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Besos para morirse.

Y ahí estaba yo, caminando de nuevo hacia el C.G en busca de explicaciones. Y caminé por todo el C.G en busca de ellas, en busca de Miiko para darmelas, pero no, por primera vez la muy conchuda no estaba por ningún lado. Entonces fui con Ezarel, sentía que con cada paso que daba mi ira era mayor.— Mira que cara de malas pulgas llevas, venga, bébete tu poción para que veas como mejoras.

— ¡Las malas pulgas me las quedo! ¡Así como los recuerdos en mi mundo! —Me acerco a él enojada, él mantiene su paz intacta. ¿Cómo lo hace? Me fastidia.

—¿Cómo? —Me mira sorprendido, ¡Ah, claro, finge sorpresilla!.

— ¡Que lo sé, Ezarel! ¡Sé perfectamente que no hice una poción "inhibidora de presencia"! ¡Quieren que me olviden en mi mundo!

—¿Cómo lo sabes? — Ah, mira, ahora me ve con pesar, ¡Menudo falso!.

— Fui una idiota en creer en ustedes en primer lugar.—Pellizco mi tabique con fin de calmarme, no llegaré a ningún lado haciendo semejante drama... Bueno, no si él no me sigue los gritos, quedo como idiota.— Descubrí el uso del agua de lete.

Mantuvo el silencio por unos segundos, como si pensara en las mejores palabras para calmarme.— Opal..

—Cierra tu asqueroso hocico.—Escupo enojada.— ¡Tú más que nadie lo sabías! ¡Te confíe mis miedos y tú... tú...! —Sin saber porque, comienzo a llorar. Si, bueno, el truco de pellizcar el tabique no sirve demasiado.— ¡No puedo creer que decidí confiar en alguien como tú! — Dichas estas palabras me giro sobre mis talones para irme corriendo, pero el elfo a mis espaldas me sujeta del brazo, impidiendo mi escape.

—Tienes que entendernos, Opal, necesitamos protegernos.

—¡¿Y para eso necesitan arruinarme?! —Le miro indignada por sus palabras.— ¿Cómo puede ser que haciendo que lo poco que tengo de vida se olvide de mi, les salve a ustedes? ¿Te das cuenta del sin sentido que es eso?. Más encima, ¿Eran necesarias las mentiras? ¿En serio era necesario hacerme creer que si volvía a mi mundo aún habría alguien esperándome? ¿Que viviera en una mentira les parecía bien?

— No se trata de hacerte daño.—Lo miro seria, esperando que explique más.— ¿si te hubiesemos dicho "Eh, Opal, preciosa, ¿Puedes por favor hacer que tu miedesito se haga realidad? No es nada grande, sólo será todo lo que rezas por evitar" habrías aceptado?

—¡Claro que no! — le miro enfurecida. ¿En serio tiene que jugar al sarcasmo en un momento como este? — ¡No se trata de un simple miedesillo, Ezarel! ¡Se trata de Annie! ¡Sabes muy bien de lo que se trata! —Vuelvo a sollozar, y por primera vez en mi corta y patética vida, me importa un tiesto de basura que me vea así.

—Sólo queremos garantizar nuestra seguridad... Entiende, sólo queremos proteger nuestro pueblo.

—¡Pero es mi vida! —Sigo con mi llanto perezoso.— ¡No se trata de un capricho egoísta, se trata de mi vida en la tierra!

—Lo sé, pero...

—¡Sin peros! ¡¿Acaso piensan con el trasero?! Ezarel...—Y vuelvo a temblar como una gelatina. A veces pienso que mi sistema nervioso quedó dañado después de tantas peleas.— No es lógico, están dejando que el miedo se apodere de ustedes.

— Puede ser, pero más vale prevenir que curar.— Siento una corriente de frío recorrer mi cuerpo, como un mal presagio, y se me hiela la sangre ante sus palabras. ¿Es posible ser tan frío? ¿tan indiferente a las emociones?... Tengo miedo, pero en cierto modo puedo verlo a él como yo era hace años. No pensaba, sólo actuaba.— Opal, por favor, bébete la poción.—En un gesto tranquilo extiende su mano hacia mi, pasándome el frasco que debía beber. 

Sujeto el frasco con la mano y lo contemplo unos segundos, se siente como tener los recuerdos de toda la tierra en mis pequeñas y destructivas manos. 

Miro a Ezarel directo a los ojos, él me observa impaciente, noto mil emociones en sus ojos y ninguna se puede describir con palabras.— Antes muerta.—Escupo aquellas palabras con asco y odio puros, más incluso del que alguna vez haya sentido en mi vida, y en cosa de segundos abro la palma de mi mano para dejar caer la poción al suelo, pero el elfo tiene buenos reflejos.

— No me dejas opción, Opal.— ¿se acaba de beber la poción por mi? ¿Es gilipollas?. 

No, gilipollas no es, yo sí. 

Me agarra con firmeza de los brazos y pega sus labios a los míos. Es repulsivo, no importa como lo mire. Inmediatamente entiendo lo que hace, sin embargo mi cuerpo no responde, es como si desde ya hubiese perdido todas las esperanzas.

Y pensar que hasta hace unas horas me habría gustado un beso suyo.

Fui lo suficientemente idiota como para quedarme quieta y no escupirle en la cara, como si un efecto secundario de la poción fuese la pendejez. Pasó lo que sabemos que pasó, la poción pasó astuta de su boca a la mía y lo poco que me quedaba de vida se esfumó.

Ezarel separa sus labios de los míos y yo tardo unos segundos en recuperar el control sobre mi cuerpo, control que perdí inmediatamente.

Ahora era mi mente la que no respondía y mi cuerpo daba las ordenes.

...

Camino sin rumbo por el bosque, ya ni siquiera sé en qué parte estoy.

Lo hice, me abalancé sobre Ezarel para golpearlo, él no respondió en ningún momento a mis golpes, tan solo los detenía o los esquivaba, pero yo no me detuve hasta realmente hacerle daño. Apenas recuerdo tener las manos tener las manos manchadas de sangre y Jamón separandome de Ezarel, después de ahí todo es confuso.

Me sentía vacía, como si oficialmente mi vida no valiera nada. Como si pudiese saltar de un risco y aún así no pasaría nada. Nuevamente me sentía tan perdida como cuando tenía 15 años, pero esta vez no tenía a nadie para mantenerme lejos del abismo.

Ni siquiera sé cómo acabé en el bosque, caminando con la mirada perdida, pero ahí estaba.— ¿qué hice...? —Miro un árbol como si ese me fuera a responder. Claramente, los árboles no hablan.

— Apuñalaste un miembro de la guardia, eso hiciste.— A mis espaldas responde la gélida voz de...¿Leiftan?

V-O-T-E-N 

C-O-M-E-N-T-E-N

Inútil tus cojones. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora