T R E I N T A Y T R E S .

592 64 12
                                    

Blake.

Gruño y la penetró con mas fuerza mientras ella sigue con los ojos cerrados, diciendo mi nombre en leves murmullos mezclados con el sonido de sus jadeos y gemidos, empiezo a darle leves mordidas en el hombro y ella me atrae mas a su cuerpo con sus piernas, siento la gran humedad en su delicioso coño, como se comprime y como su cuerpo se llega a retorcer de un dolor placentero.

Me separo de su hombro para verla bien y los labios entreabiertos de Harriet están húmedos e hinchados por las mordidas y las succiones que les doy. Salgo de ella cuando veo que se acerca su orgasmo y le voy una vuelta, haciendo que se ponga en cuatro y la vuelvo a penetrar, su gemido de sorpresa llena la habitación, tomo de sus caderas y la penetró con mas rapidez a la vez que veo como sus manos se vuelven puños sobre las sabanas blancas.

Acarició su trasero, para luego apretarlo entre mi mano sin parar mis embestidas, dejo su trasero y acarició la curva de su espalda y cintura, para descender a su clítoris y empezar a jugar con el.

Después de unas penetraciones mas siento como nuestro orgasmo llega, haciéndome gruñir de placer mientras Harriet grita mi nombre.

Salgo de ella y ambos nos dejamos caer en el colchón, mientras Harriet sigue jadeando. Buscó sus labios y adentro mi lengua en ellos para qué se roce con la suya.

-Eres mía. - digo sobre sus labios antes de juntarlos nuevamente.

Harriet se pone arriba mio aun sin despegar nuestros labios.

-Dime que eres solo mía. - jadeo empezando a besar su cuello y una erección vuelve a mi miembro.

-Si,- susurra. Enreda sus dedos en mi cabello y gime al sentir mis caricias. - siempre he sido tuya.

Pienso hacer que sus caderas bajen de mi pecho para hacerla mía de nuevo pero los golpes en la puerta solo me hace parar mis manos en sus muslos, sin dejar de besarla intentando hacer a un lado el golpe.

Harriet se mueve y empieza a besar mis labios y cuello, al mismo tiempo que tomo uno de sus pechos para masajearlos y moldearlos a mi gusto.

Los golpes se vuelven mas insistentes y gruño.

Puta.vida.

-¡¿QUIÉN?!. - grito.

Harriet se ríe y baja de mi cuerpo, para levantarse del colchón y colocarse mi playera mientras yo me cubro de la cadera hacia abajo con la sabana.

-¡¡HARRIET!!. - se escucha el grito de Erin. Su voz se escucha distorsionada y las palabras parecen arrastradas.

Harriet le quita el pestillo a la puerta y abre, de un momento a otro se ve como Erin tiene lo ojos rojos mientras lagrimas descienden, Erin se lanza sobre Harriet y la abraza, mientras sus sollozos se apoderan de la habitación.

Apoyo mi peso con ayuda de mis codos y me paso la mano por el cabello.

-¿Me esperas en tu habitación para hablar?. - dice Harriet dulcemente.
Erin asiente y se separa lentamente de ella para irse, cabizbaja.

Harriet cierra la puerta y se quita la playera, colocándose ropa interior.

-¿Porque siempre te busca a ti?, yo también soy su hermano. - me quejo dejándome caer en el colchón con los brazos detrás de mi cabeza mientras veo como se coloca un vestido suelto color blanco.

-Siempre ha sido mas apegada a mi, no te quejes.

Le sonrió y ella besa mis labios antes de irse de su habitación.

Veo mi erección y gruño al pensar que tengo que bajarla o masturbarme para calmarla.

Me coloco mis bóxer después de lograr pensar en cosas que no sea Harriet abriéndome sus preciosas piernas y me voy a mi habitación.

Me meto a bañar y cuando termino me coloco una playera blanca con rayas amarillas, una chaqueta de cuero negra, unos pantalones de mezclilla rasgados, unas botas y mi reloj.

Salgo de mi habitación después de ponerme perfume y abro la de Erin, viendo con tartamudea con sus hipidos y el llanto esta mas fuerte.

-Y-y... E-es-t... Harriet. - hago un gran esfuerzo para no reírme.

Erin siempre fue así, cuando le pasaba algo y se ponía a llorar el hipo no la dejaba hablar normalmente y no hacia mas que balbucear, para después decir el nombre de Harriet o el mio para lanzarse a llorar nuevamente con mas fuerza, y después de todo eso quedarse dormida y decir que le paso cuando despierta veinte minutos después.

Harriet se muerde el labio mientras la mira preocupada y le acaricia el cabello.

Carraspeo y al fin notan mi bella presencia, me siento a lado de Erin y ella empieza a llorar en mi hombro.

-Tranquila, inhala, exhala y cuéntanos  que pasa.

-¿A ti quien te invitó?. - dice Harriet viéndome a los ojos divertida.

Erin se ríe levemente mientras se calma y se sorbe los mocos. Inhala pero vuelve a romper en llanto.

La última vez que estuvo así fue por un final de un libro, pero no duro tanto como ahora, de hecho, nunca había llorado tanto como ahora.

Erin se cubre el rostro con las palmas de sus manos haciendo que vea a Harriet y esta me devuelve la mirada, se encoje de hombros y regresa su vista a la menor.

Me levanto y voy hacia Harriet.

-Voy al Edificio cualquier cosa llámame. - le susurro.

Ella asiente y beso el cabello de la pequeños castaña que parece magdalena.

Harriet besa mi mejilla y me voy.

¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤

Cuando bajo de la camioneta veo como algunos autos están afuera, haciéndome entender que algunos JUGADORES están dentro.

Al entrar noto como tres cuerpos muertos y llenos de sangre están manchando mi alfombra, una cabeza esta al otro extremo de lo que era el cuerpo de Andres y veo en la pared un mensaje escrito por un Spray negro, "Esperare tu jugada, Crux".

Sonrió con sorna y recorro los cuerpos con la mirada hasta que esta recae en una caja llena de colores, frunzo el ceño y con cuidado la abro. Escucho como un pitido inicia y maldigo por lo bajo, tomo la bomba entre mi mano y lo lanzo lejos antes de salir corriendo del Edificio, subiendo a mi camioneta para ver por el espejo retrovisor como explota, calcinado todo a su paso.

Espero a que pase el estruendo y regreso, viendo como todo se sigue derrumbando aun desde el asiento piloto de la camioneta.

-¿Quieres jugar?, - le digo a la nada sonriendo. - Juguemos.





JUGADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora