Capítulo 52. Amar.

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Un chico llorando y desgarrándose la garganta a base de gritos es lo que nos recibe a mi madre y a mí en mi puerta de embarque

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Un chico llorando y desgarrándose la garganta a base de gritos es lo que nos recibe a mi madre y a mí en mi puerta de embarque.

Después de hablar con mi padre y que él me convenciera de que Shawn me había mentido y que lo mejor era que hablase con él, intenté contactar con él. Le llamé por teléfono y le envié algunos mensajes, pero debe de tener apagado el móvil, porque todavía no le han llegado. Cada vez que le llamaba, me salía el buzón de voz. Terminé por rendirme. Si él ha apagado el móvil es porque no quiere hablar conmigo.

Esa misma noche, mis padres me ayudaron a comprar un billete de San Francisco a Providence con escala en Illinois. Después, hablé con mi madre, y ella me dijo que si iba a irme no me permitiera perder el tiempo con chicos estúpidos, que encontrara a alguien digno de mi confianza y me concentrara en lo que era realmente importante para mí. Llené mi maleta con ropa de verano, acordando que mi padre me visitaría en mi residencia en una semana para llevar el resto de mis cosas.

Hoy, un día después de haber tomado la decisión de marcharme, me encuentro en el Aeropuerto Internacional de San Francisco, acompañada por mi madre. Mi padre nos ha traído al aeropuerto, pero no encontrábamos sitio, y tras dar varias vueltas y que un Fiat verde nos robara el lugar vacío que mi padre había divisado en el aparcamiento, él decidió dejarnos a la puerta del aeropuerto y marcharse a buscar un lugar algo más lejos para que no llegáramos tarde a nuestro vuelo. Mi madre volará conmigo, por suerte, por lo que me siento algo menos nerviosa. Al menos no volaré sola.

Mientras camino por la terminal tres al lado de mi padre, algo apresuradas, no puedo evitar sentirme nerviosa, y como si parte de mi corazón se quedase en San Francisco. Nerviosa porque es la primera vez que estaré en un estado completamente distinto a mi familia, donde no conoceré a nadie. Y sí, siento que algo de mí se queda en este lugar, porque, al fin y al cabo, aquí nací, aquí crecí, aquí formé amistades con las mejores personas que encontraré jamás y aquí conocí a probablemente el chico que más amaré.

Porque sí. Amo a Shawn Coleman. Incluso después de que me haya roto el corazón.

Y no me da vergüenza admitirlo.

El cliché perfecto © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora