Un Héroe Musical

Sólo una Noche.

Miguel seguía abrazándome, de verdad necesito detenerme, aquí y ahora, no estoy en mis cinco sentidos, y puede pasar cualquier cosa...
Sus mejillas estaban rojas, jamás pensé que las vería así.

Sin darme cuenta estaba sobre él, nuestras miradas conectadas, y la luz de la Luna que me permitía ver mis acciones que siento que no las hago pensando, de verdad no estoy en mí.

—H-Hiro...

El escuchar su voz me llevó a un impulso, ver de nuevo sus ojos, ví que eran de cristal, sentía que él deseaba llorar en ese momento, no lo culpo a mi también me gustaría llorar... Me guardé esa sensación y me separaré de él.

—Perdóname...—susurró.

De los ojos de Hiro fluyeron unas gotas planteadas, que así las reflejaba la luz de luna. Miguel solo lo observó, jamás pensó que en algún momento de su vida lo fuera a ver llorar de semejante manera.

—¿Hiro...?

El mayor sin pensarlo mucho, besó los labios del otro chico.
Ambos en un abrazo y un beso, con la oscuridad y la Luna de testigos, de un amor correspondido de tan sólo una noche.

Miguel... Si pudieras escuchar lo que está en mí, pero no sale de mi garganta, tal vez te quedarías helado.

Hiro y Miguel regularon sus respiraciones, tanto así que hasta las sincronizaron.

—Lo siento, esto No va conmigo, no estoy cuerdo.—dijo aún con sus ojos cristalinos.

—Hiro, voy a ser sincero...—Miguel se levantó y se acercó al otro hasta casi rozar su naríz.—Si quieres puedes irte mañana, el día después de mañana, o cuando quieras... Yo te esperaré y estaré más felíz de lo normal.

—Eres un ridículo Rivera, no conseguirás, esperar tanto, te lo aseguro.

—Esa actitud conmigo no te servirá Hamada.—él se rió.

—¿Estarás bien el día de mañana?—preguntó Hiro.

—Sí, lo prometo, puedes irte y yo esperaré si así va a suceder.

Hiro sonrió y besó los labios del menor una vez más, lo recostó sobre la cama y después se recostó a su lado.
Miguel luego de unos minutos cayó en el sueño, y mientras el mayor miraba el techo, haciéndose preguntas sin sentido, como toda persona antes de irse a dormir.

Hiro antes de dormir, se encargó de que Miguel estuviera completamente dormido, para después el mismo acomodarlo, le hizó un espacio más cómodo, donde pudiera salvarse del frío nocturno de México.

Rivera, cómodo sobre su almohada y abrigado como un niño en invierno camino a la escuela.
Hamada, junto a el menor, también cayendo en sueño, pero este estaba sobre las mantas, pues prefería esa forma, así mantendría una distancia.

"Te esperaré todo el tiempo que pase" ¿eh? Ay... Miguel, si supieras que las cosas no son necesariamente así... Deberias de saber que no todo es como uno quiere, pero bueno... Es de esperar de un muchacho de trece años, donde su vida está llena de esperanzas y sueños, no creo que esperes tanto tiempo.
Lo siento

Después de unos minutos Hiro también cayó en el sueño, sin ántes abrazar al otro chico, que al verlo dormido tranquilamente, le causaba ternura.

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