Cierro la puerta de casa con una sonrisa. Apoyo la parte posterior de mi cabeza en la puerta y suelto un suspiro soñador. No me he sentido así antes en mi vida, y se siente demasiado bien. Shawn Coleman es decididamente el chico de mis sueños como lectora de novela adolescente. Y, aunque no me ha dicho directamente sus sentimientos hacia mí... Su mirada oscura y su corazón latiendo tan rápido como el mío han superado mis expectativas.
¿Podría yo, Leslie Sparks, la chica buena, gustarle a Shawn Coleman, el chico malo?
Bueno, desde que estoy enamorada del chico de los cigarrillos y el trastorno violento, creo que sí es posible.
—¿Leslie? ¿Estás despierta?
Me tenso completamente. La voz de mi madre entrando por mis oídos resulta ser un efectivo despertador contra mi ensoñación de Shawn flotando entre nubes y arcoíris sin camiseta. Me despego de golpe de la puerta, dándome cuenta de que estoy vestida como si hubiera salido de casa. Y de que todavía tengo el pelo mojado de la ducha.
Estupendo. Las mentiras no me servirán esta vez.
—¿Leslie?
Mi madre aparece al final del pasillo, vestida con un vestido de seda de color claro. Luce como si acabase de despertarse, con el pelo recogido rápidamente en un moño en lo alto de su cabeza y las gafas deslizándose por su nariz. Se queda quieta al verme y sus ojos recorren mi cuerpo, dándose cuenta de que acabo de volver de la calle. Se acerca a mí a decididos pasos, con las suelas de sus pantuflas rebotando contra el suelo.
—Oh. Ya veo que sí que lo estás —dice, cruzándose de brazos a un par de metros de mí—. ¿Has salido? —pregunta. Yo asiento. No tengo nada que esconder; ella ya sabe que Shawn pasó la noche en casa—. ¿Ha pasado Shawn la noche aquí?
O quizás no lo sepa.
—Eh... Sí —contesto en voz baja, apretando los labios.
—¿Qué tal habéis dormido? —cuestiona, ladeando la cabeza.
—Nosotros no hemos dormido juntos —me apresuro a negar—. De hecho, ni siquiera hemos dormido en la misma habitación. Él ha dormido en el desván y yo en mi cuarto.
—Vaya, eso es extraño... Porque esta madrugada, he entrado en tu habitación para comprobar si estabas allí y la cama estaba vacía —dice. Suelto un suspiro, y mi madre debe de notar que no quiero hablar del tema, porque, por una vez en su vida, se da cuenta de mis sentimientos y cambia de tema—. Tu padre y yo queremos hablar contigo, Leslie.
Ahora soy yo quien me cruzo de brazos.
—¿Para qué? ¡Oh, deja que lo adivine! ¿Para hablar de ese divorcio del cual no me hablasteis antes de anunciarlo a toda la familia? ¿O para prohibirme volver a traer a un chico a casa, porque la familia de Shawn es demasiado pobre y miserable como para posar un pie aquí? —Reto a mi madre con la mirada mientras hablo. Finjo una sonrisa—. Espero que entiendas que no quiero hablar de ello.
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El cliché perfecto ©
Teen FictionLeslie Sparks es el sinónimo de perfección. Shawn Coleman es un auténtico desastre. Ella se vio liberada cuando Shawn se fue de la ciudad tras haberla atormentado durante cinco años sin descanso. Ahora, él ha vuelto. El plan de Leslie es terminar s...