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''Me derribaste, todos los demonios están entrando.

Otra ronda de intercambios con mi ego.

Correr no puede ayudarme ahora, 

Tus cadenas solo me arrastran hacia abajo.''

The fear - The score. 


—Te ves realmente hermosa esta noche.

Jin había estado demasiado distraído, como si la cantidad de cosas que tuviera que hacer le hubieran colapsado la mente, por lo que luego de salir de la habitación hasta ahora, era la primera vez que lo escuchaba dirigirse a mí; sin embargo, tampoco parecía muy centrado en aquel instante. 

Estábamos en el mismo lobby de ayer, pero en esta ocasión la noche hacía que fuera incapaz de ver algo más que la negrura fuera del cristal.

El lobby no era cosa simple: Había un mostrador con detalles de madera y mármol que ahora estaba desatendido, el piso laminado le daba aun más ese toque de lujo, de cosa importante. Una gran escalera robaba la atención, partía desde los extremos y protagonizaba el centro. Dejaba en cada lado unas pequeñas puertas-pequeñas en comparación-cuyo interior inspiraba inquietud; y del lado del mostrador había una mas por la cual habíamos llegado al lobby en las dos ocasiones. 

—¿Acaso no saben qué hora es?—di un brinco cuando la voz de Jin sonó con más fuerza.—...No es excusa, hay una diferencia de 34 minutos de la hora pautada, ¡media hora!—Al comprender que le gritaba a su teléfono, volví mi vista al lugar: No podía dejar de mirar a lo alto de la escalera,  pues una enorme cortina en color bordó caía como telón, impidiendo ver a donde la escalera conducía.—¡Ya era hora de que aparecieras!—Exclamó.

Voltee para ver la figura de una delgada mujer en un vestido azul; Si Yeon. 

Mi sorpresa fue colosal al descubrirla ahí, pues había creído que se la habían llevado, más aun si decidía recordar los escándalos que la chica había armado...

Bueno, creo no ser la indicada para reprochar los escándalos de otros. 

En cualquier caso, Si Yeon estaba hermosa, se veía fina y sofisticada en un vestido de mangas largas color azul, con un vuelo suave que caía hasta por sus tobillos. 

—Si Yeon...—Murmuré por lo bajo.

—No es cosa nueva que una mujer se tome su tiempo en arreglarse—Dijo esta, tan despreocupada como siempre—¿Entonces qué? —Preguntó deteniéndose frente a ambos—¿vamos o no? 

—Aun no...—En el momento en el que Jin abrió la boca, la luz intensa del lugar se apagó, sin embargo, unas luces en tonalidades fucsias que se disponían en las esquinas, mantuvieron el lugar en penumbras—Maldición.—Protestó el chico para sacar nuevamente su teléfono y soltar otras tantas maldiciones.

—El show aquí está por comenzar y nosotros seguimos aquí—dijo la chica por lo bajo a la vez que esbozaba una sonrisa.

Caí en la cuenta que aquello no dejaba de ser un prostíbulo, y no uno cualquiera, uno al que se estimaba asistían los clientes más adinerados de toda Corea. 

No pude evitar pensar en como Si Yeon parecía ser bastante despierta en aquel entorno, cosa que hizo más inevitable imaginarla a ella en mi lugar; posiblemente ella hubiera manejado la situación de forma mas astuta.

—Si Yeon, ¿dónde estuviste hoy?—Pregunté mientras procesaba su figura en mi mente, aun no podía creerlo. 

Si Yeon y yo no habíamos tenido un buen comienzo, aun así me había ayudado anoche; aunque bien sé que no es suficiente para convertirnos en amigas, puedo asumir que su presencia me es en extremo grata,  pues siempre es mejor tener una cara conocida cerca, además de que la hostilidad de la mujer no parecía ser del estilo personal, era su naturaleza ser hosca.

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora