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Nadie como Opal. 

 — ¿Ezarel sabe que estás aquí? — Se hace a un lado para permitirme el paso a su habitación.

— Sabe que no estoy en su cuarto, con eso basta.— Digo con seriedad entrando a la habitación y Nevra me indica con la mirada que me colocara cómoda. Tranquilamente dejo mis cosas sobre un sofá lo suficientemente grande para mi.

— ¿Qué hizo? — Me mira divertido, yo ruedo los ojos.

— Se echó un gas y apestó toda la habitación, no puedo dormir en esas condiciones.— Hago un puchero y Nevra se hace carcajadas.

— Entiendo, no vas a hablar.— Niega divertido.—  Puedes venir a la cama conmigo...— Me sonríe pícaro, y yo ruedo los ojos.

— No gracias. Prefiero la cama de Huang Hua.— Le saco la lengua y él carcajea, seguido ambos nos damos las buenas noches y caemos dormidos. 

No sueño nada realmente memorable, se trata de una noche tranquila.

Me despierto y me estiro, vaya sofá incómodo. 

Miro a Nevra y noto que aún está profundamente dormido, lo que aprovecho a mi favor.

Sigilosamente salgo del cuarto, asegurandome de que con las almohadas parezca que sigo dormida, y corro en busca de Karenn rezando que nadie me atrape.

— ¿Pero qué haces aquí? — Abre la puerta Karenn con rostro de cansancio. Hoy es domingo, todos descansan hoy.

— Necesito tu ayuda.— Sonrío traviesa y parece que todo el sueño que tenía Karenn desaparece.—  Me estoy escabullendo, Ezarel y Nevra no pueden saber que estuve aquí, ¿Vale? — Ella asiente atenta, sabe perfectamente de mis condiciones de vigilancia. Le expliqué rapidamente lo de Makol y su invitación, y Karenn me sonríe traviesa.

— Cuenta conmigo, merecen una lección.— Me jala y obliga a entrar a su cuarto, cerrando bien. — Cuentame tú plan.

— Ezarel sabe que Makol me invitó a la playa, así que evadiré lo más posible ese lugar. Mi idea es que le digas a Makol que lo esperaré en el Claro del ciprés y ahí buscaremos qué hacer, así yo no tendría que estar caminando por el C.G y correr el riesgo de que Ezarel me detenga. Estaré todo el día tonteando en el bosque, como es grande y prácticamente me lo conozco entero no creo que me atrapen mientras espero a Makol.

— Ese Makol te hace hacer unas cosas...— Bromea Karenn, pero sabe que es más un acto de rebeldía contra Ezarel  que un acto de amor y pasión.— ¿A qué hora le digo a Makol que te vea? —Curiosea divertida.

  — Para el almuerzo, ¿le puedes decir que traiga algo de comer? Yo llevaré frutas y esas cosas.— Sonrío divertida.—  Que sea tipo picnic, y ya está.

— Lo tienes todo cubierto.— Sonríe mi amiga con una clara pizca de maldad en los ojos.—  Excepto...

— La ropa, si.— Me río, ella rápidamente corre a su guardarropas y saca un vestido escotado bastante hermoso, difícil de describir como toda la ropa de este lugar.  Es una mezcla de vestimenta gitana y árabe, con una pizca de princesa Disney.

  — Eso debe quedarte, y precioso, por cierto.— Me mira de arriba a bajo, y río divertida. Asiento y me lo pongo frente a ella, giro sobre mis pies y le muestro que tal me queda. —  Estas preciosa, casi no se nota que no te has bañado.— Bromea ella, y yo le doy un zape amistoso.

— Pasarías por el laboratorio de alquimia para coger una de las pociones de ducha instantánea de Ezarel?.

  — Como quieras.— La vampiro no tardó ni 10 minutos en llegar con un frasco violeta y darmelo en las manos.—  Disfrutalo.— Me guiña el ojo.

Inútil tus cojones. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora