-25-

445 81 15
                                    

''Si te cuento

Sabré que tu no vas a contar lo que dije

Porque dos pueden guardar un secreto 

Si uno de ellos está muerto.''

Secret - The pierces


A veces confiaba en mi juicio.

A veces dudaba de él, ¿Por qué?

Sencillo.

¿Cómo podría confiar cuando considera aceptable el beso de una persona tan retorcida como Jung Kook, cuando hace horas atrás solo pensaba en matarlo?

Por eso mi juicio no era de fiar, porque aun me sentía protegida entre sus labios.

Mi cabeza ahora daba contra la pared al igual que mi espalda, me había convertido en el punto medio entre el muro y el cuerpo de Jung Kook. Él acariciaba mi espalda por encima de la lisa tela, formando círculos suaves con la yema de sus dedos. Seguí su ritmo temple y cansino, no era un beso apasionado, sino de quien ya se ha rendido y había llegado de pronto a su lugar de paz.

Sentí un nudo en mi estómago al referirme a mí misma como el lugar que le daba paz a él, aunque solo eran suposiciones mías, bien podía darlo por hecho con lo que la situación aparentaba. Con esa lágrima que se deslizaba y mezclaba por nuestros labios.

Ciertamente Jung Kook estaba roto, sin metáforas, era literal. 

Todo iba bien, todo iba genial.

Pero yo ya había aceptado que con Jung Kook las cosas no van de acuerdo a como irían con alguien normal. Lo que en un momento está bien, al segundo siguiente se estropea, es absurdo, bizarro o, incluso, terrorífico. 

Sin embargo, esta ocasión no fue obra de alguna ciclotimia de Jung Kook, al contrario, él lució casi tan alterado como yo cuando el grito nos alertó. 

Un chillido espantoso resonó por algún lugar, Jung Kook se separó de inmediato y miró a cierto rincón del lugar, confundido, y por una vez él parecía estar más confundido que yo. 

Por mi parte, interpreté el grito. La piel se me heló en el momento en que mi cabeza asoció un par de cosas, y mientras él caminaba de pronto hacia un lugar, del cual podría venir el grito, yo me mantuve en mi lugar temblando.

Pues sabía que ese era el grito de Si Yeon. 

Tenía un par de experiencias con la histeria de esa mujer como para confundir sus gritos, eso sumado al escándalo reciente que protagonizó en el evento, sabía que seguir a Jung Kook y ver sería una mala idea. 

Pero mis opciones no eran muchas, y el sonido estaba tan cerca, tanto que, aun en mi lugar, escuchaba sollozos y uno que otro llanto de la mujer ligado a desalentadas súplicas, que me hacían imposible ignorar que estaban a tan solo girar ese pasillo por el cual Jung Kook había ya desaparecido. Visto desde otro perfil, un muro separaba escenas paralelas, en donde una mujer sufría y en donde otra disfrutaba. Y en ambos casos, valga la redundancia, las situaciones eran dadas por las mismas clases de personas.  

Caminé temblorosa, ya sintiendo lástima por ella, porque pese a como era Si Yeon conmigo, no se merecía tal cosa, ninguna lo merecía. Comprendía de lleno que su histeria espontanea surgía del mismo miedo que movilizaba a todas de distintas maneras, y aunque nada cambiaba que viera el show, lo sentí necesario, pues sabía que ninguna de ellas había pasado por lo que yo, pero ¿yo sabía lo que habían vivido ellas? Quizá hubiera vivido el mismo infierno, pero no quitaba que ellas pudieran haberlo vivido por igual o peor, inclusive. 

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora