64 (Scarlet)

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La ventana de la habitación se empaña por la lluvia, y yo veo resbalar las gotas por el vidrio

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La ventana de la habitación se empaña por la lluvia, y yo veo resbalar las gotas por el vidrio.

El departamento donde nos quedamos temporalmente es amplio y espacioso, me permite tener mi propia habitación, alejada de los demás.

Sola.

Sin Alex.

Me recuesto sobre la enorme cama de dos plazas, con su edredón blanco y suave, que me acaricia la piel con calidez. trato de dormir, aunque esta extraña soledad no me lo permite. Solo puedo pensar en Alex.

El suero parece estar funcionando, pero aun así me siento sola. Necesito que el este a mi lado.

Me retuerzo en la cama, cambio de posición, intentando estar cómoda. Pero no puedo. Esta no es mi cama, este no es mi cuarto...y esta no soy yo.

Salgo de la cama, y me paro frente al espejo de cuerpo entero. Veo mi cuerpo, siempre igual, y la vez tan distinto. Comparto cuerpo con la oscuridad, fuerza sobrenatural que sufre igual que yo. Le hace falta luz. No sabe que hacer sin ella. 

Esta sola. Igual a mi.

Me ato el pelo en un rodete disparejo, y me quito el camisón que me prestaron, quedando solo en ropa interior. Así me siento un poco mas cómoda. Un poco mas yo.

Sigo mirándome, no tengo otra cosa que hacer. Me siento aburrida, frágil y en paz. Pero es una paz trasparente, una paz artificial y vacía, sin cuerpo ni alma. Estoy pensando en esto, cuando lo escucho:

-No estas sola.

Me giro, y me encuentro con un niño. Pero no cualquier niño. Es Alex. 

Debe de tener unos...seis años. Es pequeño. Me mira con sus grandes y claros ojos, y su pelo castaño esta levemente revuelto. No se que hacer. Me quedo mirándolo, quieta.

-Estas conmigo- me dice, adelantándose un poco. Yo retrocedo, con terror y algo de sorpresa. Este mini Alex es...igual a el. Pero el Alex real ya no es pequeño. Y no esta aquí, sino en la Casa.

El niño me mira, y luego sonríe. De repente, se pone a correr, y sale de la habitación a toda velocidad. Yo, estupefacta, solo puedo seguirlo.

El niño corre por la casa vacía, y abre la puerta hacia le pasillo, para desaparecer tras ella. Yo salgo también, y lo veo ir escaleras arriba, entonces lo persigo. Subo tan rápido como puedo, pero nunca logro alcanzarlo. Alex siempre fue mas rápido que yo. Ahora recuerdo eso. 

Pero Alex no esta aquí. Esto no es real.

O si?

Llego al ultimo piso, el numero 17, ahogándome por la falta de aire. Ahí esta el mini Alex, parado frente a la puerta que da a la terraza.

-Tardaste mucho- me dice, sonriendo con picareza.

Cuando logro calmarme, el niño abre la puerta. Una gran tormenta nos mira desde afuera, y empapa los pisos de la terraza. Miro a mini Alex, y el se acerca. Dejo que tome mi mano, por que...es Alex después de todo...no?

No, no lo es,

Si, claro que si.

Avanzamos hacia afuera, y siento como la lluvia me moja, me cubre de agua y me dificulta la vista. Solo siento la tibia mano de Alex, que me guía hacia algún lugar secreto que no alcanzo a ver.

De repente, el se hace mas alto, y se que es porque se a subido a algo. A la corniza, justo donde termina la terraza y empieza el vació.

Yo lo miro, asustada. Alex se ira? Se tirara, y caerá, 17 pisos abajo? No, claro que no. Esto no es real. Alex no esta qui. Es algo en mi mente...solo en mi mente. O no lo es? Esto es real?

-Vendrás conmigo, verdad?- me pregunta el niño. Aunque el ruido de la tormenta invade todo, el no necesita gritar para que yo pueda escucharlo. Lo oigo perfectamente. Perfectamente.

No respondo, y miro por encima de la corniza. Solo hay negro, oscuridad y silencio. Por un momento creo que si. Que iré con el. Pero luego recuerdo que no hay un el. Alex no esta qui, y esto no es real.

El niño me mira, espectante ante una respuesta.

-Scarlet?- pregunta, apretando mi mano. Me lastima- Di que vendrás conmigo. 

Yo niego con la cabeza, e intento soltarme. Pero el mini Alex me agarra fuerte, demasiado para su edad.

-Di que vendrás conmigo!- me grita, y tironeo, tomo mi muñeca y empiezo a tirar hacia atrás.

El sigue sosteniendo, y se balancea hacia delante y hacia tras, casi hacia el abismo.

-Vete!- le digo, pero el no me suelta. 

Luchamos un rato, el niño me atrae hacia la corniza. Quiero que se vaya. Pero si es Alex. No, no lo es. Quiero estar sola.

Me acerco mas, y mas, hasta que grito:

-BASTA!

Y  de repente, pasa.

El niño se cae, y veo como desparece entre la oscuridad y el silencio.

Y me quedo sola.

Caigo al suelo, y lloro. Lloro a gritos, muy fuerte. Mis lagrimas se mezclan con la lluvia.

Y me siento vacía.

Sola...y sin vida.










Alone (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora