Enfermos.

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— ¿Por qué se están llevando las sillas? — cuestionó Luhan a uno de los miembros del consejo. — ¿Es importante?

— Oh, hyung, claro que lo es. — musitó Mark, levantando sobre su cabeza el peso de una de las sillas, al mismo tiempo en que otras personas entraban y desalojaban íntegramente la sala.

— ¿Tan importante que no me han dicho por qué? — dijo, deteniéndose en la entrada para impedir el paso. — Mark ¿para qué van a utilizar las sillas? — demandó el castaño, con tono exigente.

— El presidente nos ha enviado a llevarlas para utilizarlas como taburetes, porque no todos somos tan altos como Jaebum para atar lazos en las paredes y decorar el salón especial del instituto. — explicó. — Hyung, ni siquiera usted es tan alto, debería comprender. — Luhan entreabrió su boca fingiendo estar ofendido. — ¿Podría darnos el paso? Mis brazos comienzan a adormecerse. — le miró suplicante.

Luhan decidió no discrepar más sobre el asunto y dio paso a la infinidad tanto de chicos como chicas a salir de la sala dejando apenas escasas sillas para sentarse, cuatro, de hecho, tres siendo utilizada por unas compañeras y la que él estaba usando. Simplemente rogaba por sus adentros que nadie cayera o tuviera un accidente con las sillas ya que estas tenían rueditas para deslizarse. Baekhyun si bien era alguien brillante, pero no precisamente eso le hacía bueno tomando decisiones básicas como esas.

Guio sus pasos hasta su silla donde decidió volver a acomodarse, para solo observar por tercera vez que su último trabajo escolar en el instituto fuera perfecto e impecable. La puerta fue llamada dos veces por medio de unos "tock, tock" casi inaudibles, suspiró pesado al ver que sus compañeras no iban a tomar iniciativa en levantarse para abrir la puerta, así que con toda la flojera del mundo que cargaba ese día se levantó nuevamente para abrir a regañadientes. Fue su sorpresa ver que no había nadie en frente.

— Es una broma o son espíritus chocarreros. — cuchicheó divertido.

Justo cuando iba a cerrar la puerta alguien carraspea fuerte, bajando rápidamente su vista hacía el individuo. Su corazón revoloteó al ver las ya conocidas mejillas regordetas y rojas del lindo niño al que debía darle tutoría. Sin querer soltó un "aww" enternecido y se hizo a un lado sin pensarlo dos veces para que el pequeño pasara. Jimin entró tímido, mientras se aferraba a su pecho los libros que debía estudiar con su sunbae.

— Hola Jimin. — Luhan estaba ansioso, el niño era muy tierno. — Has llegado temprano. — manifestó tratando de sacar tema de conversación entre el pequeño y él.

— De hecho he llegado a tiempo pero usted lleva diez minutos de retraso. — La expresión del castaño fue un dilema al observar el reloj de pared. Vaya que lo había olvidado. — Así que pensé en venir a buscarlo porque pensé que pudo habérsele olvidado. — se inclinó. — Disculpe si venir aquí no fue correcto. — llevó su vista al montón de papeles apilados en la larga mesa de la sala.

Luhan inmediatamente negó con la cabeza. — No, no, no hay problema Jimin, aquí el que debe disculparse soy yo, porque creo que... lo olvide. — sonrió apenado.

— Oh, no importa, yo puedo esperarlo si desea.

— Toma asiento. — palmeó la silla que había utilizado y el pequeño se mostró agradecido al sentarse después de estar de pie esperándolo en la entrada de su salón. — Hmm, ahora que lo pienso, Min Yoongi debería estar siquiera contactándome.

— ¿Yoo-yoongi? — el mayor asintió revisando su teléfono en caso de tener alguna llamada perdida. — Entonces es cierto que está siendo tuteado... — murmuró.

THE PAY (EL PAGO) ➽ HUNHAN ➽HANHUN (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora