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''Sabía que eras un problema cuando entraste,

Me avergüenzo ahora.

Me llevaste a lugares donde nunca he estado,

Hasta que me humillaste. 

Ahora estoy tirada en el frío y duro suelo.''

I knew you were trouble - Taylor Swift.


El último grito me había lastimado la garganta, la sentía muy irritada que incluso un leve llanto salía como si la voz se me hubiese ido; Eso por supuesto no evitaría que gritase de nuevo por el dolor, simplemente me era inevitable. 

Tal cual como Montgomery había prometido, Jung Kook se encargó. 

En ese instante mi cabeza pensó un sin fin de historias, ninguna bonita y aunque muy probables, en el fondo no creía que ninguna podría llegar a suceder. Pero tal cual había imaginado una, sucedió. 

La mujer permaneció expectante, algo disgustada de que su marido no le hiciese caso y me matase en ese momento, pero no volvió a interrumpir. Montgomery, quien no había quitado su vista altiva de mi, estiró su mano hasta posarla en mi cabeza y me despeinó, como si yo fuera un perro, para luego alejarse, ahora era Jung Kook quien tomaba ese lugar delante de mí. 

—Traté de no ser tan despreciable contigo—Dijo Jung Kook luego de haberse arrodillado delante mí, en un susurro frágil a punto de quebrarse en una sonrisa malévola.—, Ya sabes, por tu padre.—Alcé mi vista al instante con mi cuerpo paralizado, haciendo de nuevo hincapié en que le conocían—Pero veo que no fue más que un error, mírate de soberbia que te volvió. Tendré que ser un poco rudo ahora.

Ese no era mi Jung Kook, ese tipo era un completo desconocido que no hacía más que decir cosas sin sentido de una historia que yo no había vivido. Mirarlo simplemente me dolía. Lo bueno fue que, tras recibir un golpe con la vara directo en mi rostro y provocando un grito desgarrador, fui capaz de cerrar los ojos con temor, cosa que hubiera sido completamente imposible teniendo a Kook ahí si la situación fuese otra. 

Me era imposible no mirarlo. 

Aquello también me benefició de otra manera, pues a su vez me hizo recordar por que tenía esas marcas en el cuello: No había sido otro que Kook en esa misma noche, cuando casi me dejaba sin aire. 

—Jung Kook, no en la cara—Se burló Montgomery; Jung Kook, por toda respuesta, dio otro golpe en mi cara.—...Has lo que quieras, entonces.—Bufó. 

Se denotaba la diversión en su voz, así como la que tenía Kook al golpearme. Continué recibiendo golpes fuertes por todo el cuerpo; En mis piernas, espalda, brazos y rostro. Cada golpe iba cargado con más ira, con más desprecio; Casi que me creía que era verdad todo lo que decían. 

Como si realmente hubiera comprometido yo a Kook, como si jamás me hubiera buscado por las noches y me llevara a lugares secretos...Como si no me hubiese besado al son que sus lágrimas caían frágilmente. Dudé entonces en si la noche anterior había sido solo un sueño muy vívido. 

Y entonces no supe con certeza por que lloraba en aquel momento, en si el dolor que los golpes provocaban eran realmente tan intensos como mis gritos y lágrimas indicaban o eran excusas para dejar salir mis sentimientos, librarme de ellos para luego poder consolarme.  

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora