♦17♦

4.5K 323 23
                                    

Merlin escucho muy atenta el relato de Elizabeth, quien consolaba a Zeldris y Estarossa, explicó los anillos y la pulcera. El demonio se pelo negro contó como se había roto y pidió disculpas. Estarossa lloraba como un niño pequeño. El pecado no entendía.

—¿Por qué lloran? —pregunto intrigada.

—Él está muy herido... Ha regresado a lo que era cuando vivíamos en el purgatorio... El rey demonio podría venir por Meliodas... Y no podemos contra nuestros hermano... ¿qué haríamos con el rey demonio...? —Zeldris limpió su rostro—Meliodas fue tan bueno con nosotros... Podría habernos matado cuando pudo... Pero no lo hizo, rogó por nuestras vidas, se hizo cargo de nosotros... Él nos enseño que no solo existe el odio y el rencor...

La maga lo miraba atenta, necesitaba que continuará para poder liberarlo de la tristeza y culpa.

—Se convirtió en nuestro padre, uno que nos quería de verdad... Y nosotros le hicimos esto... —señalo al chico inconsiste.

—El capitán estará bien, créeme, con mi hermana lo solucionaremos. Lo prometo.

Le acaricio el pelo a Estarossa y se dirigió a Elizabeth.

—Hermana, tenemos que dividirlo. O puede pasar de nuevo. —la chica la miro con los ojos abiertos, estaba preocupada. —estara bien...

—Los chicos... Ellos deben ir arriba... —miró a los hermanos— Vengan, los curaré, —se paró y tomó la cabeza de ambos en un abrazo, sus heridas desaparecieron. —deben dormir... No se metan en problema, por favor...

Merlin los teletransporto arriba, los jóvenes hicieron caso y fueron a su cuarto.

.
.

—Vamonos. Ahora.

—¿Ban? ¿Qué pasa? —Diane lo miraba preocupada.

King por detrás miraba el piso del bar, no hablaba ni se movía. Gowther se había parado y tenía la vista pérdida. La gigante estaba asustada, hasta que de pronto lo sintió. Una fuerza impresionante, estremecedora y oscura, que venía desde Camelot.

—El capitán...

.
.

Merlin había conjurado un Perfect cube que abarcaba toda la habitación del sótano. Allí dentro Elizabeth sostenía al transformado cuerpo de Meliodas.

—Hermana, necesito que me des la pulcera. La arreglaré. —la nombrada le entrego la joya,

—Tiene que haber otra forma... Él no quiere ser dividido. Había funcionado tan bien...

—Hermana... Necesito tu sangre.

Merlin había elevado la temperatura de la pulcera y la moldeaba nuevamente. Comenzaba a darle una forma indefinida, ya estaba casi derretida.

—Ya tiene mi sangre ese metal... —respondió desganada.

—Necesito más que una gota por demonio con él... Hace falta lo suficiente para teñir la plata... —la gula pronunciaba calmada para no darle miedo a la princesa.

—Esta bien, acércate. —Elizabeth se paró y Merlin también, se arrimaron.

La plata estaba derretida en una gota enorme que la maga levitaba, la diosa cerró los ojos con las marcas a la vista. Levanto el brazo izquierdo y con una pequeña daga que hizo aparecer con energía a partir de su mano derecha cortó en su muñeca. La sangre saltó y comenzó a caer sobre el metal, era espesa y caliente, por lo que tomó un tiempo para que al menos doscientos mililitros cayeran...

Un Verdadero Rey para Camelot (Meliodas x Elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora