Nunca te has sentido diferente?
Que no encajas en ningún lado?
Kate si.
Y no solo ella.
También un grupo de chicos del internado Moonstate.
Y cuando ella sea llamada para asistir, tendrá que aprender a comprenderse a ella misma con sus nuevas y pecu...
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Yo no decidí esto, Si?
Yo no quise nacer siendo yo.
Pero al parecer todos creen lo contrario.
Cuando mi madre me saco de casa sin explicaciones, luego de haberme echo un bolso con poca ropa, y metido en un gran auto negro, solo pude pensar que todos están en mi contra.
Ahora, sigo en ese auto, pero es lo único que se de donde estoy.
A mi alrededor, no hay mas que campo.
Unos hombres uniformados están en los asientos de adelante, pero nunca se giran a verme. Pense que tal vez debería hablarles, pero luego me di cuenta de que mis probabilidades de que respondan eran escasas.
No es que me preocupe, pues mi rechazo constante no es novedad.
Desde pequeña que me siento sola. Nadie me comprende, y parece que soy la única que lo siente así.
Nadie nunca se preocupo por conocerme, ni por ver si yo estaba bien.
Pero con en transcurso de los años, me di cuenta de...que nada iba a cambiar.
Por eso ya me acostumbre.
De repente, distingo a lo lejos una enorme casa de color blanco sucio, echa de granito en el medio del campo.
Cuando el auto se acerca, me doy cuenta de que ese es mi destino de llegada.
Entramos en el terreno de la casa, mientras yo contemplo el enorme verde proveniente de las plantas alrededor de la casa.
Cuando quedamos frente a la puerta de entrada, distingo a alguien mirando por una ventana decorada con cortinas de seda.
Cuando me incorporo en mi intento de ver mejor, la cortina se corre y la figura desaparece.
Los hombres de delante salen del auto, y yo hago lo mismo.
Un aire limpio y puro inunda mis pulmones y me invita a respirar.
Me acerco, instintivamente a la puerta de entrada, que esta pintada de blanco, que tiene adornos dorados en las manijas.
No me dan tiempo de tocar, por que la enorme puerta se abre de par en par, dejándome frente a una mujer alta y rubia, vestida de seda blanca, que me mira sonriente, acomodándose su muy ajustado rodete.
