Capítulo diecisiete.

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Domingo 10;32 de la mañana

—Buenos días.

—Buenos días — susurro, en respuesta a mi novia.

—¿Que tal has dormido?

—Bien. —miento. A penas he dormido media hora.

Sigo acomodado debajo de las sábanas. Estoy tan cansado que soy incapaz de moverme ni un centímetro.

—Kiara, yo.. —me detengo al darme cuenta lo que estaba diciendo.

Betty se mueve para mirarme, con los ojos abiertos y una expresión no demasiado amigable.

—¿Kiara?

—¿Qué? No, no he dicho Kiara. —intento excusarme. Estoy jodido.

Me pongo en pié de una vez, me levanto e intento buscar mi ropa con la poca luz que entra por la ventana. Mis pantalones están tirados a un lado de la cama, al igual que mi camiseta.

—Jughead, te quiero.

Mi corazón no alegra de escuchar esas palabras, sino que se destroza. Intento no mostrar ninguna expresión, pero es imposible, esbozo una sonrisa triste.

—Tengo que ir a —suspiro intentando calmarme— tengo que hacer un par de cosas, después vuelvo.

—Está bien, yo iré a casa.

Domingo 11:48 de la mañana

—¡Ella no va a volver, Jughead! ¡Por tu maldita culpa, pobretón!

No me importa que Cheryl esté gritándome en medio del Pop's. Probablemente porque todo últimamente parece ser un desastre. Un problema más, no es tanto.

—¿Ha sido mi culpa? He hecho todo lo que he podido. Estuve toda la maldita noche buscándola. No es mi culpa que ella decida huir porque no aguante a su madre, ella es la única que no quiere enfrentarse a sus problemas, no yo. Si Kiara quiere volver, lo hará por su propio pie, no porque yo la traiga hasta aquí.

La pelirroja que está frente a mí parece estar conforme con el discurso que acabo de dar. Me extraña que no me siga gritando.

—He ido a su cara hace un rato. Su madre me ha dicho que Kiara está según su tarjeta de crédito bastante lejos de aquí. No tiene intención de volver.

Ojalá este en un lugar seguro y no sé esté metiendo en líos.

—Que esté lejos de aquí no es tan malo. Riverdale no es un sitio seguro.

Asiente. Dándome la razón, algo insólito.

—¿Sabes que ella no solo se ha ido por su madre, verdad? Kiara te quiere y tiene miedo, esa es la verdad.

Cheryl Blossom, al igual que había entrado hace unos minutos antes, ahora sale por la puerta dejando un silencio sepulcral en el local. Conozco la gran capacidad que tiene de manipulación, por eso mismo intento no darle muchas vueltas a lo que acaba de decir. Es en lo único que se parece a Kiara. Que familia más dulce.

Domingo 18:42 de la tarde

Estaba sentado en el mismo lugar de siempre, entre serpientes, aunque llevaba media hora escuchando la conversación de unos hombres a mí derecha, una conversación de la que no estaba tomando parte, y tampoco pretendía hacerlo. No sé demasiado sobre las viejas familias de este pueblo.

—Jughead. —escucho que alguien me llama, sin duda esa es Toni.

—Hey.

—¿Te ocurre algo? Llevas media hora contemplando un vaso vacío mientras a tu lado debaten sobre temas de las que estoy segura que gustaría indagar.

Asiento. Tiene razón.

—Estoy cansado, eso es todo. —a la vez que esas palabras salen de mi boca, la chica arquea una ceja. Sabe perfectamente que estoy mintiendo.

—¿Has peleado con Betty?

Topaz se sienta a mi lado, sabe que esa pregunta es bastante acertada para que le cuenta la realidad de lo que me pasa.

—La llame Kiara.

Hace una mueca. Simplemente hace una mueca tratando de buscar las palabras adecuadas para ayudarme.

—¿Por qué has hecho eso? ¿Te gusta Kiara?

—No, no me gusta Kiara—respondo rápidamente, a la defensiva. —No me gusta Kiara. —repito.

—Yo admiraba a su padre, al igual que admiro al tuyo. Kiara está actuando rara desde que perdió a su padre. Incluso no aparece por aquí desde hace siglos. Bueno, más concretamente desde que tú te uniste. Quizá sea una casualidad, o no. —se encoje de hombros.— Puede que ella esté enamorada de tí.

Oh no, eso no. No puede tomar esta conversación ese camino.

—No quiero hablar de eso.— la interrumpo.

—Solo bromeaba, Jones. —se cruza de brazos. —¿Y bien? ¿Qué haces aquí? He visto a Archie junto a Betty en modo investigación, creía que estabas con ellos.

Frunzo los labios. Estoy segura de que mi amiga nota mi incomodidad. No puedo pensar en eso ahora, y mucho menos cuestionar que esos dos ahora estén juntos. Sobre todo por que llamé a Betty por otro nombre. Lo mejor será darle un poco de espacio.

Maldito cliché. » Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora