Dolor

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Sasuke prefería guardarse muchas de sus emociones, por temor a que perdiera el control. Porque Sasuke Uchiha no aceptaba estar demente, de ninguna manera aceptaría que era un desequilibrado mental incapaz de controlarse. Un loco que necesitara usar camisa de fuerza, al final de cuentas.

Aunque esa noche había perdido la batalla de forma estrepitosa. Naruto se encontraba sentado frente a él, leyendo atentamente el menú de aquel restaurante Suizo.

¡Con un demonio! Pensó con odio y frustración. El había escuchado claramente la voz de Orochimaru, había sentido su presencia. Y, aunque se dijera a sí mismo una y otra vez que solo había sido una alucinación no lograba encontrar la estabilidad mental.

Sus manos blancas y varoniles sudaban, la izquierda estaba bastante cerca de donde descansaba su pistola, lista para sacarla en el caso hipotético de que el hombre serpiente apareciera e intentara hacerle daño a Naruto o a él.

Algo andaba mal.

¿Acaso se estaba preocupando por la seguridad del blondo?

Respiró profundamente tratando de ubicarse y dejar de lado pensamientos como esos.

-Todo se ve delicioso. –dijo de pronto el Uzumaki. –No termino por decidirme. –comentó con nerviosismo.

-Hn. –fue su únicarespuesta. –Yo pediré un Älplermagronen. –ordenó al azar pues realmente no estaba concentrado y no sabía nadaacerca de la gastronomía Suiza.Naruto leyó viendo la foto de loque sería el platillo del pelinegro. –Entonces yo pediré un Rösti.–Sasuke llamó al mesero dispuestoa pedir su orden, sin embargo, realmente le sorprendió ver que Naruto pidieralo suyo con un francés bastante fluido. Nunca esperó eso, simplemente era undato que desconocía del oji azul.

Naruto se removió incomodo en la silla, pues su panza de embarazado no le permitía encontrar una posición apropiada.

-Dime la verdad. –pidió demandante, seguía preocupado por lo que había sucedido con Sasuke.

-De qué hablas? –el morocho lo encaró, tensándose por leves instantes.

-¿Estás enfermo? –los ojos azules reflejaban verdadera preocupación.

Esto hizo que el podrido corazón del Uchiha se encogiera, esa sensación que había olvidado, sentir que alguien realmente quiere tu bienestar. Era esa mirada tan idéntica a la de su madre cuando estaba enfermo o lastimado.

Su cara quedó hundida entre sus manos apartando su abundante flequillo, todo lo que pasaba eran como fuertes golpes a su torre de acero que en estos momentos estaba tan frágil como un castillo de naipes.

Esta reacción solo alarmó al ojiazul, no entendía nada simplemente era incapaz de procesar lo que acaba de pasar, comprensivo pasó su mano por las del Uchiha, dando suaves masajes en los nudillos tratando de relajarlo.

Sasuke estaba paralizado, Naruto se estaba convirtiendo en una dolorosa infección. Si las cosas no volvían a ser como antes seguramente acabaría muy mal.

-Todo está en orden. –le respondió tomando las manos ajenas entre las suyas. –Ahora no te preocupes por nada, solo disfruta la comida. –

Naruto sonrió cálidamente.

-Bien. –

. . .

Pov Naruto

Desde aquella noche procuraba pasar más tiempo con mi ¿esposo? ¿pareja? ¿amante? Aún no me quedaba claro que es lo que nos mantenía unidos.

Me enamoré de mi secuestrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora