Capítulo dieciséis.

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Sábado 11:23 de la mañana

Una bolsa llena de dinero, una pistola, una carpeta llena de información y secretos es lo que encuentro una vez que voy a la dirección que me había indicado Kiara. La policía había acordonado la zona, todo había sido procesado. En primera estancia parecía ser imposible que hubiera algo escondido ahí, aunque tal y como Kiara predijo, si que había dejado John algunas cosas. Lo pude saber porque la bolsa llevaba sus iniciales.

De vuelta a casa intento dejar lejos los pensamientos negativos implícitos en la situación en la que me encuentro. Debería de quedar con Betty mientras  actúo como si no conociera a Kiara.

Como por arte de magia mi teléfono empieza a sonar: Es Betty.

-¿Que tal estás?-escucho que le pregunta.

Escondo la bolsa en la parte más profunda de mi armario. Dentro está la carpeta con documentos, la dejo ahí porque todavía no sé qué secretos puedo encontrar. Probablemente para muchos de ellos no estoy preparando ¿Cómo puedo saber que son informaciones clasificadas? Bueno, es lo que pone con rotulador negro en el lomo de la carpeta.

-Estoy bien.

-Últimamente pasas mucho tiempo con Kiara. Me han dicho que ahora ella está en el hospital de nuevo ¿No te parece sospechoso que frecuente tanto ese lugar?

La única forma de conseguir tiempo para huir de la policía, es estando en el hospital. De ahí tanta casualidad.

-La policía nos interrogó a los dos. Fue la última vez que estuve con ella. Eso no es pasar mucho tiempo

-¿Nos vemos dentro de veinte minutos?

-Vale -respondo, sin pensar.

Hace mucho tiempo que no paso tiempo a solas con Betty.

Sábado 03:22 de la madrugada.

Betty está profundamente dormida a mi lado. Yo también debería de estar descansado después de un largo ya agotador día, pero no. Esta vez no es mi conciencia la que me mantiene despierto, sino Cheryl Blossom ¿Extraño? Sin lugar a dudas. Pero la chica me manda un mensaje que hace que me mantenga despierto.

"¿Kiara está contigo?"

Tres palabras simples que me hacen despegarme del sueño que siento.

"Kiara está en el hospital."

A los pocos segundos recibo la respuesta.

"Me han llamado desde allí"

"¿Sabes dónde se puede esconder?"

No, no es posible que de nuevo haya salido huyendo. No.

"Creo que sí. En unos cuarenta minutos te llamo si descubro algo."

Intento salir de la cama sin hacer ruido y despertar a mi novia. No quiero lidiar con un problema más por esta noche. Me coloco la ropa lo más rápido posible. En apenas dos minutos estoy preparando para marcharme.

Conduzco buscando por cada rincón que cruza mi mente, incluso recorro los pasillos desiertos del instituto, pero no consigo encontrarla. Durante la noche en Riverdale se respira un aire diferente, quizá la sombra del miedo cae sobre nosotros de forma más latente mientras el sol está escondido.

Me detengo al llegar frente a la casa de Kiara. La luz del salón está encendida, eso me hace estar en alerta.

Doy un par de golpes en la puerta principal esperando que alguien abra la puerta. Ese alguien aparece un minuto después.

-¿Hola?

Una mujer de cabellera negra rizada se queda mirándome. Sus ojos son exactamente del mismo todo que los de Kiara.

-Soy Jughead Jones, encantado. -digo nervioso, mientras estrecho su mano. Ella hace una mueca. Su pose altiva no cambia en ningún instante.

-¿Nadie te ha enseñado a que no golpees la puerta de extraños a esta hora de la madrugada?

Esta vez me fijo en la ropa que lleva puesta. Parece que acaba de llegar de una gran fiesta. El vestido negro que lleva puesto parece ser bastante caro. Los tacones son del mismo color, lo único que adorna su atuendo es un collar sencillo de color plata.

-Lo siento, buscaba a Kiara.

-Mi hija está en el hospital. - su expresión sigue siendo igual. No abandona la mueca de desagrado ni un segundo. Hace bastante tiempo que no me sentía tan incómodo y desubicado.

Pienso varias veces la información exacta que quiero revelarle.

-No encuentran a Kiara.

Si expresión cambia levemente. Esta vez a una de auténtico pánico, aunque eso sí, en cubierto.

-¿Estás buscando a mi hija porque no aparece? Maldita niña mal criada. ¿Y tú quién eres, su novio?

No.

-Soy Jughead Jones, señora. Ya se lo dije antes.

-Eso no responde a mí pregunta. -espera una respuesta de mi parte mientras se cruza de brazos.

¿No deberíamos estar buscando a su hija?

-Kiara siempre huye cuando estoy de vuelta en la ciudad. Ella me odia, me desprecia. Yo nunca seré tan buena como su padre así que huye. Da igual que esté en el hospital, ella sigue corriendo en dirección contraria cuando estoy cerca. Esta vez creía que la podría ver, pensaba que estaba peor y no en condiciones de huir con tanta rapidez si estaba en el hospital. Me equivoqué. -suspira. - Si ella te importa lo suficiente deberías decirle que venga conmigo, nos iremos de Riverdale en cuánto aparezca. Se terminó el juego para ella.

Me deja sin palabras el tono utilizado en cada una de las palabras que pronuncia. Su mirada de posa desafiante en la mía, y sorprendentemente me da igual. Sus palabras se clavan como cuchillos en mi corazón y mente. Siento pena por Kiara, su madre es cruel incluso parece no tener sentimientos. Ahora no quiero seguir buscando a Kiara. Prefiero que huya a que se tenga que ir con la mujer que tengo frente a mí. Al menos así tendrá una mínima posibilidad de ser feliz.

-Eres su madre, no deberías decir forma tan casual que ella huye de usted.

-¿Tú crees? -suelta una sonora carcajada. -Adiós, Jones.

Y cierra la puerta.

Observo la madera de la puerta durante unos minutos, mientras pienso si debo de seguir buscando. Quizás deba de volver a la cama junto a Betty, de dónde nunca debí salir.

Mi teléfono suena entonces, es Cheryl. Casi me había olvidado de ella.

-¿Y bien? ¿Sabes algo? -escucho una vez ir contesto a la llamada

-Tu tía está de vuelta en la ciudad.

Silencio.

-Entonces ve a dormir. Kiara no aparecerá mientras ella siga aquí. -y luego, sin decir una sola palabra más, cuelga.

Me siento estúpido envuelto en esta situación, así que finalmente decido volver a casa. Y espero no tener que buscar a nadie más en medio de la noche por un tiempo.

Maldito cliché. » Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora