Inútil tus cojones. I

.5.

Adoro tus elocuencias, ¡Feliz primer día de navidad! nunca cambies.

Muertos y recuerdos.

Un sonido irritante, ensordecedor y fastidioso me despierta. Es la voz de Ezarel la que me saca de mis sueños fantasiosos con Zack Efron versión Twilight. — Santo Oraculo, como duermes de pesado.—Gruñe el Elfo intentando lograr que yo salga de mi trance.

Me levanto y bostezo, estirando cual princesa disney en drogas.— ¿Me traes un café, cielo? —Muevo las manos con desdén, y Ezarel no tarda en pillar mi broma.

  — Claro cariño, ¿Con miel o azúcar? — Me lanza ropa en la cara, y una vez cae en mi regazo la examino, se trata de ropa para excursión.

— Ez, precioso.— Miro la ropa.— ¿Me levantas a las seis de la mañana para darme ropa? ¿De excursión? ¿Crees que voy a levantarme a recoger flores en el campo?

— Flores no, cadáveres.— Dice con toda la seriedad del asunto y señala a detrás de las cortinas.—  Ve y arréglate, parece que hay otro cuerpo en el bosque y quieren que estés allá.

Dicho esto, se dio la vuelta para darme mi espacio a vestirme. Claro, que demonios, saldré a jugar con muertos sin haberme bañado, ¡Mi madre me regañaría!

  — ¿Qué información tienes del muerto? — Digo ya tras haberme puesto las horribles botas que me dio Ezarel. Recojo mi cabello en una cola de caballo alta tan mal hecha como mi vida, dejando mi fleco caer con la misma rebeldía de siempre.

— Nadie lo ha tocado por no "contaminar la escena", pero parece ser una mujer de entre 15 y 18 años, bastante delgada. No parece tener rasgos Faery, así que puede ser Faerica o humana. 

  — Pues andando.— Tomo una libretilla y lapicera, las meto en el bolso que me dio Valkyon y me lo pongo, comenzando a andar a la puerta.

— ¿No tienes miedo? — Sale detrás mío y me guia en nuestra caminata.

— ¿Por qué lo tendría? — Alzo la ceja.— No es un cadáver sorpresa que descubro yo sola pisandolo en una cueva a oscuras. La situación es muy diferente, más segura.— Digo simple, el niega.

— En general, ¿No te asustan? No pareces ser del tipo que se mezclan con esas cosas diariamente.

— Eso es porque les falta vivir en la tierra para comprender más las cosas.— Me río de él, es cierto de aquí no parece ser una situación de todos los días.

— ¿trabajabas con cadáveres?

— Algo así.— Suspiro pesada.— Ya escuchaste lo de mi hermana, ¿No? conformate con saber que no fue mi única vez con cuerpos humanos.— Ezarel deja de hacer preguntas desde este punto, aunque se ve en su cara la curiosidad. Decido jugar con la situación.—  No imaginé que fueras tan curioso.

— Ni siquiera estoy haciendo preguntas.— Se defiende rápidamente.

— No hace falta, tu cara las hace por sí misma.— Me río llegando a la gran puerta. 

— ¿Y las responderás? — Su rostro se ilumina y juro que vi sus orejas moverse. Lo juro, cielos.

— No.— Sonrío cortando sus esperanzas de saciar su curiosidad. Decirle sería levantar más sospechas sobre mí, y realmente, prefiero descansar.

Caminamos otro rato en línea recta hasta llegar a la escena. Solo se encontraban Miiko, Leiftan, Nevra y Valkyon.— ¿Debo sentirme privilegiada de estar rodeada lo más privilegiado y maravilloso de la guardia de Eel?  —Digo en tono sarcástico al ver la escena. Al parecer, es más serio de lo que parece.