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''Ninguna señal de advertencia, ninguna coartada.

Nos desvanecimos más rápido que la velocidad de la luz.

Tomaron nuestra oportunidad; aplastada y quemada. 

Y no, jamás aprenderemos. 

Yo me derrumbé.'' 

Alibi - Thirty Seconds To Mars ♥


Abigail

—Abigail, si sabes algo debes hablar ahora, esta situación es diferente—Me exigió Ji Min.

De todos había sido el más amable al preguntar, aún así no se ignoraba que estuviera molesto. Muy molesto.

—R-realmente no lo sé—Confesé a la vez que me abrazaba a mí misma—No soy yo la que podría saber algo como eso—Murmuré mientras con recelo encontré la figura fina y alterada de Leah, indiscutiblemente hermosa incluso en esa condición.

—Vamos, encontraré la forma de informar lo que me digas sin exponerte. Pero si no hablas, ni siquiera yo seré capaz de velar por ti.—insistió.

Cerré mis ojos con fuerza y apreté todavía más mis brazos, el estrés de aquella situación estaba acabando conmigo.

—No sé dónde está, no es a mí a la que deberían preguntar, pues yo no soy nada para Jung Kook.

Tragué las palabras y el dolor que yo misma me había provocado mientras Ji Min me miraba, lo sabía aunque yo no fuera capaz de alzar la vista. Segundos eternos pasaron antes de que se levantará y simplemente se alejara, sin decir nada. Sin embargo, crucé nuestras miradas en el instante en el que se ponía de pie.

Sentía lástima.

Aquello no me hacía verlo como alguien bueno, aquello sólo hacía verme cuán patética era. Mis ojos pudieron estarme suplicando que no me juzgaran, sabía que era estúpida, sabía todos y cada uno de los motivos que hacían que me viera así. Pero no podía evitarlo, aunque era un motivo más, simplemente no podía resumirlo con un porque sí.

No comprendía lo que me liaba siempre con Kook, pero existía algo inexplicable que movía los hilos en todo momento. Saberlo para mí era suficiente, sin importar que luego sólo pudieran verme con lástima. Bastaba con saber que los problemas siempre volvían a unirnos. Pues no era a Leah a la que cuestionaban, era a mí.

Pero no era posible aferrarme a eso para siempre, mucho menos cuando tenía en cuenta la presente realidad; Kook no estaba por ningún lado.

La sangre seca de Jin todavía se podía oler en el pasillo, y los colores resaltaban aún. 

Todos corrían de un lado a otro, suponiendo y descartando ideas del paradero de Jung Kook, bajo la orden de eliminarlo si suponía un problema y, ante la mirada de todos, reprimir a Jung Kook siempre sería un problema.

Poco a poco los cuerpos fueron desapareciendo, de veinte pasamos a ser sólo diez y luego seis, quedando finalmente sólo dos ahí.

Todavía sentada frente a la sangre de Jin, al otro extremo del pasillo, abracé mis piernas tratando de ocultarme en ellas.

Eran demasiada las emociones que podía sentir en ese momento; Jung Kook era considerado un traidor y no había paradero de él, a mí se me veía como una cómplice, sospechaban aún de mí y no sabía hasta donde podía escalar esa situación si seguía así. Miedo, angustia, pesar, tristeza y todavía celos.

Hasta Romperte¹ |J•J•K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora