S E S E N T A Y D O S .

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Harriet.

Hace dos días que no aparece Carmen y hace una semana que estamos aquí dentro. Nos empezaron a dar unos vagos y estoy segura que tóxicos intentos de comida. Blake aún tiene heridas abiertas, y a veces escucho voces masculinas del otro lado de la puerta. Se que Carmen nos evita, se que es consciente que cada día yo encuentro algún punto débil en ella y no viene para no arriesgarse. Lo único que nos ha mandado a decir es que en tres días iremos a traer el cadáver de Daemon. Se podría decir que la cuenta regresiva inicia.

—Creo que llevara dos camionetas de refuerzo—escucho decir a Blake. Lo miro y este esta recostado contra la pared, aun sin su camiseta y con los ojos cerrados; los brazos cruzados y las piernas extendidas.

Miro un buen rato la sangre seca, el labio roto, su manzana de Adán bajar y subir, las pestañas, los músculos tensos, el pantalón rasgado de una rodilla por la caída que tuvo y en sus muñecas lo rodea un color rojo y morado intenso. Miro las mías y estoy igual. Lo vuelvo a ver y camino hacia él, empezando a hablar.

—Deberíamos pelearnos.

El abre los ojos y me siento frente a él.

—Carmen por muy estúpida que la creamos no se va a dejar engañar tan fácilmente con eso de la familia feliz; así que, si nosotros le haremos creer que peleamos haciendo una división entre ambos, con eso ella pensara que no seremos una amenaza para ella si nos saca de aquí. Nos ganaremos su confianza y al hablarlo con ella crearemos un vínculo de confiablidad.

—¿Cómo haremos eso si desde que vimos que seguía viva hemos querido matarla? —dice. Descruza los brazos y lleva una mano a mi rostro.

Somos buenos mintiendo, usaremos eso. Le haremos creer que la empezamos a querer y nos acercaremos a ella para que nos deje. Su venganza la siente como obligación y no será difícil corromper su idea.

Blake asiente y me hace un gesto para que me siente a su lado. Lo hago y recuesto mi cabeza sobre su hombro, el me abraza y empieza a acariciar mi espalda y brazo. Después de un rato siento mis parpados pesados. No he dormido nada en estos días al igual que Blake; y si hemos llegar a descansar es porque literalmente nos dejan inconscientes.

ººº

Abro los ojos y veo a Blake. Este me sonríe y besa mi frente antes de que aleje mi cabeza de su hombro.

—¿Cuánto tiempo dormí? —le pregunto a Blake. Me levanto con dificultad y este hace lo mismo, ambos estirando nuestras extremidades.

—Muy poco, tal vez veinte o quince minutos.

Asiento y miro la puerta un buen rato. Blake me dice que no ha entrado nadie como si leyera mi mente y suspiro.

—Debemos hacerle creer que hemos peleado, y debemos fingir hacerlo porque hay cámaras por todas partes. —lo veo con intensiones de buscarlas y tomo su rostro, deteniéndolo. —. No las busques, las encontré ayer en la noche y para nuestra suerte son de las que solo captan el video y no el audio.

El se cruza de brazos y se aleja de mí. —¿Qué pelearemos?, creo que hemos ya discutido todo lo que teníamos que discutir.

Enarco una ceja. —Pues lo de que discutiremos no será. Sería muy estúpido.

Blake me mira un buen rato, pensando. Hasta que habla. —Hice un trio la noche anterior de pedirte que fueras mi novia.

—¿Quieres decirme que te follaste a dos personas antes de ir a mi habitación y decir que me amabas? —espeto anonada cruzándome de brazos.

—No, eso fue la noche anterior. Porque si las cuentas fueron tres. Esa misma mañana estuve con Natalia.

Y como olvidar a esa maldita pelirroja. Entrando a casa de la mano de Blake creyéndose la dueña de todo, en especial de él. Era con la única que regresaba Blake, la consideraba su amiga e incluso vivieron juntos tres meses. Y la muy idiota no paraba de repetírmelo. Lo único que quería era ponerme un vestido e irme con alguien para desaparecer unos días, pero cuando empezaba a sacar las cosas lo de desaparecer por el mismo medio de Daemon me retenía en casa. Y luego pensaba en Erin. No pensaba dejarla sola con esa maldita arpía.

—Pues entonces me alegra haberte lanzado mi móvil a la cara cuando entraste a mi habitación. —replico.

Este camina hacia mí y retrocedo.

—Si, eso también me recuerda a como terminamos esa velada.

—Vete a la mierda, eso es asqueroso. Estuviste con Natalia antes de llegar conmigo, ¿acaso estas enfermo?, pareces ninfómano.

Blake se ríe y vuelvo a enarcar la ceja. Bien me está molestando.

—Preferiría que grites, ya algunos están afuera. —murmura guiñándome el ojo.

Abro la boca en "O" al entender su mentira. Tomo uno de mis tenis y se lo lanzo.

—¡Eres un idiota!, ¡debías decirme!

El esquiva el tenis y se ríe. Bien, si soy lista, pero con Blake me termino idiotizando toda. Es mi punto débil.

—Eres tú quien lo creíste.

Le lanzo el otro tenis. —¡DEBIAS DECIRME!

Este camina hacia mi y pega mi espalda a la pared, uniendo nuestros labios. Lo tomo de los hombros y trato inútilmente alejarlo.

—No podía estar con nadie sin pensar en ti desde el momento en el que te volví a ver, lo sabes.

Vuelve a besarme apasionadamente y gimo. O por dios hace tiempo que no nos besábamos.

—Odio a Natalia, no la vuelvas a mencionar. —lo empujo y corro a la puerta.

Golpeo varias veces al mismo tiempo que grito "mamá".

Por favor que asco me da si quiera llamarla así, tendré que hacer lo mejor posible para no vomitar cuando la abrace y deje darme de mimos. Golpeo con mas fuerza y la puerta se abre, Carmen aparece y me toma de la muñeca, sacándome de la habitación y dándole una mirada reprobatoria a Blake.

Perfecto, ha visto todo.

Sonrió para mis adentros. Bueno, hora de llorar como magdalena y darle el mejor show a esta malparida hija de puta.

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