Save me ~ TaeJin (Editando)

Diez.

By Jin.

Esperaba dentro de mi auto a que Namjoon por fin apareciera, con la cabeza recargada totalmente en la cabecera del asiento de conductor y las manos cruzadas en la nuca. Necesitaba pensar.

Era muy infantil de mi parte comenzar a cuestionarme la razones por las cuales mi cuerpo reaccionaba de forma tan extraña y placentera al contacto con otra piel. No es que fuera un inexperto en lo que a contacto físico se refiere, ni siquiera podría decir que no sabia nada acerca de las emociones que ahora albergaba en mi interior, no era un niño.

La cuestión importante aqui era, ¿y él?

Era consciente de que me agradaba su compañía, era muy atractivo, inteligente y carismático, era el tipo de persona que siempre idealice para mantener a mi lado, me gustaba la sonrisa tan sincera que mostraba, aquella mirada curiosa que siempre tenia, los gestos de duda y confusión con los que trabajaba así como el semblante de emoción que se dibujaba en su rostro al momento en que las cosas le salían bien, cuando comprendía lo que hacia o cuando se sentía orgulloso de sus logros, mencionar que las atenciones que había tenido con todos en la sala de profesores era solo agregar puntos a sus méritos, él simple y sencillamente estaba ganándose al confianza y el cariño de todos a su alrededor sin esforzarse siquiera. Sin olvidar, claro, la forma en que dedicaba su vida por su hija. Kim Taehyung era un hombre como nunca había visto y eso me gustaba.

Él necesitaba un soporte para su vida, sentirse en confianza y lleno de cariño y yo podia darle aquello pero, ¿como planteárselo? Yo ya no era un chiquillo y no me gustaba dar rodeos a lo que quería. 

Kim Taehyung me gustaba y no iba a negarlo, sabia que le llevaba al menos 10 años pero podía con ello, también con su hija pues era parte de él y a mi me fascinaban los niños...

- ¿Estas bien? - la voz de Nam me hizo salir de mis pensamientos.

- Si...

- No lo pareces, llevo aquí sentando por lo menos por cinco minutos y ni siquiera has volteado a mirarme. 

- Yo solo pensaba - dije encendiendo el auto.

- ¿Puedo saber en que? - pregunto mientras bajaba la ventanilla y encendia un cigarrillo.

- En cosas.

- ¿Que cosas? - pensé por un momento en si debía decirle que mis pensamientos llevaban nombre y apellido así como una gran batalla existencial sobre sus acciones y la forma en que las aceptaba, sobre si mi recepción sobre las actitudes de aquel chico eran correctas y no estaba confundiendo su agradecimiento con interés personal.

- En sentimientos, esas cosas.

Sentí la mirada de Nam posarse en mi rostro por tiempo suficiente para evaluarlo y averiguar lo que pasaba por mi cabeza.

- A ninguno de mis hijos les gustara saber que el tío Jinnie llama "esas cosas" a los sentimientos - sonreí de lado al escucharlo.

- ¿Ahora quien es quien recurre a los menores para conseguir lo que quiere? - comente con burla.

- Mira, no se lo que te sucede pero te apoyo...

- ¿Dices esto como mi amigo casi hermano o como director de la universidad?

- Como tu mejor amigo Jin. No se que traes en la cabeza pero supongo que es importante, llevas días con una actitud diferente y me preocupa un poco.

- No debes estas preocupado - respondí mientras me estacionaba frente a la cafetería que Nam frecuentaba, la misma donde Seulgi, Wendy y Taemin nos esperaban. Mire el trió de bicicletas estacionadas a fuera del local e imagine a trió de quiceañeros dentro, estudiando mientras esperaban a su padre. La idea de ver a esa familia esperar por la ultima integrante no hacia más que llenarme de anhelo, yo también deseaba una familia - siempre has estado preocupado por pensar en mi futuro y mantener mi seguridad emocional estable, Hobi y tu prometieron a mi madre que me cuidarían hasta que decidiera sentar cabeza y volverme hombre de familia - comente sin mirar a mi amigo, después de unos segundo me anime a mirarlo tratando de transmitir la seguridad que sentía, una seguridad posada sobre una superficie blanda e inestable pero existente - alguien me gusta Nam, me gusta tanto que estoy seguro de quererlo para siempre en mi vida, día a día y noche a noche, con todos sus dramas existenciales y la hermosa luz que desprende su sonrisa.