de ellos se encarga del trafico de droga en esos pasillos, sumándole que no los amenazamos para que ni siquiera la miraran.

JUGADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora