Maldito cliché. » Jughead Jones

Capítulo dieciocho.

Domingo 23:09 de la noche.

Kiara era el mayor cliché que había conocido. Y una persona fugaz en mi vida. Los rumores sobre ella correteaban por todo Riverdale sin filtros. Algunos decían que estaba embarazada, otros que alguien la había secuestrado, incluso se especulaba sobre si era una aliada de capucha negra y por eso mismo había desaparecido poco antes de este ser detenido.

Mientras tanto yo, prefiero no entrar en disputas sobre el paradero de esa chica. Hace ya un mes que dejó Riverdale. Su madre, al igual que ella también desapareció.

Nuevos acontecimientos habían ocurrido en este mes, las vacaciones de Navidad terminaron y con ellas la calma.

Hiram Lodge quería construir una cárcel en Riverdale, su mujer pretendía tomar el puesto de alcaldesa mientras Fred Andrews había decidido también ser un candidato a la alcaldía. Aunque eso no era lo único nuevo en Riverdale, ya que el hermano perdido de mi novia había llegado a nuestras vidas sin más remedio.

Con todos esos pensamientos, y un millón más decido ponerle fin a mí día. Mi padre estaba todavía en la sala terminando de ver una película pero para mí, el día ya ha terminado. Estoy demasiado cansado así que me dirijo hasta mi cama. Encima de la colcha hay una rosa roja.

Me quedo atónito ¿Que hace una flor ahí? ¿Por qué?

No hay nada más aparte de esa flor, ni una nota, mi un objeto. Nada. Estoy seguro que mi padre no la ha puesto ahí, así que solo a mi mente llega un nombre para el responsable: Kiara. Excéntrica apasionada del misterio, de la incógnita y de proporcionar ansiedad acompañada de miedo a los demás.

La misma persona que me drogó, por la que me secuestraron y me besaba como si me quisiera.

Agarro la rosa entre mis manos, es hermosa, sin duda. Tengo cuidado de no clavarme las espinas y la coloco sobre la mesilla de noche.

Si tengo razón en mi deducción, entonces mañana va a ser un día interesante.

Lunes 09:35 de la mañana.

Cheryl habla con Toni en medio del pasillo. Mientras saco mis cosas del casillero soy capaz de percibir un fragmento de la conversación: hablan sobre una hermosa roja que había encontrado en su casillero. Toni niega que haya sido ella quién ha dejado ese detalle ahí.

Las palabras rebotan en mi mente. Ahora estoy seguro de que ha sido obra de Kiara.

—¿Que ocurre Jones? Llevas un rato mirándonos detenidamente. Es raro.— escucho la voz de Toni.

—Lo siento, únicamente estaba pensando en mis cosas.

—¿Tú también has recibido una rosa? —comenta astutamente Cheryl.

Asiento.

—Estoy preocupada por ella. No sé a que juega, pero debería de terminar ya con eso. Y su sitio está aquí si es cierto que sabe quién es capucha negra.

—Capucha negra fue detenido, Cheryl.—le comenta mi amiga. Tiene razón.

La pelirroja se encoje de hombros. Y mira hacia otro lado.

Dos segundo después escucho el ruido que me alerta de que tengo que marchar hacia mi siguiente clase del día. Me despido de ambas chicas y camino hacia biología.

No dejo de pensar en lo que ha dicho Cheryl sobre capucha negra. Estoy seguro de que Kiara no sabía quién es Capucha negra, si fuera así no de habría ido sin más, huyendo y dejando el caos que podría haber puesto fin ella misma revelando un nombre.

Intento mandar lejos esos pensamientos. Mi querida novia Betty se sienta junto a mí y acaricia mi brazo al haberlo. Me alegro que estemos bien de nuevo, después de confundir su nombre nuestra relación se tambaleó más que nunca. Incluso aunque ella al principio no emitiera haberlo escuchado sabía perfectamente que tenía duda sobre lo que yo sentía por la otra chica y lo entiendo, incluso yo tenía dudas sobre eso. Era extraño, pero se solucionó.

—¿Te ha ocurrido algo hoy? Pareces distraído.

—No, simplemente estoy algo cansado. He dormido poco.

Muy poco.

—Sospecho de mi padre.

¿Qué?

—¿Ocurre algo, Betty?

—Sospecho de mi padre y de que pueda ser capucha negra.

Es la segunda vez en menos de una hora que escucho que mencionan ese nombre. Puede que sea cierto y no esté muerto. Aún así, lo que dice mi novia me deja totalmente sin palabras. Esas sospechas son realmente fuertes. Aunque confío en la astucia de Betty.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Da igual. —dice, con voz más baja. El maestro había acabado de entrar.

—Te quiero—murmuro, intentando darle ánimos. Conocía la expresión de su rostro a la perfección. Nada parecía ir bien.

Lunes 12:43 de la mañana

Estaba cansado, mi mente daba tumbos y sentía que algo malo estaba a punto de pasar.

Mi mejor amigo, Archie camina junto a su novia Veronica. Desde que está próximo a Hiram Lodge parece ser otra persona, totalmente fuera de sí. No me gusta esa versión de él.

—¿Qué ocurre, Jughead? —me pregunta mientras se para a mí derecha. Veronica sigue su camino.

—Nada. Al parecer me veo mal, porque todo el mundo me pregunta eso hoy.

Le miro, el frunce el ceño mirando a un punto exacto en mi taquilla. Miro al mismo punto y observo que hay una nota que sobresale del metal.

Abro la taquilla y me dispongo a mirar el contenido de esta. El mensaje es claro, conciso y conozco perfectamente la letra.

"No vemos en la sala de música al final de las clases"

Archie me mira intentando descifrar algo de mi reacción.

—¿Es de ella? —me pregunta. Su tono es más serio que antes.

—Creo que sí.