EL INICIO DEL SUFRIMIENTO

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Mantenía la cabeza gacha, a pesar de estar en una incomoda posición logró conciliar el sueño, sin embargo el frío y la humedad del lugar lo hicieron despertar, con un intenso dolor en todo el cuerpo.

Como pudo se sentó aun estando amordazado y atado, podía jurar que las sogas ya estaban cortando la piel de sus muñecas, eso seguro. Dirigió su mirada azulada a diferentes puntos y se sorprendió al ver frente a el, a un par de metros, una cámara la cual estaba grabando.

Intentó hablar sin embargo el pañuelo en sus labios lo cayó, sin embargo sintió un terrible escalofrío por toda su espalda al ver llegar a ese mismo hombre, aquel que lo había dejado en esa situación tan deprimente.

-Veo que por fin despiertas. –Se acercó pero no tanto como para que la cámara lo filmara a el. –Escucha, tus padres verán esto así que ¿qué estás esperando? Pide ayuda. –Le ordenó de forma tajante.

Naruto miró al dispositivo como si pudiera encontrar algo en el, pero el no era tonto, sabía que si lloraba, gritaba o rogaba ayuda a sus padres, sus secuestradores podrían manipularlos más fácilmente por lo que prefirió no hablar solo se quedó allí tratando incluso de no mirar directamente.

-Tsk. –Chasqueó la lengua en fastidio, con una mano derecha recogió de su rostro todo el flequillo que cubría su frente. –No quería llegar a esto. – le dijo mientras conectaba su dura mirada con la temerosa de su victima.

Pausó la grabación y se acercó a Naruto, sujetó su mentón manchado de sangre con su dedo índice y pulgar.

-Uzumaki... Dime... que hablamos sobre no obedecer mis ordenes. –Apretó el agarre con el afán de incomodarle. -¿¡Eh!? –Le dio una fuerte bofetada causando que la mordaza callera de su boca. -¡¿Acaso no comprendes?! –Le propinó otro golpe al rostro esta vez causando que de sus labios brotara más sangre.

-Aghk...- No podía hacer nada, estaba atado e indefenso a los ataques del azabache, de tanta frustración, dolor y desesperación no pudo evitar dejar salir lagrimas que mojaron rápidamente sus mejillas.

Ante esto Sasuke sonrió de lado victorioso. –Ahora lo que deberás hacer es rogarles apoyo y ayuda a tus padres, si no lo haces será peor. –Se alejó. –Pero solo para asegurarme de que cumplas con lo que te estoy pidiendo tendré que dejarte en las capaces manos de los caballeros. –Dijo fríamente.

Naruto tembló y giró su cuerpo para intentar ver y efectivamente atrás estaban tres hombres encapuchados que comenzaban a acercarse para hacerle quien sabe que cosas.

-Ellos... q-que vas a h-hacer...- de solo imaginar tenía tantas ganas de morir en ese mismo instante.

-Luces, cámaras y acción. –Al pronunciar esto burlonamente comenzó a filmar. Y salió del cuarto donde no tardaron en escucharse gritos de dolor por parte del Uzumaki.

Logró llegar a un sitio donde nada de los gritos ni cualquier escandalo se escuchara, tomó un teléfono celular y comenzó a teclear rápidamente.

_Casa Uzumaki_

Kushina está sentada en su sofá tomando una taza de café, bajo sus ojos están unas bien marcadas ojeras, y ni hablar de su constante gesto de preocupación.

Se sobresaltó al escuchar el teléfono de la casa sonar. Rápidamente dedujo de que tipo de llamada se trataría.

-¡Minato! –Llamó a su marido en busca de apoyo, pues el sería el que maneje la situación.

-Ya escuché. –Llegó rápidamente. –Voy a contestar. –Advirtió y la mujer tan solo asintió.

-¿Quién habla? –Dijo desde un principio usando un tono serio y autoritario, no debía mostrarse vulnerable ante su enemigo.

Me enamoré de mi secuestrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora