Nunca te has sentido diferente?
Que no encajas en ningún lado?
Kate si.
Y no solo ella.
También un grupo de chicos del internado Moonstate.
Y cuando ella sea llamada para asistir, tendrá que aprender a comprenderse a ella misma con sus nuevas y pecu...
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-Proficique?- pregunta Leah.
Al día siguiente, luego de haber casi vaciado la cocina, acompañe a Leah a ver a Madame Deer, notablemente preocupada. Madame Deer le dio nombre a esta situación.
-Proficicentur, eso es lo que le pasa a Leah. Es un término en latín para la palabra "avanzar", ya que Leah está sufriendo unos cambios corporales e internos muy importantes, lo que la está llevando a la madurez de su...talento- nos explica.
Hago una mueca que demuestra que no entendí, o que hace que Madame Deer resoplé, y diga:
-El Proficicentur solo le ocurre a siertas personas, aunque claro, todas con talentos. Verán, la forma física de Leah está queriendo adaptarse a el poder que su talento le otorga, quiere madurar y así consumir más energía para poder luego, ah, cómo decirlo...expulsarla. Este proceso ocurre con normalidad en el cuerpo de la mayoría de las personas, pero casos realmente extraños a veces necesitan del Proficicentur para poder lograrlo.
Asiento, aunque Leah pone cara de horror.
-Y por qué tengo tanta hambre?- pregunta.
-Por qué tu cuerpo necesita energía, y mucha más de la que has necesitado en tu vida, para concebir este proceso.
Ahora ella asiente, y concluye:
-Entonces, comeré y comeré hasta que mi cuerpo expansivo se sienta satisfecho, y yo madure?
-Exactamente.
Al salir del despacho de Madame Deer, nos dirigimos al almuerzo, en donde Leah se sirve una enorme bandeja repleta de comida chatarra, y se sienta a mi lado, en donde yo como mi único Sandwich de jamón.
Lana se sienta con nosotros, igual que Ben, Jonh, Jane y Tessa.
-Adivinare, Proficicentur?- pregunta Jonh.
-Como es que soy la única que no lo sabía?- gruñe Leah.
-No eres la única a la que le pasó- cuenta Tessa-. Hace unos años, Kristen y Micahel también estuvieron así. Si crees que esto es malo, imagina a DOS chicos con un hambre voraz. Casi se nos acaba la comida. Tuvimos que ir dos veces al pueblo ese mes.
La charla continúa durante el almuerzo, y luego, salimos al jardín, con Leah deborando una dona detrás de mí.
-Bien, creo que es momento de que continuemos con lo de conocer a los demás- me dice, y señala a nuestro alrededor, a los demás chicos y chicas.
-Si tú lo dices...- contestó, y camino hacia ellos.
