Dia de Muertos.

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Hay algo que me hace...querer estar cerca de Hiro, y no alejarme, es algo muy raro.

—Bueno ya que eres Músico...¿Sabes...o puedes tocar algo?

—Claro que sí.

Fuí a buscar mi guitarra, estaba ansioso, tal vez el que el me escuchara...Me hacía sentir eso.

—Es una Guitarra increíble.

—Si.

Según la hora, el Dia de Muertos ya comenzaba, y yo tocaba para Hiro, había un sentimiento, muy grande en ese momento, que era maravilloso.

—Hablame de tu hermano.

—Eh Bueno...Tadashi... Fué un buen estudiante de Robótica... Con un ideal increíble. Siempre queriendo ayudar a los demás, jamás se rendía tan fácilmente, y siempre me tenía Fé...nunca la perdió, no importaba si fallaba.

—Wow,jej...se escucha cómo un...¿Héroe?

—Lo era.—suspiro.—Al menos para mí.

Hiro miraba la foto de su hermano, sentía el como le dolía recordar algo de su hermano.

—Miguel, a comer, trae a tu amigo.—escuché a Abuelita hablarnos detrás de la puerta.

—¡Ya vamos!—respondí.—Hay que ir.

—Eh, sí... Está bien.

Puse la guitarra en mi espalda, mientras Hiro pasaba su brazo por sus ojos. Sabía que estaba tratando de no llorar.

—¿Estás bien?—le ofrecí mi mano para ayudarlo.

—Si, gracias...

Una vez que tomé la mano de Hiro, una extraña corriente de aire nació, y él me miró fijamente.

—¿M-Miguel?...—dijo nervioso.

Hiro se pusó de pié y unos Pétalos de Cempasúchil volaron cerca de ambos, mientras brillaban de a poco.

—¿Qué está pasando?—dije extrañado.

Un fuerte destello de luz llegò. Hiro y yo cerramos los ojos, y pusimos un brazo cerca de ellos, haciendo un escudo.
Los pétalos de Cempasúchil cayeron al suelo y dejaron de brillar.

—¿Qué Fué eso?

—Ah, no lo sé.

Miramos alrededor y todo seguía Normal.

—¡Miguel! Ya deberían haber salido.—Abuelita entró a la habitación y yo me acerqué a ella.

—Eh, Abuelita... Y-Ya íbamos a salir.

—Miguel.—Abuelita me seguia llamando.

—¿A-Abuelita?

—¿Dónde han ido esos niños?

—¿N-No puede vernos?—Hiro dijo con miedo.

Hiro y yo salimos de la habitación, corrimos hasta afuera, pasamos por toda mi Familia...y nadie nos notaba.

—Miguel, ¿qué pasa?

—No pueden vernos...

Estaba pasando de nuevo, mi familia no puede verme, hace un año... Era igual.

Mientras estaba distraído, escuché a Hiro gritar.

—¿¡Hiro!?—volteé.

—¿¡D-Dante puede verme!?—estaba asustado, mientras Dante pasaba su lengua por la mejilla de Hiro.

—Oye, tranquilo, yo tampoco entendía nada a la primera.—me acerqué a el.

—Entonces...¿Esto ya te ha pasado?—preguntó mientras intentaba calmar a Dante.

—Solo el año pasado.
Toqué el hombro de Hiro tratando de darle confianza y que dejara de lado un poco el miedo.

Después de un rato escuché voces que conocía muy bien.

Voy a estar en problemas...Sin dudas.—pensé.

Un Héroe MusicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora