THE PAY (EL PAGO) ➽ HUNHAN ➽HANHUN (EN PROCESO)

Wǒ ài nǐ

Luhan se removió incomodo en lo que parecía ser un colchón, sus ojos cafés recorrieron la habitación apenas estuvieron abiertos completamente y una alarma se detonó en su interior al apreciar que nunca antes había estado en aquel lugar, lo primero que hizo fue revisarse, estaba intacto, tenía su camisa y pantalones puestos, no sentía dolor de ningún modo, pero aun así, era inquietante estar en medio de una enorme cama matrimonial solo, tenía una edredón blanco encima, así que supuso que alguien debió acobijarlo. ¿Pero quién?

La voz de Yixing resonó afuera de dicha habitación y las cejas del castaño se alzaron al reconocer aquel peculiar acento chino que su amigo tenía, se preocupó un poco, quería verlo, quería ver a sus amigos y asegurarse de que ellos estuvieran bien. No lo pensó dos veces, tenía que salir de ahí, necesitaba saber que pasaba o aún más importante, saber dónde estaba.

Se sobresaltó al sentir el frío piso de mármol blanco congelar sus pies, apenas se había percatado de que no traía su par de zapatillas ¿acaso le habían robado?

Las cosas comenzaron a dar vueltas y su vista se tornó borrosa, la sensación de mareo lo agarró y entonces fue consciente de que se pasó demasiado con los tragos, lo cual era extraño, nunca en su corta vida se había embriagado de esa forma y seguramente no lo volvería a hacer otra vez, sin embargo... Aun quería tomar, era en efecto un capricho.

Desvió sus pensamientos mientras guiaba sus pasos hasta la puerta, donde la abrió con sumo cuidado mientras observaba sigiloso de lado a lado, su ceño se frunció ligeramente al notar la soledad de lo que parecía ser un largo pasillo y su boca hizo una pequeña "o" al ver el lugar con más claridad, a pesar de que se hallaba con poca luz pudo observar que estaba en una segunda planta la cual tenía como camino a la primera unas enormes escaleras de baldosas blancas con barandillas doradas de cada esquina, era muy lujoso todo.

— Por supuesto no han robado mis zapatillas, este lugar cuesta más que aquel par viejo que tenía... ¡es como una mansión!— susurró para sí mismo, como si tuviera miedo de ser escuchado.

Hipó y arrugó su rostro, su boca tenía el sabor del licor que había bebido y no pudo sentirse más mareado por eso, quería tomar un vaso con vino, no saborear más el licor viejo, sus entrañas se revolvieron y el castaño no tuvo más alternativa que quejarse en voz baja. Cuando salió por completo de la habitación se apoyó sobre el barandal y se inclinó un poco para ver que había abajo, pero como lo supuso, nada lograba verse, la luz de la luna entraba con dificultad por las ventanas y le daba un aspecto lúgubre a pesar de lucir elegante y refinada según pudo apreciar por los pisos y tamaño de la casa.

— ¿Dónde se habrán metido? Son unos tramposos, dijeron que íbamos a embriagarnos. — rasco su brazo incómodo.

Agarró fuerte la barandilla y bajo el primer escalón, se tambaleó un poco y pensó en cuan dolorosa sería una caída desde esa distancia, ya anteriormente había pasado por eso, pero esta vez pensó en si podría matarse si llegase a resbalar. No quería eso, no sin antes saber si sus amigos estaban bien, por eso se aferró tan fuerte que sus piernas flaquearon al sentir demasiado esfuerzo.

Cuando piso el último escalón sano y salvo soltó un suspiro pesado y dio un par de golpecitos a su pecho, mentiría si dijera que no estaba teniendo pánico en ese momento, puesto que su visión de un momento a otro comenzó a tornarse borrosa y su cabeza a doler. De cierta forma se podía decir que se sentía cansado en extremo, pero a la vez sentía calidez y relajación, lo cual era extraño, porque era una combinación que nunca antes había experimentado.

— ¡Yixing! — llamó sin hacer tanto ruido. — ¡Baekhyun! — esta vez murmuró mientras comenzaba a caminar sin ningún rumbo. — Aish, tienen dormitorios enormes pero no pueden poner interruptores para la luz ¿quién entiende a la gente rica? — farfulló con molestia. — ¡Soo, Minnie!