Robótica

2.4K 345 21
                                    

—¿Que dices?

—Ah...creo que puede tener más color, y brillar, se supone que es la atracción principal, ¿no?

—¡Sí, Cómo el Fuego!, maravilloso.—Frida me miró tiernamente y luego volteó hacia Miguel.—Ambos son muchachos inspiradores, no pueden negarlo, estando ambos juntos logran hacer una grandiosa combinación.

—Eso creo...

—Bien, darás tus ideas, te tengo esperanzas.

—Si, pero, Frida, estamos buscando a su Hermano Mayor.

—¿Su Hermano?—ella pensó unos segundos.—Está bien, creo que puedo ayudarte.

—Gracias.

Frida nos siguió guiando por el lugar y era maravilloso, se parecen a las ferias científicas de la Universidad.

Por en frente de nosotros pasaron distintas atracciones grandes, pequeñas y enormes. Me impedían ver hacía el otro lado.

—Okey, tu me ayudas, yo te ayudo muchacho.—Frida despejó el lugar y ví un... ¿artefacto? Muy raro.

—Necesitas...

—Las mejoras que mencionaste.

—Ah, si claro.

—Yo quiero ver como lo haces, me interesa mucho.—Miguel estaba ansiosos, yo lo ví tocar guitarra, ahora el verá mis habilidades de robótica.
No lo digo por presumir pero... Se sorprenderá.

—Oigan, lo repito, no tenemos tiempo para esto.

—Ay Tatarabuelo, porque no te relajas, veamos como Hiro trabaja.

—Es verdad Héctor, tranquilo, no tardaré. Confía en mí—me adentré a lo que parecía ser el centro del sistema de...de... ¡Lo que esa esto!.

Una vez dentro me fijé en todo y entendí que era esta cosa, era una espécie de "Globo que podía Volar"... Okey, eso es lógico.
Pero yo le daré mucha más vida, todos verán lo que puedo lograr.

No tardé mucho, creo que volver a hacer a Baymax fué más complicado que esto, obviamente porque Tadashi era un genio y me dejó la tarea difícil, saber volver a armar a Baymax es complicado, digo... Al genio le tomó 84 intentos para perfeccionarlo.
Pero al menos no me rendí al reconstruirlo, no sé que haría sin Baymax, es un gran Asistente Médico, Amigo, y es... Lo último que me queda de Tadashi.

—¡Hiro! ¿estás bien?—escuché la voz de Miguel, me hizo saltar y me golpeé la cabeza con el techo del sistema del aparato.

—¡S-Sí!—respondí acariciando mi cabeza.

Que tonto soy, me distraigo mucho recordando al resto, bueno, supongo que regresaré en algún momento.

—¿Sucede algo Muchacho?—Frida se acercó y escuché su pregunta.

—No, de hecho ya acabé.—dije cerrando la puertita.

—Excelente, puedes tu probarlo primero. Te lo has ganado.

—Bien, jej.—era cómo un Globo Aerostático, al cual subí y encendí con una palanca.—¡Miguel, ven y sube conmigo!

—Oye, oye, oye... Oye.—Héctor tomó a Miguel de la ropa impidiéndole el paso.

—¡¿Y ahora qué!?—se quejó Miguel.

—Chamaco no subirás a eso, si te pasa algo Imelda me desarmara todito.

—Pero si tu solito te desarmas todo el tiempo—respondió Miguel con lógica.

—¡Y que no se olvide de el Zapatazo en la cara!—grité con la intención de que me escuchara.

—¡Ay muchas gracias!—me respondió con sarcasmo.

Un Héroe MusicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora