Nunca te has sentido diferente?
Que no encajas en ningún lado?
Kate si.
Y no solo ella.
También un grupo de chicos del internado Moonstate.
Y cuando ella sea llamada para asistir, tendrá que aprender a comprenderse a ella misma con sus nuevas y pecu...
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Veo como todos se mueven de un lado a otro.
Madame Deer corre por toda la planta baja, teléfono en mano, gritando y susurrando al mismo tiempo. Madame Raven se acomoda frenéticamente el rodete (que por cierto, ya no está tan perfecto), intentando calmarse. A veces, la escucho soltar un graznido.
Lana es la asistente temporal de Madame Deer, lo cual la lleva a ocuparse de todos los mandados y anotaciones que la mujer le indica.
Sam está corriendo de una persona a otra, cambiando el bendito pedido de te, de café, de infusion, o de lo que a Madame Reven se le antoje cambiarle, para que ella pueda ir con una orden fija al comedor.
Todos los demás se juntan, y amontonan, intentando averiguar qué es lo que pasa.
Yo me quedo quieta en medio de todo este desastre. Tal vez sea la única pupila (además de Alex, que, por cierto, se arranca los pelos en una silla en el corredor) que sabe lo que en verdad paso. Scarlet tuvo un colapso en su visita al médico. La encontraron a punto de tirarse desde el edificio donde se ospedaban una noche de tormenta.
Escuche a Jonh diciendo que debió de haber sido un problema con el suero, y que esto debió de afectarlos a ambos.
Tal vez esa sea la razón por la que Alex está decaído.
Tal vez esa es la razón por la que yo estoy decaída.
No lo sé.
Leah me toma del brazo, y me lleva al jardín, que está extrañamente vacío.
-Esto pinta cada vez peor- me dice, y yo asiento.
-Nunca debieron alejarse- acoto.
Ambas asentimos en silencio.
-Todo esto debe ser...demaciado para los "adultos". Ya sabes...Madame Deer y los demás. Jamás los había visto tan atareados- dice mi amiga.
Ambas soltamos un suspiro, y nos sentamos debajo de un árbol.
-Todo era tan fácil antes- Leah se coloca un mechón de pelo detrás de su pequeña oreja cubierta de pecas, y mira con tristeza sus convers de jean manchadas de pintura verde y amarilla.
-Esto nunca fue fácil- niego con la cabeza, y empiezo a jugar con la tobillera de hilo que llevo en las piernas.
-Ser parte del linaje?- me pregunta, mirándome expectante.
Suspiró una vez más antes de responder. Y con este suspiro logró quitarme de encima un poco de preocupación, aunque sé que no será por mucho. Miro a Leah, y simplemente digo:
