D I E C I S E I S .

944 55 8
                                    

Harriet.

No he querido separarme de Blake, cuando siento que me caigo de nuevo en el vacío es como si el tambien lo sintiera y me apretuja mas a el. Nuestros corazones palpitan al mismo ritmo, ambos laten de forma descontrolada, aunque se que es por su presencia... Ya que cuando pase por esto sola mi corazón latia lentamente, no como ahora... Ahora es como si hubiera corrido un maratón.

Saco mi rostro de su pecho y me limpio las lagrimas. Blake me toma de rostro con ambas manos suavemente y me hace verlo a los ojos, me besa algunas de las lagrimas que no he podido limpiar para despues besar mi frente y abrazarme.

-¿Quieres desayunar?, te puedo conseguir lo que desees. - me dice a la vez que me separo un poco de el.

Sonrió levemente y niego. Ambos sabemos que la última vez que intento cocinar quemo la cocina. El solo queda viendo lo que formo mis labios, algo que dudo pueda llegar a ser una mueca.

Para distraerme un poco de lo miserable y mierda que me siento empiezo a acariciar el rostro de Blake, el cierra los ojos mientras ciento su respiración mas acelerada. Mis ojos se vuelven a llenar de lagrimas.

¿Como si quiera puede fijarse en mi?, estoy tan llena de marcas que me doy asco, cada vez que veo la "D" en mi piel me da por romper a gritar.

Doy asco...

-No vuelvas, jamas a decir o siquiera pensar en eso. - dice Blake abriendo los ojos. Lloro mas fuerte y me bajo de su regazo para caminar y colocarme en uno de los sofás.

-¿Cómo no pensarlo Blake?. - lloriqueo, al fin, encontrando mi voz.

Abrazo mis piernas y escondo mi rostro a la vez que mi llanto sale mas fuerte.

Soy un asco, no solo de persona, físicamente tambien lo estoy siendo. Empiezo a sentir un vacío, un vacío ya muy conocido para mi. Siento una mano en mi hombro y grito olvidando por completo que estoy con Blake y no con ellos en una habitación.

-Eres tan suave. - dice Daemon besando mi estómago.

Grito a la vez que lo intento patear para que me suelte, pero no puedo hacer nada, estoy débil, llena de golpes, deshidratada y mas delgada de lo normal.

Mis muñecas están atadas por dos cadenas, mis pies ni siquiera tocan el suelo a menos que los intente colocar de puntillas y mi cuerpo desnudo esta pegado a la fria pared.

Daemon me da una cachetada cuando logro patearlo, abre mis piernas y las coloca alrededor de el a la vez que entra en mi. Grito de dolor y muevo mis muñecas intentando safarme inútilmente ya que solo hace lastimarme mas las muñecas.

Daemon empieza a embestirme fuertemente, lloro, lloro como nunca, solo quiero salir de aquí y olvidarme de todo y todos. Quiero irme. Quiero que esto termine... Quiero morirme.

-Aquí estoy, Harriet, soy yo. - la voz de Blake se escucha tan preocupada.

El no debería estar pasando por esto, merece una buena novia, una sin mierdas en el pasado, sin traumas, sin tener que ocultarse para no armar problemas.

-Te amo... - susurra.

Grito al mismo tiempo que lloro y me abrazo a mi misma mas fuerte.

El agua fría de la manguera lastima mi cuerpo, tengo la vista nublada pero aun así veo como Daemon se acerca a mi con una navaja en mano.

No quiero morirme, no sin antes ver que Erin sea feliz, no sin antes ver a Blake y al menos decirle que me enamore de el sin siquiera darme cuenta.

-Tu eres mía princesa, y eso lo debes tener muy claro. - dice Daemon acercándose a mi con sus ojos recorriendo mi ahora mojado cuerpo con lujuria.

-¡¡SUÉLTAME!! - grito intentando safarme nuevamente cuando el empieza a masajear mi trasero.

Mete dos dedos dentro de mi feminidad haciéndome llorar nuevamente.

Besa mi pelvis a la vez que coloca mis piernas en sus hombros para así mordisquear mi clítoris y meter su lengua dentro de mi. Me muevo intentando hacer que se aleje pero no lo hace. El me toma de las piernas nuevamente y se aleja.

Me toma del cabello cuando se levanta, lame mi cuello y rostro, se empieza a reír y se agacha nuevamente para colocar el filo de la navaja en mi cadera.

-¡¡DÉJAME!!- grito de dolor cuando siento el filo atravesar mi piel, ha escrito algo pero no quiero verlo. Daemon empieza a lamer mi sangre y acariciar la cortada.

Blake pasa sus brazos debajo de mi llevándome nuevamente a su regazo, paso tímidamente mis brazos detrás de su cuello e intento calmarme.

Un intento mas que fallido, siento como si me estuvieran haciendo nuevamente la cortada, como si llegara el hijo de Daemon a usarme como saco de box para despues violarme.

La puerta empieza a ser goleada y yo me pego mas al cuerpo de Blake, desde hace tres años solo el ha sido el único hombre que me ha tocado sin que yo me sienta mas que una basura.

-¿Quién?- grita Blake.

-Blake, ¿me abren?, quiero estar con Harriet, tengo tantas cosas que decirle. - Escucho la voz animada de Erin al otro lado.

Aprieto los ojos y me levanto, mis piernas tiemblan cuando doy los primeros pasos hacia la puerta pero necesito mantenerme firme, firme para mi hermana menor, que soy su ejemplo - aunque lo último que quisiera es que me imitara- .

-Espérame en tu habitación ¿vale?. - digo a la puerta esperando su respuesta.

La escucho reír.

-No tardes. - dice entre risas.

Pego mi espalda a la puerta a la vez que desciendo lentamente hasta llegar al suelo llorando nuevamente. Aunque intente no puedo detener las lagrimas que salen descontroladamente de mis ojos.

-No vayas.

-Tengo que ir, me necesita. - hipo viendo a Blake.

Su rostro desparrama preocupación y dolor.

-No estas bien. - me acaricia el cabello.

-Nadie esta bien - le digo mientras intento sonreír. El se relame los labios y niega con la cabeza levantándome delicadamente del suelo. - ¿puedo caminar sabes?. - intento bromear.

Es una enorme mierda fingir estar bien cuando en realidad estas podrida por dentro.

Han pasado mas de siete días, siento frío mi cuerpo por todas las veces que me mojan con la manguera al caer la noche, siento un milagro no haber muerto ya de hipotermia, deshidratación o desnutrición.

Un chico se acerca a mi corriendo, me mira con pánico y preocupación.

-Te sacaré de aquí. - susurro.

Simples palabras que te hacen volver a la vida, solo necesite esas simples palabras para sentir el alivio en mi desnudo cuerpo.

El chico saca algo parecido a una espada y corta las cadenas, haciendo que caiga de rodillas y provocando un gran dolor, pero nada como lo que me hacia Daemon y su hijo... Colton.

El pelinegro me entrega ropa deportiva y me la pongo lo mas rápido que mi cuerpo me permite hacerlo. Se coloca atrás mio vigilando.

-Atravesando es puerta hay un auto negro. ¿Sabes conducir? - asiento. - perfecto. Hay que sacarte de aquí.

Dice a la vez que empezamos a correr por los enormes pasillos. Me señala una puerta y obligo a mis piernas a correr mas fuerte y rápido. Se empiezan a escuchar gritos seguido del sonido de las balas.

-¡¡CORRE!!- grita el pelinegro entregandome unas llaves antes de ser disparado por tres hombres.

Corro mas fuerte. Empujo la puerta y corro aun mas rápido al ver el auto, le quitó el seguro y lo enciendo para despues arrancar y huir de ahí, con la respiración acelerada, y con tres marcas de balas en la parte trasera del auto.

Mi cuerpo tiembla y aunque ya tenga ropa... Me siento mas débil y descubierta que nunca.

JUGADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora