Maldito cliché. » Jughead Jones

Capítulo dos

Miércoles 22:41 de la noche.

Está borracha, tirada en medio de la calle mientras canturrea una vieja canción sobre amor. Archie está atónito ante eso ya que no había pasado más de dos horas desde que la había dejado en la puerta de su casa.

— ¿Por qué has tenido que beber? —mi amigo levanta delicadamente a la chica del suelo mientras se queja. —¿Kiara, que hacías en este barrio a estas horas de la noche? Es peligroso.

La chica castaña no dice nada, está demasiado ocupada agarrándose al cuello de Archie como para decir nada. No sé porque ambos habíamos salido a su busca de una forma tan rápida. Ni siquiera somos amigos.

—Llevala a su casa. Está a solo una calle de aquí. Yo buscaré su teléfono móvil. Lo único que me ha dicho es que lo ha perdido ¿Podrás con ella?

Asiento mientras subo a Kiara a mi espalda. Es una chica de no más de metro sesenta, si es que llega, así que era fácil poder levantar todo su peso y trasportarla. Camino hasta dónde me indica que es su casa. Después de que le deje en el suelo ella saca las llaves y abre la puerta a la primera.

— Puedes pasar, mis padres no están.

Kiara camina por el pasillo a paso irregular hasta que llega a la enorme sala con un sofá y deja caer todo su peso sobre él.

—A ti las serpientes te protegen, deberías estar orgulloso de ello.

Por puro instinto me acerco a ella y coloco mi mano en su costado, eso hacer darme cuenta que hay sangre ahí. Levanto la camiseta para poder ver mejor la herida.

—Mierda Kiara ¿esto que es?

—Estoy sangrando. Me han atacado por eso llamé a tu amigo. —se mantiene tumbada mientras habla con voz débil. Tiro de ella con delicadeza porque sin duda, no hace falta que se queje para darme cuenta de que duele. —Es solo un pequeño roce con una navaja. No me voy a desangrar por eso Jughead. Eres el maldito hijo de FP tienes que saber cómo van estas cosas. Cuándo alguien les debe algo a esa gente van contra ellos hasta que paguen, y no tengo dinero para pagarles. Vivo aquí, es una buena casa pero todo es del novio de mi madre así que nosotras no tenemos nada. —se remueve un poco para mirarme directamente a los ojos, con superioridad. No entiendo como puede mirarme así, en realidad no hay que ser un genio para deducir que debe de estar rota. La acaban de apuñalar por una deuda de su recién fallecido padre.

—Ponte en pié. Voy a curarte esa herida.

—No lo hagas si no quieres una a juego con la mía. No necesito tu ayuda con eso. Llamé solo a Archie, no me interesas, Jughead Jones. Estaría mejor si desaparecieras. Tú padre ha mandado a que hicieran esto —señala su herida mientras coge sentada una postura casual. — Ojalá también apuñalen a ese tipo en la cárcel.

Aprieto los puños. Está intentando provocarme e ignoraré eso.

—Da igual cuanto insultes a mi padre. Da igual cuento digas para enfadarme porque nada va a valer. Quiero ayudarte, quiero curar esa herida y justamente es eso lo que haré. —le miro, igual que ella lo había hecho anteriormente. Con la misma superioridad y rabia. — ¿Dónde guardas el botiquín?

—No te importa una mierda eso. No te importo ¿que haces aquí? Vete. No intentes hacer lo correcto cuándo quiero que tu padre muera, igual que ha muerto el mío. Te deseo lo peor así que fuera de mi casa —golpea la mesa que hay delante suya con los píes. Se cruza de brazos y veo que desde la herida fluye más sangre ya que su camiseta está manchada. —Fuera Jughead.

No, ni por todo él oro del mundo me iba a ir de aquí. Algo en ella me decía que siguiera insistiendo. Que la curara y desafiara cada palabra que dice. No suelo hacer ese tipo de cosas, pero esta ocasión es ideal para eso. De ninguna forma Kiara me obligará a irme ya que me odia a causa de mi padre y quiere tenerme cerca para saber con qué puede hacerme daño. Me equivoqué el otro día, de hecho lo hice bastante. Kiara Hughes no me quiere por ser amigo de Archie. Ella me quiere porque me odia.

La puerta principal se abre. Lo sé por el ruido que ocasiona la acción de mi amigo pelirrojo. Kiara se levanta y camina hasta dónde está el chico para plantar un beso en sus labios. No sé a que viene eso, pero Archie le sigue él juego. Miro hacia otro lado mientras baja su mano por la cintura de la chica. Probablemente se esté dando cuenta de que hay una herida de arma blanca en ese costado que acaricia. Pero ninguno dice nada.

Mi teléfono suena. Eso hace que separen y me miren. Creo que tengo miedo de que Kiara pierda la consciencia por la sangre que gotea desde su camiseta. Cuándo miro que me llama Betty recuerdo que hace media hora que había quedado con ella.

—Quedé con Betty. Me tengo que ir. —ambos me observan sin decir nada.

Sigo con miedo a que Kiara pierda la consciencia. Sé que no le contará nada a Archie, tendría que dar demasiados detalles. Pero aún con miedo me voy de esa casa y camino hasta la casa de mi novia.

Subo hasta su habitación por su ventana. Hacer eso casualmente ya no era un misterio para mi.

—Siento haber tardado tanto.

—No importa. —me besa, siempre siento demasiado cuándo lo hace. Es mágico y romántico. —Estaba preocupada por ti.

—No me pasa nada. No estoy raro ¿vale? Estoy perfectamente.

—Desde que las serpientes llamaron a tu puerta y vas a ese bar actúas raro Jughead. Nunca habías llegado tarde a una cita.

—¿Podemos no hablar ahora de ese tema?

Un de los tipos que frecuentan el bar dónde estuve ayer ha apuñalado a Kiara. Ella intenta quitarle importancia y mandarme odio para así fingir que todo sigue igual. Pero Riverdale no es igual que antes. Alguien ha atacado a una chica solo porque su padre tiene deudas y ella no sabe como responder a eso. Me preocupa que todo se vuelva más oscuro y también me preocupa esta en medio de todo eso, solo por necesitar protección si quiero saber más acerca de todo lo que pasa en este pueblo.

—Vale, está bien. Pero si algo va mal dímelo.

—Tranquila Betty, está todo bajo control.