Nunca te has sentido diferente?
Que no encajas en ningún lado?
Kate si.
Y no solo ella.
También un grupo de chicos del internado Moonstate.
Y cuando ella sea llamada para asistir, tendrá que aprender a comprenderse a ella misma con sus nuevas y pecu...
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-Bien, hoy solo nos queda ver a dos personas- me dice Lesh mientras caminamos hacia el lago.
Asiento, y poco a poco veo que las siluetas de iguales sentadas en la orilla se transforman en Jane, Tessa y Jonh.
Cuando estamos frente a ellos, Jonh se me queda mirando.
-Soy uno de los que falta?
Leah asiente, y le dice:
-Ayúdala un poco, si?
Jonh vuelve su vista hacia mi, y me dice:
-Bien Kate, piensa en un recuerdo de tu pasado. Algo que te genere alguna emoción fuerte y significativa, pero solo en el interior.
Cierro los ojos, e intento no pensar en nada, por qué esto me resulta extraño. Pero de repente, la imagen de estar en la cocina con Ben inunda mi mente, y no niego el recuerdo. Una punzada me atraviesa el pecho, y casi siento como los ojos de Jonh cambian de color. Cuando vuelvo a abrir los ojos, Jonh me mira, sorprendido.
-El...te...gusta- me dice, tartamudeado.
Siento como si las mejillas se prendieran fuego, y noto que Leah me mira con el sueño fruncido.
-Quien?- pregunta.
-Ese no es el caso, Leah- la interrumpe Jonh-. Estamos aquí para otra cosa.
Nos quedamos un rato en silencio, hasta que digo:
-Como lo supiste?-hago una pausa, y corrijo-. Como...leíste mi pensamiento y supusiste eso, por qué no me gusta...nadie.
Jonh enarca una ceja, y me contesta.
-No leí tu pensamiento, sino tu corazón. Entiendo tus emociones y también las siento, es por eso que lo supe.
-Oh...eso explica muchas cosas- digo, y sonrío.
Cuando estamos de camino a ver a Max, Leah me pregunta:
-De...quien hablaba Jonh?
Trago saliva con fuerza, e intento no mirarla.
-Pues...nadie.
Ella asiente, y veo cómo se enoja.
Cuando encontramos a Max, está sentado frente a su típica mesa junto a Luise.
-Antes de que el interrogatorio comienze, quiero decir que si esto tarda mucho, yo lo diré- nos dice el, y ambas asentimos.
Me quedo mirándolo un rato, con mucha atención. Siento su vida en mi cuerpo, los rápidos latidos de su corazón, y al aire que baila en sus pulmones. Por alguna razón, su persona tiene un instinto algo animal, y de repente, lo veo todo.
Su piel se estampa con manchas, como de jaguar, y su mirada tiene un brillo felino e intenso. De sus manos se estiran grandes garras, y un miedo voraz me llena cuando me sonríe, mostrándome sus largos, blancos y afilados colmillos.
De repente, el encanto se rompe, y vuelve a ser un muchacho, que me mira.
-El...- empiezo a decir, pero se me cortan las palabras.
-Ella puede verlo?- pregunta Luise- Pero si ni siquiera sé a trasformado!
-Es porque ella es diferente- dice Leah y me sonríe.
Doy un paso hacia atrás, y siento las suaves manos de Leah sosteniéndome.
-Tranquila. El no hace nada- me dice, como si se tratara de un perro-. Max es uno de los próximos paedagogus, ósea, nuestros tutores en la Casa. Como habrás notado, todos tienen nombres de animal, y eso no es por qué sea su apellido.
Ahora comprendo. Vuelvo a mirar a Max, que me observa con suficiencia.
-Saluda al futuro Mrs. Jaguar- dice Leah.
Por la noche, en nuestra habitación, me giro hacia Leah, que está en su cama dibujando.
-Ah...Leah?
Ella me mira.
-No me has dicho cuál es tu "talento".
Ella pestañea un par de veces, y vuelve su mirada al papel.
-Adivina.
Me quedo pensando. En todos sus ratos libres, si no está conmigo, Leah está dibujando o pintando. Siempre cambiando su estilo de pelo, con esos esmaltes de muchos colores que ama convinar, y con sus manos manchadas de pintura.
-Bueno...te gusta...pintar.
Ella vuelve a mírame, y me dice con una sonrisa:
-Mi "talento", son los colores. Yo les doy vida y los creo, juego con ellos y los tengo en mi interior.
Le sonrió, y ambas bajamos a cenar. En la mesa, me dice:
