-14-

536 95 78
                                    

''Oh, ella es dulce pero una psicópata

Un poco psicópata

Por la noche ella grita:

Estoy fuera de mi-mi-mi  de mi mente.''

Sweet but psycho - Ava Max



(+18)

/¡\Capítulo con contenido sensible. Leer bajo su responsabilidad. /¡\
°

°°°°°°°°

7u7

La humedad era aplastante, mis sentidos me lo decían.

El aroma, junto al eco de nuestros pasos daban lugar a la viva imagen de una caverna oscura.

Ya no avanzábamos, ya no habían pasos ni ruidos, solo él y yo en lo que aparentaba ser la nada.

—¿Dónde estamos?—Cuestioné.

Como era de esperarse, el buen Jung Kook no contestó, tan solo una risa maliciosa y traviesa recorrió el lugar, resonando en eco como si escucharla una primera vez no hubiera bastado.

En el momento en el que había salido del cuarto debí haberlo sabido, que no importa cuánto esperara de él, siempre me tomarían desprevenida sus acciones. Y esta vez, su sola actitud debía haberme advertido.

Jung Kook era frío, sereno, calculador y cualquier derivado, también había escuchado que era el más eficaz en el trabajo, por ende también era alguien meticuloso y sin sentimientos. Lo que iba en desacuerdo con el Jung Kook que había visto al salir del cuarto.

Ese era un chico travieso y perverso, sus ojos centelleantes, totalmente excitado por lo que sea que por su mente pasara. Debí suponer que algo se traía en manos. Lo que si había pensado en aquel momento, y lo comprobaba ahora, era que pese a la sonrisa y al aparente buen humor, él estaba molesto, y que tratara de ocultarlo lo hacía más sombrío.

Esperó a que yo saliera de la habitación para cerrar la puerta tras de mí, asegurándola con llave.

Lo primero que inspeccioné fueron los corredores, de donde esperaba ver aquellos hombres entrando en las habitaciones, sin embargo ahí solo estábamos nosotros.

—Vamos a jugar un juego, ¿Te parece?—Habían sido sus palabras.

Si esas palabras no hubieran bastado para desconcertarme, remató cuando de su bolsillo sacó una venda de aparente seda azul, la cual ordenaba que me pusiera.

Ni siquiera esperó a que dijera nada, ni se mostró molesto por no acatar al instante sus palabras, al contrario, cuando este mismo colocó la tela sobre mis ojos, lo último que estos vieron fueron la media sonrisa de Jung Kook animado.

Luego, tan solo tomó mi mano y comenzó a caminar en silencio, sin decirme absolutamente nada.

Y ahí estaba, entonces.

No caminábamos a ningún lado, no hablábamos, solo estábamos parados en un lugar que imaginé oscuro y vacío, pero esto, por supuesto, no podía darlo por sentado cuando mis ojos tapados no podían comprobarlo.

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora