XI

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Decidí pedir algo que no fuera costoso, se que el me invito, pero no puedo, decidí un plato de langosta con un nombre raro y Tord escogió algo carisímo, también escogió un vino también caro.

Ahora que me doy cuenta es un poco más maduro que antes, espero estar en lo correcto.

—Dime Tom... ¿Quieres trabajar para mi?.- Se acomodo.

—¿De que voy a trabajar?.- Pregunté.

Se quedo un momento pensando.

—¿Que opinas de asistente?.- Lo mire raro.

—¿Y que se supone que hace un asistente?.-

— Ya sabes, anotar citas, fechas, agendar, algo así como secretaria.- hizo una pausa.—Además podría pagarte más de lo que debería, debes prepararte para lo que viene, Thomas.- me miro con cara de interés.

—¿Por que dices eso?.-

—No sé si habrás escuchado algo sobre "bajada de economía e crisis política".-

—Vale... ¿Entonces es real?.-

—Si, solo es el comienzo, testigo.-

A ver me tengo que ordenar, quiere que sea su secretaria, una crisis se viene, estoy desempleado y es difícil conseguir trabajo, me va a pagar mas de lo que debería, pero ser la "secretaria" de Tord me da mala espina...

Además lo que decía la rubia verdad.

—Emm... esta bien... acepto.-

—¡Gracias! No sabes lo que me hacia falta.- dijo sonrientemente.—¿Te parece mañana lo hablemos en el edificio de la armada?.

—No hay problema.-

En unos segundos nos tragieron los platos y el vino caro.

Hubo silencio y nos dispusimos a comer.

Decidí romper el silencio, ese algo que necesitaba una respuesta.

—Emm... ¿S-sabes algo sobre Edd?.- Pregunté nervioso.

—No en realidad, hace mucho que no hablamos.- Dijo siempre mirándome a los ojos.-

Esto me incómoda un poco, su mirada es profunda y penetrante, en un punto que ya da hasta miedo.

—Vale...- Respondí.

—¿Por que lo preguntas?.- Dijo con curiosidad.

—Por que hace unos cuantos meses Edd desapareció.- No sé si podrías ayudarme.-

—¿Que gano yo ayudándote? Vamos, testigo.- mientras una risa burlona se hacía presente.

—Haz algo por tu viejo amigo de hoodie verde...- Hice una pausa.- Si me ayudas hago lo que tu quieras.-

—Si que haz caído bajo en pedirme ayuda a mi, Thomas.- Una risa burlona se hizo presente.

Ya me estaba poniendo colérico gracias a el, no habia cambiado en nada, me habia equivocado, era el mismo que conocia cuando hubo ese "accdiente". La atmósfera había cambiado, era tensa.

—No digas eso, comunista.- remarqué la ultima palabra.

—Es un honor que me digas comunista. ¿En serio quieres mi ayuda?.- Dijo con perversión.

Me acomodé en el asiento, Tord es la única persona que le puedo pedir ayuda, tendré que dejar mi orgullo de lado.

Y el pasado.-

—Necesito tu ayuda Tord y es en serio.- Eleve un poco el tono de voz.

—Esta bien, te ayudaré.-

Luego de eso sonó su celular.

—Permiso.- dijo mientras se levantaba y dio unos cuantos pasos hacia la derecha.-

Yo solo asentí, tomo la copa de vino y bebo un poco, el sabor era perfecto.

—Hola Pau.- Dijo.

Luego de un minuto de que el hablará, le corto

Se sentó y dio un pequeño suspiro, se acomodo.

—Nada importante.- Me miro.— se me había olvidado una cita, pero aun queda mucho tiempo, creo que ya vez de el por que necesito un asistente.-

—Eso veo.- reí.

—Y dime... ¿tienes novia?.- Preguntó con una leve sonrisa.

—Estoy solo, solin, solito.- Respondí.—¿Y tu?, que buena manera de entablar una conversación.-

—Estoy igual, y ya sabes que esto es una buena manera-

—Ajá.-

Sentía mi cuerpo algo tenso y tenía los nervios como de una chica adolescente.

No es para tanto, ¿Cierto?.

F u t u r e . [Tordtom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora