-8-

490 85 25
                                    

''No puedo entender lo que dice la gente

¿A quién y qué tengo que seguir?

Con cada paso crece de nuevo la sombra

¿Dónde está este lugar en el que abro los ojos?''

ON - BTS



Tan solo en un minuto fui capaz de ver incontables finales para mí.

Cuando Nam habló de "lo que sería de nosotras" solo me imaginé lo peor, me tensé a más no poder y me abracé a mí misma. Yo no estaba derivada a ninguno de los dos grupo, yo permanecía junto a Tae, al frente de estos grupos, por lo que Nam no se dirigía específicamente a mí o me miraba como al resto, sin embargo sabía que estaba incluida.

Pero por supuesto que no había pasado por alto lo anterior mencionado. Yo pertenecía a las mucamas, por temor a que yo pudiera tener alguna enfermedad, lo cual sabía que no era así y era precisamente lo malo.

Había entendido de sobra esa referencia, "puta" de Montgomery, más el hecho de que el viejo me dio más notoriedad que al resto, sabía que una vez que los estudios llegaran, y por supuesto especificarán que no tengo ninguna enfermedad contagiosa, iría a parar a los brazos del repugnante hombre. Y por supuesto que no lo quería.

Había tenido en cuenta ya mis opciones, había aceptado que de ahora en adelante ninguna opción sería buena, pero prefería ser mucama o cocinera de por vida junto a estos chicos que complacer las necesidades de un asqueroso hombre.

Cabe remarcar que no comprendo en absoluto el lugar y sus modalidades, pero con lo poco que llevaba ahí había supuesto más o menos de lo que iba la cosa.

Secuestraban gente para explotarlos laboralmente, imaginé una multitud de esclavas trabajando en sincronía hasta desfallecer, era sin dudas algo horrible y egoísta, pero continuaba pensado que sería mucho mejor eso que la parte que me tocaba a mí.

—Antes que nada—Comenzó Nam, sacándome abruptamente de mis pensamientos—Lo primero que han de entender... Es que son nuestras.—Sentenció de manera sombría—Obedecerán absolutamente todas nuestras órdenes. Si cooperan, seremos amables. Si se muestran rebeldes, la pasarán mal... Muy mal. Es sencillo.—Guardó silencio unos segundos al finalizar, luego comenzó a pasear lentamente por el medio de ambos grupos mientras optaba por una actitud más instruccional y prosiguió—Lo que deben comprender de sobra, también, es para que sirve este lugar. Por supuesto que no es necesario decirlo, confío en que al menos la mayoría ya lo comprendió—Dijo con una media sonrisa de lado. Podía ver cómo todas las chicas a las que Nam se acercaba se tensaban.—De igual forma lo explicaré. Aquí es, ¿cómo decirlo? Ese bonito lugar al que la gente, mayormente hombres, recurre para pasarla bien... Con chicas como ustedes.—Me sorprendí a mí misma, pues no sabía cómo hacía para mantener la compostura luego de eso.

Un prostíbulo...

Me culpo a mí misma por ser tan ingenua, por haber creído algo diferente, por supuesto que esto tenía que ser un prostíbulo, ¿qué otra maldita cosa sería si no?

—Ustedes, como mercancía, tienen un precio.—Siguió—Aquí todo se valora monetariamente. Desde cosas como ser vírgenes o no, estar enfermas o no, haber sido madres, a incluso detalles como color de pelo, ojos, piel, etc. Todo es catalogado de una manera que luego podamos satisfacer las necesidades y gustos de cada uno de nuestros clientes.—El sujeto, que ya había dado una media vuelta y continuaba paseando, me miró en esa estancia y me guiñó un ojo.

Comprendí entonces las palabras de Tae, es una lástima, había dicho él luego de tratarme de alguien linda. Y ahora podía entenderlo bien, tanto que sentía  incluso lástima por mí.

—Pero no nos adelantemos, señoritas. Aún les falta algo para estar entre esas chicas—Dijo como si estar entre esas chicas fuera alguna clase de premio o logro que tuviéramos que alcanzar—Puesto que debemos conocer bien lo que vendemos, debemos esperar a que los estudios lleguen. Normalmente al traer las chicas aquí se supone que ya deben haber sido catalogadas, pero ha surgido inconvenientes, por lo que aún no estarán en la planta baja. Por ahora sus tareas serán diferentes.—Pasó de todas las mujeres y se encaminó a la puerta, sin querer dar más importancia al tema—Jung Kook—Lo llamó e hizo que aquel personaje volviera a mis pensamientos, revolviendo en mis temores.—Ve a verme en cuanto termines, quiero hablar contigo.—Jung Kook no dijo nada, permaneció sin expresión alguna, ajeno a todo.—Tae deja asentado en el registro que las chicas usarán esta habitación—Y finalmente salió, Tae le seguía, quedando tan solo Ji Min y Jung Kook con nosotras.

Ji Min se acercó a Jung Kook y le susurró algo en su oído, nuevamente el castaño no reaccionó, tan solo caminó igual hasta la puerta e hizo salir a su grupo de chicas. Ji Min lo observó y esperó hasta que esté de fuera para finalmente hacernos salir a nosotras.

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora